martes, diciembre 05, 2023
EL INFINITO LIBRO DE LA VIDA
Gustav Klimt
Brota una planta
y el libro de la vida
se desborda sobre
los pliegues del
tallo que lo sostiene
desde el útero vegetal
a celebrar ser hilo
y manantial de amor
interior de sus células
reside ese árbol
diminuto que se inserta
en la tierra para
reconstruir una y otra
vez el eterno bosque
del vivir
Y que esta sufrida
humanidad aún no logra
aprender la mágica lección
que cada fruto cada flor
cada siembra nos deja
en el ciclo infinito
del renacer
texto y fotos
mery sananes
03/12/23
A. Marcello
Concierto para oboe
Il Gardellino
sábado, diciembre 02, 2023
ANABELA Y LAS HOJAS DE OTOÑO
AL CUMPLIR SUS DIECISIETE
MESES
Y de pronto la sorprendió
el oro de las hojas
como si el sol se posara
en cada una
mientras ella intentaba
guardarlas en sus
manitos
Y celebraba la
resurrección de la
alegría
comiéndose con
sus ojos de brasa
el abecedario
de la naturaleza
Mientras
en su corazón
inventaba su lenguaje
de bosque y de árbol
aprendiendo a sentir
la continuidad de su
savia en el fulgor
de las hojas
Su padre acompañó
la travesía de Anabela
con su amor de niño
todavía
Unas horas de no acabar
para una niña enamorada
de la tierra el aire la lluvia
y los bosques del
verdadero vivir
texto y fotos
mery sananes
25 noviembre 2023
Romance español
interpretan
Stjepan Hauser y
Pablo Sáinz Villegas
Etiquetas:
MS - El Libro de Anabela
viernes, diciembre 01, 2023
A UN ARRIERO DE CANCIONES
A
un arrierode
canciones
Canta una niña
con una muñeca en
sus brazos
que susurra a su vez
todo lo que escucha
desde su corazón
de lirios
sostenida en un amor
de hebras
en esos amaneceres
cuando de madrugada
se detiene a escuchar
la canción del día
mientras enjuga su llanto
en la transparencia
del agua
Y cuando eso ocurre
siempre hay un arriero
que se detiene a escuchar
una música que él recoge
antes de salir a sus tareas
por los caminos resecos
vacíos de risa y de
ensueño
Y en ese instante
se convierte en
arriero de canciones
que va dejando
en los caminos
palabras aladas
que siembra cada día
en los surcos donde
renace la esperanza
texto / mery sananes
imagen / de la web
Gustav Mahler
La Canción de la Tierra
Fragmento
La Canción de la Tierra
Fragmento
Dirige Claudio Abbado
Canta / Jonas Kaufman
EL GRIS ES UN LIENZO
El gris es un lienzo
inmenso
que sólo aguarda
la mano que lo
pincele
En el gris
caben todos los sueños
y los fuelles
que espantan la tristeza
El gris es un clamor
del silencio
para invocar la
palabra que relumbre
El gris
es el resguardo
de la vida
y la certeza mayor
del mirar
texto y fotos
mery sananes
publicado inicialmente
01 de diciembre del 2015
Y Zaira la maga
en cuyos ojos todo el mirar
se derrama como un fulgor
de astros
invocó su palabra y
respondió
Pueden ser muchas manos
que lo pincelen
puede ser una voz si es colectiva
o simplemente un grito escandaloso
que despierte conciencia amor y vida
Es un toque de alerta
en su grisura
un toque de ternura
luz de plata y de azul
es simplemente ser
Amanecí pensando
en tonos grises
la sincronicidad
del aquí y del allá
y le puse un sí de plata
tambien un sí de oro
Derroché mucho verde
de esperanzas
y vertí el amarillo
de alegría
El rojo regresó
con mi arcoiris
que iluminó ese lienzo
de los grises
Zaira Andrade
01 de diciembre del 2015
jueves, noviembre 30, 2023
HACIA UN BOSQUE DE LUCIÉRNAGAS
En este último día
del mes de noviembre
diciembre se adelanta
engalana las hojas secas
con sus galas
de lumbre blanca
y se derrama sobre
todas las superficies
escribiendo arpegios
de amor sobre la
tierra
El blanco toma
su espacios sin rubor
alguno
sabe que tras cada
una de sus estrellitas
se resguarda un
arcoíris
y una memoria
milenaria
Y que ha de dibujarle
