MEMORIA DE PÁJAROS Y HOMBRES
Caracas, 2017
PALABRAS CONJUGADAS
Caracas, 2016.
Este yo que
soy sin serlo
no tengo otra
cosa que ofrecer
sino éste mi
destrozado corazón
aún artillado
de florerías
y la música
sin lamentos
de los pájaros
Recoger un puñado de poemas para armar una memoria de pájaros y
hombres y entregársela al lector, no es tarea fácil. ¿Comprenderá quien
los recibe el temblor de donde nace cada palabra? ¿Podrá escuchar en su
lectura la sonoridad que alcanza el lamento en su afán de ser un andante? ¿Le
llegarán los silbos que el pájaro deja en su vuelo para dar señales de su
especie? ¿O tal vez se estacione en el adagio que mana de sus verbos, o en
el rumor estremecido de un jilguero, como navío extraviado entre corales?
¿Y qué hay en el trasfondo de este libro? Una confidencia que sale de nuestros párpados para tratar de alcanzar la
mirada del otro, que está contenida en cada una de las vibraciones que lo hizo
posible. Pero no es una tarea solitaria, ni pertenece por esencia a los
espacios cerrados. En cada una de sus propuestas la palabra es un dardo que
aspira abrir una brecha en las cercas que nos rodean. Y en cada trino que
recoge se reaviva el empeño por alcanzar la exacta estatura de la que estamos
hechos.
Un recinto que quiere recoger el desahucio de un mundo
despedazado, en el cual impera la muerte, empeñada en venderse como la
mercancía de un vivir que sólo alcanza a unos pocos. El episodio de una batalla
librada, que no concluye al final de las páginas. Porque apenas allí comienza
su recorrido.
Y a la vez una invocación al espíritu del otro, tan lejano y tan
cercano, que hemos perdido la capacidad de reconocernos. Y ofrecerlo es invitar
a ejercer el oficio de vivir, en el centro del torbellino, no desde sus
orillas, como si fuésemos extraños en nuestra propia casa. Y es el atrevimiento
inmenso de entrar a predios distantes a juntar aquellos sueños a los nuestros,
a procesar sus heridas junto a las nuestras y a rescatar el asombro y la
ternura que nos habita.
Estamos ante unas memorias y unas palabras que procesan en gerundio la persistencia
de la vida sobre la tristeza. A veces el agua las moldea a su antojo. Otras la
arcilla. Nunca van solas. Se juntan a todos los murmullos intentando alcanzar
un lenguaje que no espante. Se doblan, se quiebran y a veces alcanzan la
resonancia de un campanario o el acorde de un clarinete o un oboe. Han recogido
sus nutrientes en todas las estaciones. Y a ratos es sólo una lágrima
intentando atrapar la luz.
Se suelta de esta manera un racimo de versos en los predios cerrados de una historia ciega, para que sirva a la resistencia, para que se
convierta en un engranaje de una maquinaria mucho mayor y más vigorosa capaz
algún día de enfrentar la muerte impuesta por los poderes a ese hombre
desvalido y desguarnecido. Deja sus señales para que quien las reciba
pueda utilizarlas como herramientas para su propio oficio de vivir y
sobrevivir. Para que haga de su palabra una vasija que calme la sed.
Este libro, aunque permanezca a oscuras aguardando su tiempo de
alumbrar, tiene un hilo común con todo lo que he escrito, como lo expresé al comienzo
de mi trabajo La trampa engaño de la
cultura: “hemos querido adentrarnos en el universo del conocimiento que
nos han legado, sin otro aditamento que la esperanza, sin otro instrumento que
el asombro, sin otro norte que no sea el de restablecer la confianza,
recomponer lo que está roto dentro de nosotros y en el mundo del que formamos
parte, para abrir una pequeña brecha en el intrincado bosque del miedo y el
terror, y desde allí convocar al hombre a que ejerza su condición de inventor
de la alegría.” *
Y el resultado de ese esfuerzo se ofrece y entrega con la
sencillez del hombre común que brinda el pocillo de café recién colado, desde
una mesa vacía de todo menos de ese entrañable gesto de compartir. Con el gesto
de alegría del tejedor que concluye un tapiz, del alfarero que le da vida a un
cántaro, del sembrador que esparce sueños en cada alba. En el fondo, no es
más que un gesto de amor.
Ojalá que así sea recibido y que cumpla su función prometeica, como
quería León Felipe, cuando señala: “Un escrito sin rima y sin retórica
aparente se convierte de improviso en poema cuando empezamos a advertir que sus
palabras siguen encendidas y que riman con luces lejanas y pretéritas que no se
han apagado y con otras que comienzan a encenderse en los horizontes
tenebrosos.
