sábado, noviembre 29, 2014

REFLEXIONES SOBRE LAS PALABRAS




DEL PODER DE LAS PALABRAS QUE MIENTEN
AL RIO DE PALABRAS-AGUA
 mery sananes

No resulta fácil la tarea de despojar un término de todo aquello que se le ha atribuido a través del tiempo. Razones poderosas siempre atan a las palabras a significados que luego se transmutan en verdaderos dominios del conocimiento. Se enraízan en la vida de los hombres, en el lenguaje de las ciencias, en el sentido común de la gente, como si constituyeran por sí mismas una realidad trascendente e inmutable. 

Las palabras tienen ese don de armar y desarmar estructuras, de nombrar la realidad y amoldarla a sus necesidades, de inventar una mentira y echarla a rodar por los siglos como si fuera una verdad incuestionable.

En verdad que el hombre se expresa y comunica con las palabras. ¿Pero en verdad nos entendemos? ¿Contienen los sonidos que utilizamos el conjunto de significados que le damos o por el contrario alcanzan un dominio tal sobre la realidad que, sin darnos cuenta, nos conducen a sus territorios? 

En este tiempo de violencias y miserias, las palabras se han convertido en el gran ropaje de la realidad, en la vestimenta de que se valen las ideas para no asustar al hombre. Como si el disparo pudiese acallar la bala y encubrir al asesino. Ese hablar deambula de boca de boca, repartiendo mentiras y engaños, que se convierten en el diario alimento de nuestras desesperanzas.

LA PALABRA ES UN DARDO

Con este vocabulario, inventamos sonrisas que nunca existieron, modelamos una vida que cada día carece más de sentido, y nos sirve para regocijarnos de nuestra capacidad para no detenernos reverentes ante el silencio. La palabra es un dardo que siempre quiere dar en el blanco de los sueños agotados en la inmensidad de las inconsistencias. Y es la medida de las mentiras que nos fueron dadas para que las resguardáramos con nuestro hablar. 

¿De qué palabras nos podremos valer entonces para nombrar al hombre?  ¿Con qué signos iremos a hablar para que nos entienda el hermano? ¿Qué vocablos develaremos para hablar el lenguaje de la humanidad?

De eso se trata. Del poder de las palabras que mienten. Y de las palabras que socavan las profundidades de la tierra, como un topo, en busca de un pozo que sea la medida del agua que no ha alcanzado aún la superficie. Del ruido que hacen las palabras huecas y del silencio que mora en los sonidos que aún no hemos pronunciado. 

De  la palabra-disparo que hiere el corazón del otro, deletreando una sílaba de sangre. La palabra-sepultura que acecha las destemplanzas del grito, para caer como un golpe sobre la tierra. La palabra que se vuelve lágrima ante la palabra-impunidad que recorre los corredores de una historia que no cesa de repetirse. 

La palabra que se viste de gala para hacernos creer que alguna vez el hombre asistió a la fiesta de la vida. La palabra-papagayo que le cortaron el hilo y que aguarda su tiempo de ascensión. La palabra-horror que le inventaron a los hombres, para que se olvidara de la palabra-canción que la madre le susurró en la mañana de la palabra-mundo.


EN BUSCA DE LA PALABRA-HUMANIDAD

Trata sobre la palabra que sueña con ser velero. Y de la palabra-viento que quebró los mástiles de los barcos que nunca regresaron. La palabra-flor que está atrapada en el corazón de los niños. La palabra-abecedario con la que enseñan las primeras mentiras. 

La palabra-sumisión que pide consecuencia. La palabra que los poetas pincelaron de colores para que se hiciera pasar por un arcoiris. La palabra noche de los truenos que no han encendido su luz sobre las nubes. La palabra que designa los tiempos que vendrán.

¿Y qué palabra utilizaremos para hilvanar un discurso sobre la palabra que miente, sin que otros crean que la nuestra es una palabra-herida de tiempo? Para esta tarea venimos desprovistos de un sistema de signos fijos, de una estructura lingüística acabada, o de un campo verbal organizado en torno a la palabra-sustantiva. 