al corazón de los grises
sus más hermosos matices
Mientras las raíces
regresan a su tarea de
hacer crecer la belleza
de una nueva estación
y los tallos de las flores
se quedan erguidas
aguardando el milagro
de su renacer
Ay si el hombre
pudiera al menos
configurar en su desvivir
la lección del invierno
y la fortaleza de la flor
este mundo de llanto
se convertiría en un
paisaje para la alegría
un canto sin nombre
esparciendo en el bosque
la eterna luminaria
de las luciérnagas
texto / mery sananes
imagen / de la web
30 de noviembre del 2023
Antonio Vivaldi
El Invierno
Las Cuatro estaciones
miércoles, noviembre 29, 2023
CONJUGAR EL ABECEDARIO DEL INVIERNO
Ay de la lunaque en el comienzomismo de su menguantela nieve ha tomadosu pasoarrebatándonos la alegríade asomarnosa buscarla en losamaneceres
Aun el fulgor del solprocurar traspasarel velo del aguaconvertida en coposque parecen floreceren las ramas desvestidasde los árboles
Y nos dice que hayque aprender a conjugarel abecedario del inviernopara hacer de los díasy noches un refugiode estrellitas luminosasdándole de beber ala tierra que las aguarda
Mas como dejar queel concierto del invierno noshaga extraviar la presenciade seres que carecen deun refugio un techo unmanojo de troncos paraencender una fogata queles devuelva el calorque requieren parasobrevivir
Y se mezcla en nosotrosel misterio del agua y eldel llanto de las madresque no pueden arropara sus hijos sino con lallamarada de su amor
Ay de este mundo en elque los denominadoshumanos no han podidoresolver el enigma de unvivir compartido
Y la lúdica visión delinvierno se nos vuelveun cristal roto un espejosin envésuna pena de penasmientras seguimosaguardando la conversióndel hielo en fuegoy del fuego en brasay la brasa encendidaen la risa de los niñosarropados en elmágico calor de lasmadres y de un vivirsin congojas y penurias
Y del invierno aguardamostoda resurrecciónde un vivir que alcancea cada niño en estedesolado mundo en elque nos toca sermás que nunca vozcanto y esperanza texto y fotos mery sananes
29/11/23
Antonio Vivaldi
Andante RV 277
Etiquetas:
MS - El Libro del invierno
lunes, noviembre 27, 2023
HACIA UNA PALABRA-PÁJARO
IMAGINERÍA DE LA PALABRA
HACIA UNA PALABRA-PÁJARO
Con la ilusión de alcanzar
la palabra-pájaro
que en vuelo sobre sí misma
funde al fin
la preterida historia
del hombre
LA PALABRA-ADAGIO
La palabra, ese arrullo que se adormece en la garganta, queriendo convertirse en música, en adagio que remonte las estancias de la ternura hasta convertirse en un beso alado y vivo, que siembre mandarinares en los rostros, pomarrosares en los huertos, aromerías en la vida.
Ese grito perplejo, que viene de las profundidades de los pozos buscando un párpado que la ataje y la haga suya hasta convertirla en piedra de honda, en guijarro que desciende hacia el río, en corteza de un bosque que aún no ha nacido.
Esa disonancia que se convierte sin querer en grieta, herida, tumulto de lágrimas que no la contiene alfabeto alguno, sino que se derrama como un arroyo desbordado sobre la sed de quienes no tienen risa ni suspiro.
Esa arma que se carga de dolores tercos, que desenvuelve sin pudor el cristal de su inocencia para dinamitar muertes, como si fueran estrellas fugaces de un firmamento que ha perdido su luz.
Ese invento inútil del hombre por alcanzar la sonrisa del hermano, que se convirtió en piedra de amolar fuegos ajenos y extraños, en los que se perdió la transparencia de una risa sin congojas.
LA PALABRA-ESPEJO
Ese errático estatuto de injusticias, de proverbios amañados, de salmos sin ánforas de miel y de mirra, de voces apagadas y cuentas opacas sin mágicos abalorios en los cuales inscribir la vida.
