domingo, abril 08, 2018

CÓMO TE HA CRECIDO LA VIDA


Alejandro Cañizales y Lucas


¡CÓMO TE HA CRECIDO LA VIDA!

 “Mi hermano alado, alcanzaste tu sueño...” No es casualidad hermano que desde siempre soñaras con volar, con tener alas y surcar el cielo. Ese siempre fue tu anhelo desde muy temprana edad. No pertenecías a la tierra, eras desde siempre de ese cielo. En la tierra estabas escasos minutos y agradezco a Dios y a la Virgen que de esos minutos, casi todos pudimos compartirlos con tanto amor; pero la verdad es que la mayor parte de tu estadía aquí en este plano la hiciste con tus pensamientos volando a otra altura. No entendías actitudes egoístas y terrenales, no compartías el porqué de las injusticias y tampoco entendías eso de ponerle límites a tu bondad, entrega y amor al prójimo. Lo diste todo y lo dejaste todo aquí porque sencillamente todo lo que hiciste lo hiciste con pasión y entrega. Sin escatimar esfuerzos ni ser egoísta. Era tu tiempo amor aun cuando no lo entendamos. Era tu tiempo de abrir las alas y dar la anhelada vuelta por el universo sin preocupaciones, sin dolor sin luchar con un monstruo silente y traidor. Era tu tiempo de alcanzar la felicidad, lograr concretar tu sueño y surcar ese cielo que te llamaba desde siempre y del que eras dueño. Sé libre hermano mío. Quisiera abrazarte más de lo que lo hice la última vez, pero ya vendrá mi momento, ahora es tiempo para que tú respires el mismo oxígeno sanador de mi mamá a quien tanto te entregaste y que disfrutes de la verdadera vida junto al mejor maestro: mi papá. Y sí, también es tiempo para que rías a carcajadas con mi Natalia cuando nuestra Lolita se caiga encima de una nube corriendo a recibirte ¡Te amo inmensamente! Y si antes te admiraba como mi hermano mayor, ahora mi orgullo es infinito y celestial. Eres irrepetible e irremplazable ¡Vuela mi guerrero, vuela sin descanso! 
Aimara
08 de abril del 2018


Mi muy querida Aimarita

Poco podemos agregar a la sabiduría y serenidad de tus palabras para el hermano que hoy se encuentra, en pleno vuelo, habitando un espacio sin dimensiones.

Cómo te ha crecido la vida, Aimarita. Te vemos de nuevo con la fortaleza del que conoce el enigma de los pasajes, con ese tu corazón  que sabe de entregas sin reservas, con esa magia que logra aprehender el sentido de cada línea que traza el universo.

Desde hace mucho te tocó enfrentarte a la comprensión de ese viaje hacia otras esferas de la vida. E hiciste tuyas todas las reverberaciones que uno logra atrapar en esta estadía. Las convertiste en talismanes, en dulcerías, en los signos de una condición que nos pertenece por esencia.

Y te hemos visto sonreír ante la adversidad y las más duras de las pruebas, con la certeza de que quienes se te habían fugado, cabalgando en un hilo de luz, te seguían mirando y escuchando.

Construiste recintos de amor, desde el territorio de las lágrimas. Y floreciste como esas hierbas que atraviesan las piedras más tensadas.  No has desistido jamás en tus tareas de sembradora de amor en los recintos devastados.

Y hoy cuando de nuevo y tan de cerca arremete contra ti la instancia de otra tempestad, has sabido aprehender el sentido de cada tropiezo, para convertirlo en lección y en redescubrimiento de los cimientos volátiles de un vivir que no se agota ni concluye, mientras el amor guíe nuestro andar.

Y cómo no saber entonces que Alejandro siente tu compañía igual que siempre y que sólo ha emprendido una nueva travesía sin riesgo, sin complicaciones, sin dolor. El infinito se ha convertido en su territorio y seguirá enviando sus señales a los suyos, ahora cargados de lumbre de estrellas y de las mensajerías de quienes se le adelantaron en ese viaje.

Hoy eres la misma Aimarita, que tanto aprendimos a querer desde que te  descubrimos hace varias décadas, siempre llena de un dulzor que se derramaba por nuestros espacios para darle serenidad a nuestras angustias y compañía a nuestras soledades. Y has crecido del tamaño del amor que te tenemos.

Y te entregamos, como siempre lo hemos hecho, ese amor irreemplazable que ha integrado nuestras vidas desde que te conocimos como la misma niña en flor que ahora eres y seguirás siendo siempre. Ahora con sonrisas agregadas a tus convicciones de egregia soñadora.

Y hoy nuevamente te rodeamos con orgullo, te acompañamos con esa presencia que tú nos tejiste, y te enviamos abrazos que como rayos te alcancen fugaces por los corredores de tu vivir.   

mery
08 abril 2018


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