un eclipse le ocultó al sol
el fulgor de tu melancolía
De tu sol a mi sol
una elipse hizo camino
desde tus ojos para hacer
resplandecer el cuarto
menguante del domingo
de tu huida hacia los altos
lagos de la estación
que no concluye
Desde tu junio a tu marzo
las lunas le robaron al sol
sus mediodías para ofrendarte
ese olor a pan horneado
que destilaba cada día
de tu corazón ennochecido
para entregarlo a pedacitos
a la savia de los nísperos
y la piel de los pomagases
Y desde entonces todos mis días
tienen la dimensión gigante
de tus estaciones lunares
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