a mi padre
en otro de sus agostos
Hace mucho debes haber ascendido
 
por los verdes canales de los pinos
 
hasta la cresta de las montañas más altas
 
en busca de un lugar abierto donde cobijar
 
la quietud que quisiste construir
 
desde estos tiempos móviles y devastados
 
que no supieron de la consagración
 
de tus empeños por inventar una razón
 
sin contrapesos simple y llana
 
como la de los árboles en los bosques
 
que inventan tejidos milagrosos de
 
pájaros y mariposas que van y vienen
 
por la escala de las distancias
 
para preservar la autonomía de su vuelo
 
y el encantamiento de su canto
 
Hace mucho la palabra busca
 
la musicalidad de un abecedario
 
capaz de descifrar el recorrido
 
espiral de las circunvalaciones
 
que van desde el tejido de tierra
 
hasta la explosión de los ramajes
 
en rítmica dimensión de una estatura
 
que alcanza la verticalidad de las
 
para dejarte las recaderias de tu
 
ausencia escritas en el singular
 
lenguaje vegetal de las lloviznas
 
Como si del ala de tu sombrero
 
aún brotaran las hermosas cuenterías
 
de tus recorridos por el interior de los
 
argumentos con los cuales edificabas
 
la noción de justicia y humanidad
 
en aquella escalinata que nos
 
enseñaste a ascender siempre más alto
 
como ley inalterable del corazón
 
Allí aprendimos el dulce oficio
 
de trenzar con el otro la esencia misma
 
de lo que somos en el solar de los nísperos
 
que aromaron los predios de pupilas
 
que se abrieron para siempre al asombro
 
Desde entonces se insertó en el costado
 
invisible del horizonte una suerte
 
de nostalgia que suele pintar de violeta
 
los muros circulares de los pozos mas hondos
 
previniendo la tristeza de todo colapso
 
y nutriendo el estruendo de un suspiro
 
que no concluirá hasta hacerse canción
 
Este agosto tiene sabor a arribo
 
y estadía como quien rescata del
 
recinto de tus manos una estrella diminuta
 
y una carta a la que se le sale
 
el amor por los pliegues de tanta
 
ternura de la que está hecha
 
y que hoy no cesas de leer desde
 
la residencia astral que hoy habitas
 
tal vez haciendo uso de las lamparas de sol
 
o los resplandores nocturnos de marte
 
en su paso por la constelación de tauro
 
Sé que navegas en el vigil
 
de los jurbash como nuestro eterno
 
acompañante de aventuras que no
 
21 de agosto del 2007
mery sananes
Joaquín Rodrigo /Adagio / Concierto de Aranjuez
Paco de Lucía  
2 comentarios:
Gracias Mary!
Fue como si le escribiera a mi Padre, quien también habita una residencia astral hace apenas 1 año.
Qué hermoso, querida Mery!..Seguro que él escucha tus bellas palabras escritas...en el lugar donde su alma habita
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