Ese juguete aromado que se dobla y quiebra en simetrías y acordes para ajustarse a un ritmo y un corte que es un delirio de sueños sin despertares, de acompasados versos que caen en el precipicio de un canto quebrado que no encuentra su camino en la escalinata interminable de los deseos.
Esa huella de cicatrices clavadas en el costillar como un ritual fúnebre que no sabe descifrar la magnitud sonora de un latido sin traducción ni ortografía.
Ese cuchillo que destroza la piel de los encantamientos y la luz de las fulguraciones hasta convertir el sobresalto del día en un tropel de oscuridades.
Ese rictus sin melancolía ni esperanza que se dibuja en los rostros sin palabras ni alarido.
Ese párpado desprovisto de pupila que deambula ciego sobre las frondas de un tiempo que no reconoce como suyo.
Esa anfitriona que endulza y embauca, domestica y paraliza, seduce y condena, hasta apagarse en si misma como un candil sin cedazo.
Ese tumulto de florerías que se quedó atrapado en los solares del olvido, que no logró acampar en el hemisferio central de un corazón enardecido y que sepultó sus ansias jardineras en el estropicio de una vida convertida en muerte.
LA PALABRA-LÁGRIMA
Ese instrumento que de ser canto y melodía para convocar la lluvia, la primavera, la cosecha y el abrazo, se trastocó en sistema contable, en almacén de números que no guardan en su interior sino la clave de todos los maleficios, inventados sin consonantes, para que rijan cada uno de nuestros pasos, como si fuese la palabra viva de un manantial.
Esa herramienta sin cinceles ni azadones, que se disputa el filo de las metrallas y el estruendo de los combustibles que se vierten sobre los niños que no comen caramelos.
Esa desfachatada creación de la muerte para confundirnos la vida y hacer estallar en sollozos el rito de amor que nos pertenece por razón de especie.
Esa inútil voltereta de los labios que no conocieron el sabor a duraznos de los besos niños.
La palabra fraccionada y herida en mil palabras que se desentienden y disgregan, separan y desvanecen, hasta que no nos reconocemos sino en la palabra muerta que nos dejaron inscrita en los viejos libros de una historia que se repite incesantemente.
LA PALABRA-METRALLA
Con esa palabra desvencijada y fracturada hemos acometido todos los crímenes, hemos descrito la historia milenaria de nuestras propias inutilidades, hemos albergado la esperanza para luego verla disuelta en un vertedero de lágrimas que aún no logran estructurar su sal en verbo que contenga el alto grito de la vida.
Con esa palabra hemos dibujado la tristeza en todas sus dimensiones, y hemos endulzado los manjares amargos que nos entregaron desde el nacimiento para llenar nuestras alforjas de proscritos de la vida.
Con esa palabra hemos avalado y justificado, consentido y permitido, que se haga ley y costumbre, república y frontera, la palabra que acalla y adormece, extingue y aniquila.
Y hasta con esa palabra, con la que no logramos entendernos, hemos distraído nuestra nuestra vida hasta convertirla en palabra muerta y exhausta, de tanto contener silencios que no silencian y gritos que no despiertan a nadie.
LA PALABRA-AURORA
Y es tiempo y hora de una palabra-aurora que se acueste sobre la noche para producir el alba. Una palabra que nos devuelva el lenguaje de la especie que somos, del umbral de infinito que nos contiene, de la dimensión estelar de la que formamos parte.
Una palabra oceánica que haga cesar los naufragios y que le devuelva a las orillas ese sabor a estadía en la casa del hombre que ha borrado las fronteras de los otros, las verjas de metal ancladas en los costados del agua, para hacer prisioneros a los sueños de una palabra que vuela en su lamento más allá de sus ausencias.
Una palabra-barreno que dinamite los claustros, las reclusiones que convierten la palabra en un despojo del viento, en un grito sin viga que lo sostenga, en el ruido sordo de un tormento.
Una palabra-gigante que rompa los linderos de las lenguas, que tome por asalto las manos, las miradas, los gestos, los abrazos y hable con ellos palabras de amor que hagan acallar los verbos de odios enardecidos, de conjuros extraños, de silencios ensordecedores y malignos.
LA PALABRA-MOLINO
Una palabra-molino que desgrane la tristeza hasta convertirla en una harina para el pan de los días que se viven, tomados de los días de los otros, que hicimos nuestros en un intercambio de cuerdas sonoras que nos otorgue el don de escuchar y comprender la palabra del otro como nuestra propia memoria.
