Campo de lirios / Vincent Van Gogh
Más allá de la hendidura
la alegría se abre paso como un
cincel que talla su estructura de risa
sobre una piedra maciza y milenaria
Nadie la deja sembrada en la puerta
de los sueños se va tejiendo como una
ofrenda en medio de los minerales que
en las profundidades de la tierra
aguardan su tiempo de emerger
en cuarzos de saviamor
Nadie la tiene encerrada en los
claustros de los falsos regocijos
o en los pasajes de un versículo
que jamás fue sagrado
La alegría es una larga jornada
por los andenes de la tristeza
donde se añeja y madura en vasijas
de una madera que no conoce
del dulzor de las uvas pero que
destila sinsabores hasta alcanzar
la transparencia del agua
Se edifica en la gravedad de los
días expropiados a la vida en
medio del estruendo de los
fabricantes de espejismos
Es un laborioso recorrido por
los designios de los otros
empeñados en cavar túneles
en los horizontes y y sembrarle
minas a los nidos de los azulejos
La alegría es un itinerario de
oboes silenciados abriéndole
cauce al aire represado en la
estatura de las lagrimas
Es el regreso furtivo de la mirada
a la que le robaron su recinto de
cielos su coordenada de musgo su
travesía de columpio a los enseres
del alma de donde nunca debió salir
La alegría es el envés del espejo
que desgaja los adioses para
hilarlos uno a uno hasta dibujar
sobre la tarde la epifanía de
un abrazo aromado de azahares
Y allí se aferra como un gerundio
a la corteza de los precipicios a
la siembra de los días sin murmullos
para erguirse como un campo de
lirios una tempestad de rosas un
frenesí de madre que entrelaza
para siempre sus hijos a la piel
de su coraza en una alquimia
incesante de besos sin cerrojos
mery sananes
02 de enero del 2012
publicado inicialmente
el 02 de enero del 2012
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