En este
despegue, en esta explosión,
en
este fulminante arrebato
en su
aliento de fuego
se
halla todo el poema de la creación
De un
instante de amor nace la eternidad
y las
profundidades del espacio.
El
infinito respira los mundos.
Los
sonidos envuelven el silencio.
Alexander
Scriabin (1872-1915)
del
libreto de su obra de arte total “Misterio”
No conozco la ley de los siete ni la
ley de la octava pero he ascendido y
descendido por los rieles de un piano
en los altibajos de sus tonos y semitonos
como quien asciende a una cima y se refugia
bajo un árbol para seguir el compás de
una respiración que no es nuestra sino del
aire que nos conduce
No he trascendido a pitágoras
aunque he navegado entre los números
como en un laberinto buscando la clave
de su perfecta arquitectura sin advertir
que llevo uno adherido a mis latidos
que aún no descifro
No llevo a platón cosido en los sueños
ni he penetrado en los misterios de la
cábala pero he sentido reverberar en mis
dedos las vibraciones de letras que entonan
una canción cuya melodía aún no aprendo
Sé que todo obedece a leyes cósmicas
las redes que tejen las arañas el camino
de las hormigas las órbitas de las galaxias
y este intervalo de tierra en el cual
somos pasajeros de un tiempo que no
sabemos leer ni comprender y por el cual
navegamos como extraños mientras
alrededor un caos configura todas
las desarmonías
Sé que somos polvo que no se aglutina
y que se desperdicia en un
vacío inexistente
que en la cuenca de nuestras
manos no logramos siquiera retener
el sorbo de agua que dé de beber
al sediento o de cobijo al hermano
Sé de la construcción de instantes
de amor pero también que de sus
efluvios no hemos podido parir la
eternidad ni las profundidades del
espacio ni la octava nota
que reinicia la escala para que
despegue al fin ese fulminante
arrebato ese aliento de fuego
que estalla en creación
Envueltos en el silencio sólo hemos
podido inventar ruidos sordos para que no
se escuche el llanto de los niños a quienes
una bala les atraviesa la ilusión
Desasistidos de toda armonía
con una estopa en la garganta
enfermedad del cosmos o recorrido
equívoco del átomo hemos quedado
reducidos a ser desechos siderales
en busca de un nidal de estrellas
Y sin embargo como en un ritual
apasionado y preciso me asomo
una y otra vez a cada amanecer
en la certeza de que en sus ondas
solares en el abecedario de las hojas
en el coro de los grillos encontraré
algún día la escritura genética
de la vasta partitura musical de
la que somos y seremos siempre
cuerda enamorada
mery sananes
05 de enero del 2014