Una palabra-horizonte que le teja caminos a la palabra que aún no alcanzamos, que le tienda un manto de soles a las oscuridades que nos arropan, que le borde cánticos a los llantos estremecidos de a quienes les arrebataron hasta el habla, dejándolos solos con una muerte a cuestas que nos toca y golpea como un madero furioso lanzado por un torbellino.
LA PALABRA-LIBERTARIA
Una palabra libertaria que desenvuelva los linos, las mortajas, las inmensas sepulturas de que están hechos nuestros sueños vulnerados por una palabra que nos atraviesa como el filo de una noche ensimismada de menguantes.
Una palabra que navegue en los charcos hasta anegar las sequías, que arrulle en el elípsis de sus conjugaciones, una sonata para niños que aún no conocen la risa.
Un palabra escudo, que detenga en la urdimbre de su tejido, toda violencia que acometa la ausencia de palabras y la presencia de una bala certera que rasga el corazón de las azucenas que nadie recogió.
LA PALABRA-COLIBRÍ
Una palabra que comunique, que lleve en sus acordes el reverbero de las abejas cuando producen su miel, el revuelo de los pájaros cuando regresan a su nocturnidad, el aleteo incesante que produce la mágica inmovilidad del colibrí a orillas de un pétalo esculpido de polen y azúcares.
Una palabra recia que inunde los sinsentidos y las sinrazones de quienes usan las palabras como un instrumento para herir, acumular, expatriar o masacrar.
Una palabra enfurecida cuyo furor no llegue más allá de la letanía de los números que cuentan los muertos y su repunte en la bolsa de valores donde se rematan los restos de palabras que ya no sirvieron ni para adormecer.
Una palabra que teja un manto de encantamientos en los escampados del alma, que le traiga florerías a los atriles de los días por vivir, que se convierta en el abrazo que el niño entrega generoso a la brisa que le alboroza los rizos de los que están hechos sus suspiros.
Una palabra que ponga en desbandada la maldad, y que le entregue a cada quien su porción de alfabeto, el predicado con el cual habrá de hacer florecer su huerto, sin subjuntivos ni condicionales.
LA PALABRA-PEZ
Una palabra-pez nacida de los pliegues de los párpados que se sumergen en el agua de los nacimientos para que la palabra que se gesta en el murmullo inicial de la vida, no pierda jamás la dulzura de la lluvia, el resplandor de los aguaceritos, el acorazado de los cielos despejados de grises.
Una palabra de agua que inunde todas las vasijas y los cántaros que dan de beber a la sed su manantial de palabrerías alegres.
Una palabra sustantiva, que se conjugue en gerundio, que no se detenga hasta aplacar la ira de los otros.
Una palabra recia que ascienda hasta el interior de los morteros y desarme la pólvora, que alcance el corazón del uranio y lo regrese a los macizos donde pertenece.
Una palabra que no retroceda, que no se quiebre al erguirse sobre quienes quieran acallarla, que retumbe, como quería León Felipe, desde el fondo de los pozos, para que puedan escucharla los hombres que han quedado sordos de tanta palabra amañada y mentirosa.
LA PALABRA-RAÍZ
Una palabra-raíz que nos devuelva a la tierra de donde provenimos, a la arcilla y el agua, al fuego y al horno que cuece la vasija y el cántaro.
Una palabra-pájaro de alto vuelo y nidales encendidos. Una palabra-mariposa que reparta florerías de polen al planeta todo.
Una palabra-rebelde que se alce sobre todo atropello y deje correr su abecedario preciso y contundente para detener todo metal convertido en bala, metralla o reja.
LA PALABRA-LIRIO
Una palabra-dulce como el rizoma de un lirio, que extienda en el aire su murmullo de arpegios, hasta acabar de una vez con todas las guerras, las conflagraciones, los enfrentamientos y la muerte, hasta sembrar al fin en este vulnerable y triste planeta, la palabra-vida como la lengua definitiva del hombre.
texto y fotos
mery sananes
Publicado en Media Isla
el 27 de agosto del 2011
Tomaso Antonio Vitale
Chaconne
Violín Nathan Misltein
Etiquetas:
Media Isla,
MS Imaginerías
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