De esta experiencia han de salir los principios de la poesía del futuro, que tal vez podamos llamar
algún día la poesía prometeica de la llama. La llama es la que rima. Un día la
poesía será un ejército de llamas que dé la vuelta al mundo. Prometeo será la
legión, la muchedumbre los que trabajan con el pecho abierto y la palabra
encendida. Encendida aprendiendo su lección de las estrellas. La retórica
del poeta está escrita en el cielo.” **
Si estas Memorias de pájaros y hombres, como las de Palabras conjugadas, esparcidas hace poco, logran en alguna
medida alcanzar esa petición de León Felipe, de seguir encendidas y de rimar
con luces lejanas y pretéritas que no se han apagado y con otras que comienzan
a encenderse en los horizontes tenebrosos, habrán cumplido su misión.
Queda en
cada uno de los lectores a quienes lleguen estos libros, la esperanza de que
sus palabras y sus intervalos de silencio, se hagan a su vez fogata y llamarada.
mery
sananes
30
de noviembre del 2017
y publicado en estos recintos
el 12 diciembre 2017
y publicado en estos recintos
el 12 diciembre 2017
· La trampa
engaño de la cultura.
Aproximación a Luis Mariano Rivera. Caracas, Ediciones CEHA-CPT, 2008
· León Felipe, Poética de la llama, Ganarás la luz, OC, Buenos Aires,
Losada, 1963.
Los libros pueden solicitarse por los
siguientes correos
DAN MUCHAS GANAS DE TENERLO
ResponderBorrarUn abrazo, poeta y mis felicitaciones
Los quiero Mery, tanto como a las manos que lis escribieron. Las de León Felipe las he leído. Las tuyas, que haré pronto mías, formarán este tándem tan necesario para avanzar.
ResponderBorrarQuerida Mery, ya solicité tus dos libros a través de tu correo... un abrazo del alma, Claudette
ResponderBorrarQuerida Mery, yo también quiero esos dos libros. Después de lo que acabo de leer, no me puedo quedar sin ellos.
ResponderBorrarUn abrazo con todo mi cariño.
Tus palabra mi querida Mery Sananes son llamaradas que encienden nuestros pechos al cantar de tus trinos. Y qué hermoso citas a León Felipe cuya voz derrama emoción que incita a la acción. Besos mi querida amiga.
ResponderBorrarAy mi Walter palabras hermosas las que me dedicas. Y aún mas grande el afecto que se nos ha ido creciendo con el tiempo y que seguiremos cultivando con ese sueño de dejar alguna señal que contenga la esperanza por la que hemos vivido. Mi abrazo.
ResponderBorrar¡ Sublime, Mery, sublime, realmente sublime ! "La poesía un ejército de palabras, llamas volando...!
ResponderBorrarSabes bien lo que significan para mi tus palabra,. Maravillas, desde que me maravillaste por primera vez. Eres una luchadora, y con el decir del poeta eres un arma cargada de presente. Si, eso es la poesía y debe seguir siendo. Un ejercito anónimo de llamas volando, ganándole los territorios a la oscuridad. Mi abrazo.
ResponderBorrar
ResponderBorrar¡ Sublime, Mery, sublime, realmente sublime ! "La poesía un ejército de palabras, llamas volando...!
palabras aladas
ResponderBorrarme sobrevuelan
casi me encarnan
fuegos venosos
nos espolean
hacia tiempos
pretéritos
armoniosos
cumbres altas
nos esperan
para dar cuenta
si antes
no revientas
Rory 🙂
21 ene del 21
Hermosos como siempre esos versos que hilvanas desde las alturas de mesetas que alcanzan el cielo tan sólo para derramarse luego lluvia para la sed de los océanos, Gracias, querida amiga.
ResponderBorrarTantos años sin oír tu voz ... el registro sigue fiel al de antes. Abrazos !
ResponderBorrarEse es un hermoso piropo querida Ingrid que agradezco.
ResponderBorrarQuerida Mery, tú corazón lo siento que palpita con canciones
ResponderBorrary sueños hermosos! Mi peruano corazón te envía mi cariño
bullicioso y querendón!
Gracias Manuela lo recibo tal como me lo envías, porque de donde soy, bulliciosos y querendones siempre somos. Alegres aún en las malas. Y siempre con esas ganas de andarse abrazando. Muucho
ResponderBorrarUna belleza, Mery de mi corazón! Te felicito, abrazo y bendigo.
ResponderBorrarAmé ese libro, esa voz y esas palabras.
ResponderBorrarMi abrazo, Navil, diminuta respuesta ante tus palabras siempre cálidas e inmensas.
