Como un cuarzo cincelado
por un juglar de la noche
la primera luna llena de abril
se asoma a observar un planeta
que está perdiendo su azul
el pájaro la mira
sabe que anuncia su hora de
irse hacia el nido
para componer el trino que en la
mañana le entregará
al hombre a ver si alguna vez
aprende a cantar
y la luna se queda buscando a
júpiter sobre el horizonte
y como si no alcanzara su superficie
para absorber el fuego que la ilumina
el sol cubre su piel con un aura
que se derrama sobre el cielo
como un motete cósmico
la luna entonces se adentra en la noche
y trata de descifrar el misterio
de las constelaciones mientras
se pregunta qué ocurre
con ese diminuto planeta que ya
no tiene risa ni aroma ni canto
sino un río silencioso de lágrimas
que no llegan a hacerse nube
y entonces sólo nos queda
en el aire el retrato de un pájaro
afinando sus consonantes
para el kyrie de los amaneceres
texto y fotos
mery sananes
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