¿CÓMO Y CUÁNDO
JUSTIFICAR LA MUERTE?
va con una sola imágen
recogida al azar
y sin otra música que no sea
la que emite el alma
al sentirse traspasada
No hay momento de la
historia en el cual la guerra
no sea el instrumento esencial
del dominio y el poder
En nombre de ese estatuto
una humanidad común
fue desintegrada dividida
repartida y asignada
Desde entonces unos
contra otros ha sido
la secuencia de un tiempo
imborrable que no se
detiene
¿Y dónde nos ubicamos
nosotros?
Tal vez una
palabra
nos determine
somos parte de los
sobrevivientes
sin que jamás hayamos
podido definir
ni la identidad ni la
fuente ni las claras
consecuencias
de un mundo dividido
entre asesinos y asesinados
Los dueños del mundo
manejan a su antojo
sus instrumentos de
poder caiga quien caiga
y el planeta no es más
que un mercado donde
se vende y compra la
vida
Y nosotros los
sobrevivientes no somos
más que un espejo opaco
en el cual se sueña
rescatar la humanidad
convertida en despojo
y en muerte
cualquiera sea sus
formas
y no hay manera
de tomar partido
Y no nos queda sino
ese grito que brota
desde pozos muy profundos
que nadie escucha
porque hasta las bocas
de sombra han sido
convertidas en fosas
No tengo las respuestas
apenas un llanto contenido
un temblor que no cesa
una herida que no cierra
¿He llegado a alguna
parte con este derroche
de palabrerías?
¡No!
Seguimos cosechando
ese dolor de Vallejo
el grito de Nazim Hikmet
el sacrificio compartido
de Pío Tamayo
el ruego de Kafka
ante una puerta cuyo
dueño es el carcelero
la tragedia ininterrumpida
del mundo y quienes
lo habitan o deshabitan
Navegamos en medio de
inocencias convertidas en
errores aferrados a
verdades inexistentes
Me preguntarán quienes
me leen con afectos
indiscutibles
¿a qué viene tanta queja
si el único arreglo a que
llega este mundo es el
que se disputa con las
armas los misiles y
la muerte continuada?
Mi respuesta como la de
tantos es apenas una
herida invisible
una queja sin recipientes
una flor que después
de ser convertida en brasa
continúa su tarea
de revivir en un jardín
de milagros
Aquí hoy y ahora somos
tristes espectadores de
una guerra mundial
que deja sus huellas ante
nuestros ojos
sin otro instrumento
para detenerla
¿Podremos lograr alguna vez
entregar el testigo al que viene
detrás aún con la ilusión
de llegar a una meta todavía
no establecida?
23 de febrero del 2024
texto / mery sananes
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