Manlio
Hace un años exactamente te escribí una carta. La excusa perfecta era tu cumplevida. En este nuevo febrero la dimensión del afecto, la estructura ígnea de los lazos que nos juntan, nuestro historial de batallas y alegrías compartidas, van más allá de una fecha. Toca la esencia misma de la vida. Y es lo que hoy vengo reiteradamente a celebrar.
Por alguna razón, que tal vez provenga de esa poesía
silenciosa e invisible que siempre está allí al alcance de una mirada o un suspiro,
nuestras palabras siempre han tocado dos elementos de la naturaleza que
perduran más allá de todos los cataclismos. El agua y la piedra. El arroyo y el
guijarro. El río y el canto que sus asientos le suministran en su camino hacia
la mar.
¿No es maravilloso acaso que hayamos podido lograr
juntar dos elementos opuestos, según la física, pero trenzados en cada uno de
los paisajes en que se expresan y manifiestan?
En carta que me respondiste en febrero del 2019 me
dejaste estos versos del poeta puertorriqueño Luis Lloréns Torres quien
escribió, en su poema a la Mujer Puertorriqueña: ... “bajar al fondo y allí /
volver con el pez que canta / para que te cante a ti.” Y
agregaste: “Pequeños peces y piedritas
nos alejan de nuestros sinsabores y sufrimientos.”
Hoy, Manlio, quiero hacerte una colección de peces
pequeños y recogerte una ristra de piedritas para celebrarte. En esa fusión
queda sellado el vivir. En sus eclosiones los caminos estrechos que confinan el
guijarro a ser sólo el vaivén del agua. Y al agua a retener sus manantiales
para que no converja en siembra sobre territorios áridos.
Nuestra virtud mayor, mi Manlio es que hemos
logrado, en medio de tempestades y tolvaneras, contener en la cuenca de
nuestras manos y la vasija de barro de nuestro corazón, la transparencia del
agua y el potencial alquímico de la piedra de convertirse en rosa.
Esa lealtad a la vida, al amor, a ese antiguo e
incumplido credo que debiera definir la humana existencia, es lo que nos hace
móviles en medio de las brumas más cerradas, nos hace fuertes como el guijarro
dejando sus señales en la respiración del agua.
Y eso, Manlio, es lo que celebramos siempre. Y tú has
sido, eres y seguirá siendo esa clara lección que la cascada le entrega a la
montaña hecha roca pulida, la que la piedra diminuta le deja con su canto de
infinitas resonancias al río que va en busca de encontrar su propio enigma en la
curvatura de la sal.
Eres, en tu paciencia y entrega, en los acordes de
ternura que nada te ha podido arrebatar, en esa lucidez que mantienes más allá
de toda la sabiduría de los dioses y gendarmes, un ser de una belleza que sólo
se puede escribir con la gramática del viento y el alfabeto del rocío.
Te celebramos, entonces en este febrero, como en todos
los días de conocerte y quererte, dejándote el canto de amor que los peces se
entrecruzan dibujándole partituras a los océanos, y la resonancia de
clavicordios que los guijarros le tejen al agua, para viajar con ella, hacia
ese tiempo que algún día vendrá, que juntos tanto hemos soñado y seguiremos
soñando.
Mucho, muchísimo, mi Manlio.
mery sananes
26 febrero 2021
F, Lizst
Jeaus d'eau
Claudio Arrau
Tienes una prosa poética, Mery, extraordinaria y con buen ritmo narrativo, algo muy difícil de lograr. Esa es tu maestría, en mi humilde opinión.
ResponderBorrarHe leído la carta escuchando a Ludovico Einaudi:
ResponderBorrarhttps://youtu.be/3MB1xk3qPOg
Qué maravilla, Maravilla, que me dieras por compañía a Einaudi, y que tú la estvieses leyendo. Sé bien que lo que tocas le dejas tu magia y yo lo celebro siempre. Mi abrazo.
ResponderBorrarEn este texto hay un decir que va más allá de un homenaje. Es el amor revestido de palabras.
ResponderBorrarGracias Navil. Mala maña que siempre tengo! Y te envío mi abrazo, porque esa es otra maña que también ejercito siempre.
ResponderBorrar¡Qué belleza! ❤️
ResponderBorrarTierno mensaje que acaricia nuestra alma!
ResponderBorrarAbrazo bien fraterno querida poeta Mery!
Siempre logras transportar al lector a lo profundo de tu corazón, de dónde nacen estas bellezas que nos compartes y que me hacen quererte, entenderte y admirarte cada día más. Te quiero, Mery.
ResponderBorrarGracias Ulina, eres una compañía en verdad muy especial. Y no sabes cuánto atesoro cada uno de tus mensajes. Con tus bendiciones me arropo. Tu cariño viaja conmigo. Y el abrazo es algo que compartimos cada día.
ResponderBorrarMery Sananes, fascinante tu entramado...hasta "la respiración de las rosas", que me hace reaccionar y saber que eres tú y tu alma quien le habla a Salvador.
ResponderBorrarQuién le escribiera a uno así tan bonito!
ResponderBorrarHay muchas maneras de escribir. Las más hondas son aquellas que no requieren de escritura ni letra. Son las que se redactan en el vivir cotidiano, en el oficio elegido, en cada elección que hacemos para que no se fracture el bien común. Y tú Alexander en mucho te dedicas a esa diaria redacción de un vivir mejor. Mi abrazo, amigo.
ResponderBorrarinmenso corazón, una carta extensa la que ofreces, duradera, ancha, interminable, tu amistad es como el mar, se ve el principio pero nunca se ve el final. Yo guardo como un tesoro las viejas cartas que nos escribíamos de novios la que es ahora mi mujer y yo, a veces las releeo y me siguen emocionando.
ResponderBorrarMucho me conmueven tus palabras Víctor Manuel. Y es muy hermoso lo que dices sobre tus cartas. Su permanencia es un fruto dúlcimo. Un regalo del vivir. Y el inmenso sentir de lo que logramos conservar transparente más allá de los desasosiegos que nos tocan. Gracias!!!
ResponderBorrarLa recibió, Mery. La recibió en tus ojos enraizados en el corazón que está conectado con la noche y el fuego, con lo viviente y lo extinguido, con la porosidad y la quietud que vibra más allá de todo atardecer.
ResponderBorrarUn abrazo!
Muchas sincronías nos juntan, LA, en tantas dimensiones de este vivir y desvivir. Yo recojo tus palabras y tu afecto, como un bien extraordinario, que hace en muchas ocasiones que se nutran, se complementen, se integren. Algún día una voz colectiva dirá -con toda la especificidad de cada uno- el canto de todos. Gracias LA.
ResponderBorrarQue placer estetico es leer y re-leer tus escritos, sean estos en poesia no hilvanados en un lienzo en prosa. Bello homenaje al Manlio Sardi. Y como Manlio, nosotros tus lectores@s somos lo beneficiarios. Mi abrazo cordial para ambos en la distancia!!✍
ResponderBorrarGracias, Lionel, por las palabras que me dejas. Siempre nutren y acompañan.
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