por este tiempo de tumultos
sábado, marzo 28, 2015
RITUAL DE BAUTIZO EN CALENDARIO DE TEMPESTADES
para ignacio luis
Irrumpiste en la mañana de un nueve de enero, desde la décima casa del
zodíaco, regido por la constelación de capricornio, en un tiempo que señala el
inicio del invierno en el hemisferio norte y del verano en el hemisferio sur de
este planeta llamado tierra.
Llegaste con un telar de cosechas en tus manos y un ajuar de agua
retenido en el pozo de tus párpados. Tus latidos alcanzaban el paisaje de tu
madre con todas las tonalidades que visten los verdes sobre el arrecife de las
hojas. Tus dedos dibujaban sobre la
sonrisa de tu padre huellas de labrador y la templanza de un abuelo asomado
desde el cristal de un surtidor hecho de hilos de estrellas.
Arribaste hecho de sonrisas a instalarte en los predios de los milagros
y en la circunvalación de los amores de una hermana que se sembró en tu paladar
desde que habitabas la casa de las lloviznas que miden y medirán la dimensión
exacta de tu crecimiento.
Entre todos fuimos cerrojos para que nada despertara tu sueño de
mediodía, aferrado a la clave de sol de tu madre. Alumbramos tus recintos con
aromas de azahares y escribimos en los pliegues de tu piel, los acordes de un
canto perpetuo, fuga y contrafuga sobre las estelas de un clavicordio girando
en elipsis de flor.
Hoy, Ignacio Luis, ya te acercas
a los tres meses, y se ha hecho hora de convocarte al oficio de vivir, en un
calendario de tempestades. Ritual de bautizo con el cual te construiremos una
estación de alegría para todos tus días.
Y aquí estamos presentes tu padre y tu madre, tu hermana y todos los que
te amamos como hijo parido de nuestros propios designios, para hacer del
corazón la pila bautismal de la cual manará el caudal de riachuelos que
nutrirán tus pasos de sembrador de ilusiones.
Y en nombre del verano y del invierno, del otoño y de la primavera, del
árbol que resiste la sequía de este valle, de la nube que dibuja vuelos de
pájaros sobre la montaña que te circunda, del dorado que tiñe los cantos en los
atardeceres de esta ciudad triste, en nombre de la vida que emerge desde el
susurro de los grillos, el rubor de la rosa, y la arcilla que se vuelve
cántaro, te bautizamos Ignacio Luis, hijo de la alegría, almácigo de amor,
recipiente de hazañas recolectoras de esperanzas.
Te entregamos el secreto de las rutas siderales que reverberan con las
mismas vibraciones que mueven la magia de tus dedos. Dejamos impreso en el filo
de tu suspirar el movimiento circular de la vía láctea, para que cada vez que
las necesites le nazcan alas a tus ansias aventureras. Y estampamos en la
corteza de tus anhelos el códice secreto de las abejas y las mariposas.
Ignacio Luis, que el amor
contenido en las gotas de las pilas de agua del floridigio de la existencia, a las que te
llevan de la mano Danielita y Juan Jorge,
humedezcan el corcel de la
sonrisa que te acompañará por siempre y para siempre en tus pasos hacia todos los infinitos.
Caracas, 28 de marzo del 2015
Atardecer de este 28 de marzo del 2015
soles para un niño que comienza un largo peregrinar
por este tiempo de tumultos
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