ResponderBorrarQue emoción y que placer escuchar tu palabra encendida que nos alcanza como enjambres de luciérnagas. Inmenso abrazo Mery querida
ResponderBorrarEmocionada yo por tus hermosas palabras, María Isabel. Va reiterado y multiplicado mi abrazo, mi admiración y mi cariño. Gracias!!! por tanto
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ResponderBorrarComo aquella Serpiente en quienes los antiguos focalizaban el origen del ansia de libertad nacida de la sabiduría, mi querida amiga Mery Sananes se quita acá la piel, y se hace querer y esperar con la turbulencia de un pájaro espino que muere colgado de su propio canto.
Qué responder a tus palabras, que no sea agradecerlas, Carlos. Tú eres un permanente observador del infinito universo del alma. No indagas: expones, asientas, descubres y entregas. Y ni la muerte repetida y reiterada en forma creciente ha podido mitigar ni tu inocencia, ni tu bondad ni esa lucidez con la que abarcas el bajel de siete velas y la desolada canoa, sin remos, tratando de ganar alguna orilla.
ResponderBorrarY aún no sé qué te ha nutrido más: si tus noches eternas bajo las estrellas o si las encendidas astillas de luz que logras descubrir y rescatar en el corazón de los hombres vulnerados. Siempre un privilegio estar a tu vera. Gracias!!!!
No lo vi ni escuché en su hora, pero lo veo y escucho en esta otra... Amo ese ser en gerundio. Tu amoroso y prometéico gesto llega a cada uno de nuestros puertos ...
ResponderBorrarNo puedo suscribirme desde el móvil, por ahora, pero ya habrá ocasión ...
Un abrazo, Mery...
Tú no requieres de horas exactas para asentar ni tu compañía ni tu palabra, LKuis Alejandro. Cuando no llegas es porque prosigues afanosamente en la misma tarea de entregar a manos llenas. Causa común de la que jamás desistimos. Mi abrazo de siempre extensivo a nuestra Yin Tonic.
ResponderBorrarEn sus propias palabras: "cuando
ResponderBorraral fin se pueda restituir colectivamente
la humana condición vulnerada
y expropiada".
Enorme poema que desbarata toda imposición.
Felicitaciones Mery ❤️. Cómo profesora fuiste excelente, cómo poeta aún más ❤️❤️💐🌹🌺
ResponderBorrarMira que eres especial, mi querida Yadira. En ambos oficios siempre intenté y sigo intentado hacer lo mismo. Mas en el oficio de profesora, me alejé de los esquemas e intente ese recorrido de aprehender de la literatura lo que significa como rebelión del espíritu, como material inflamable, como espacio no para la simple contemplación sino para despertar en nosotros una conciencia lúcida. Y debo agradecer en mucho que en algunos, como tú, así lo entendieron y pude dejar huellas. Y una de mis penas es que no tuve espacio en la Escuela de Letras. Mi abrazo y el agradecimiento por tus palabras. Quisiera dejarte aquí el enlace a mi visión sobre lo que debería ser una institución como esa, de 1985. https://embusteria.blogspot.com/.../en-la-escuela-de...
ResponderBorrarBellísimas palabras Mery! Destilan los “afectos que perduran” como bellamente dices!
ResponderBorrarComo aquella Serpiente en quienes los antiguos focalizaban el origen del ansia de libertad nacida de la sabiduría, mi querida amiga Mery Sananes se quita acá la piel, y se hace querer y esperar con la turbulencia de un pájaro espino que muere colgado de su propio canto, y en su propio canto resucita como un jardín flotante.
ResponderBorrarQué responder a tus palabras, que no sea agradecerlas, Carlos. Tú eres un permanente observador del infinito universo del alma. No indagas: expones, asientas, descubres y entregas. Y ni la muerte repetida y reiterada en forma creciente ha podido mitigar ni tu inocencia, ni tu bondad ni esa lucidez con la que abarcas el bajel de siete velas y la desolada canoa, sin remos, tratando de ganar alguna orilla. Y aún no sé qué te ha nutrido más: si tus noches eternas bajo las estrellas o si las encendidas astillas de luz que logras descubrir y rescatar en el corazón de los hombres vulnerados. Siempre un privilegio estar a tu vera. Gracias!!!!
ResponderBorrarSólo sé, y es lo único que puedo decirte, que siempre he encontrado más de lo que buscaba, que la vida me ha ofrecido más caminos de los que intuí. Tengo mucho que agradecer a los demás, Mery, ellos, vosotros, sois en realidad mi única escritura.
ResponderBorrarAdmirable! Tocas las fibras del cuerpo y del espíritu.
ResponderBorrarAcompañada de pájaros y violines.