sábado, diciembre 20, 2025

UN HERMOSO ACERCAMIENTO A PALABRAS CONJUGADAS


PARA REPARAR LA PALABRA ROTA Y 
RECUPERAR LA ESPERANZA
Enyerve Mejías


Un hermoso acercamiento al libro
Palabras Conjugadas


"En el reino de paz por venir se reconciliaran
el ser humano y la naturaleza.
El ser humano ya no será más que un
conciudadano de una república de seres vivos
a la cual también pertenecerán las plantas,
 los animales, las piedras, las nubes y las estrellas".

Byung Chul Han. Vida Contemplativa.


Reparar el correlato narrativo -palabra rota- consustancial a la barbarie civilizatoria - y su pulsión de muerte- y con ello recuperar la esperanza, es la labor de una Maestra y ese precisamente ese es el trabajo adelantado por Mery Sananes en su libro Memorias de Pájaros y Hombres.

Consciente de los efectos de la historia que nos fue impuesta y el rol de la academia en el quiebre de las mismas, la Poeta se dispone a rescatar las mismas y nombrar como si fuese por primera vez cada instancia que nos fue expropiada en el pasado y presente.
 
En este mundo  tan extraviado - tiempo de guerra y muerte- cómo hacerlo, cómo dotar a la palabra del vuelo y profundidad necesaria para designar  las cosas como por vez primera. Para ello, Mery abre el corazón y los sentidos e invoca para que vengan en su auxilio a  quienes enseñaron a los hombres el andar en el vuelo y la canción: los pájaros.

Desde entonces, el huerto - hospedaje de cantos- de la casa donde vive la poeta- construida con hilos de lumbre-es visitada regularmente  por una pajareria - colibríes, ruiseñores, cristofue, golondrinas, palomas, turpiales, mirlos, carpinteros, gorriones, jilgueros, pelícanos, gaviotas, guaiti, azulejos, tucusitos, cardenales, gonzalitos, tejeros, tortolitas, chirulies, quetzales, garzas, zumayas-  dispuesta  para la misión.

A partir del entronque con los seres alados, ni la misma Poeta, conocida también como la hija de la  luna, volverá a ser la misma. Ahora, se le designa con otro nombre  - la señora de los pájaros- su cabellera   tronca  - en un nido de risas- y sus haberes crecen y  traen de cabeza a los gendarmes del capital, quienes no saben cómo contabilizarlos.

Después de ese momento, los pájaros y Mery sostienen  un diálogo fecundo - trino a dos voces-y se disponen a renombrarlo todo -lo lejano y cercano- haciendo de todo una unidad inseparable. Y es precisamente   en esa  comunión, donde la palabra rota es reparada -resucitada-, donde  todo adquiere una fisonomía distinta - ciudad, país,  hemisferio, planeta, etcétera-, donde  se abre espacio para  el porvenir - preludio de la esperanza-.

Queda a cada lector al lector abrevar de esas Memorias de Pájaros y Hombres para reparar la palabra rota y recuperar la esperanza.



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