a rené rodríguez soriano
astilla de luz que no se apaga
dondequiera que estés
De cuántos matices
se viste la luna
después de un eclipse
Seis horas duró la
interrupción de su luz
derramada como un sol
sobre la cúpula de
los cielos
Tiempo para observar
el planeta que ilumina
con tanto amor
aún en sus menguantes
porque en ellos deja
la memoria de su fulgor
Y en ese largo trayecto
de ida y de vuelta
que no le ocurría desde
hace 600 años
la luna descubrió que
en muy poco ha cambiado
la larga historia de
la tristeza del hombre
Y en mucho se ha
transformado el jardín
que alguna vez fue la
superficie de ese diminuto
punto de océanos azules
derramados sobre un
tapiz de arcoíris
invocando tiempos
de creación y belleza
Y al regresar de su
secuestro sideral decidió
verter sus más luminosos
atavíos de nardos y jazmines
de ríos de mieles y
gajitos de mandarinas
para recordarle al hombre
desolado que si no
recobra el amor y la
plenitud que alguna
vez fue su dominio
el planeta no será más
que un cumulo de cenizas
extraviadas en la gigantesca
pira del universo
¿Podrá el hombre razonar
como la luna sobre la
luz prestada de la vida
que se nos está apagando
cada vez más?
texto / mery sananes
fotos / avi
19 de noviembre 2021
Schubert / Fantasy in F minor / for 4 hands
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