Venimos con una palabra-saeta que quiere abrirse paso, entre la maleza, buscando un territorio donde sembrar palabras-semillas que mañana produzcan palabras-frutos, para todos los hombres. La palabra-humanidad con la que habremos de entendernos algún día. 

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jueves, noviembre 27, 2014

EL CARIBE ES EL MUNDO DE LAS ASIMETRÍAS



LETRAS DE LAS ISLAS DEL CARIBE HISPANO
René Rodríguez Soriano

es un viaje panorámico por el maravilloso y mágico mundo de la literatura de las islas del Caribe hispano. Textos y autores sobresalientes del siglo XX. Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Pedro Mir, Juan Bosch, José Luis González y Luis Palés Matos,  entre otros.

Houston Community College Central, Houston, Texas
19 de noviembre del 2014

Una hermosa presentación de René Rodríguez Soriano, ante un archipiélago de tierras similares y distintas a la vez, parte esencial de un Caribe asimétrico y contradictorio, que lleva en su piel las huellas de un mar en cuyos genes se fragua toda la música del mundo y todas las penas de la tierra. 

Espacios cargados de memoria y pasión, de coplas y orfandades. De escritores recios y mujeres rebeldes. De misterios y rituales, magia extendida y tristeza ancestral. 

Cada uno llevando en si mismo su palabra caribe, insondable, más todo lo que es capaz de absorber. La injusticia, el dolor y la muerte. Y ese combate desigual que aun prevalece. 

Una sobrevivencia que se yergue sobre la capacidad de reinventar, soñar, navegar por los suelos más trepidantes en busca de una raíz lejana revestida de horizonte, o cercana en su hondura vertical.

Es como un tejido que requiere de todos los dedos para rescatar un manto que a todos arropa, pero que la historia deshace con sus fronteras, sus balas y sus miserias.

Recorriendo el mapa de esas islas, uno se encuentra como en un espejo en cada pedacito de cielo o de orilla que allí se desborda. Otros nos separan, pero la historia subterránea y colectiva nos junta en este hoy de lamentos, pero sobre todo en ese hacer de porvenir que es nuestro compromiso y nuestro deber.

El de la esperanza de Pedro Mir, el delirio de Hemingway, el reino de Carpentier, la ternura de Fina, el Cristino de Juan Bosch en el cual todos nos encontramos, el afro-antillano puertorriqueño de Luis Palés Matos, ese viento de Lezama Lima como un gato que se extiende silencioso para dejarse definir. 

La zafra de sueños de Nicolás que, con todo lo que tenía que tener, aún no sé si tiene algo, el agua que piensa de Manuel del Cabral y ese canto triste de Héctor Incháustegui Cabral por una patria que es de todos, donde quiera que estemos.

Y los innumerables, que antecedieron y prosiguen estas claves en las que se inscribe un futuro aun por rescatar, reinventar, construir. Y ese es el propósito, el sentido, la dirección que le entrega, con su propia corazón, RRS, a estas Letras que hoy nos viene a ofrendar. 

Porque para RRS una selección no es más que una circunstancia para izar los velámenes de su bajel por ese mar que lo contiene. Jamás excluir. 

Y quien quiera entenderlo, si estalla en su interior la esperanza, tendrá que verse incluido en esta muestra extraordinaria que nos regala la voz, el ritmo, la percusión, las cuerdas y la palabra que se desliza calladamente sobre un sentimiento compartido y eterno, bordándole ilusiones al letargo. mery sananes




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lunes, noviembre 24, 2014

THE RAINBOW


THE RAINBOW



In the midst of the rain
between the clouds and the storm
descending toward the empty
branches of winter trees
the rays of sun are always
a miracle

They burst into the water
like a fountain of brushes
tracing flowers as if they
were the hands of van gogh
and then a rainbow draws
a circle of seven colors
each one with the secret
signals of life



And when someone encounters
those treasures it is not a pot
of gold what awaits at the end
it’s a journey through the circle
of a magic seed of love
that will nourish for ever
in the left side of your joys


In this day of November
you looked up to the sky 
maybe you were looking
for the red birds
or for that envelope that
travels with the wind
wherever you go
 with rumors of chimes


I know that you chase
white butterflies looking for 
the place where they first
grew their wings of beauty
and have always picked up
flowers from the ocean waves
as a tribute to your birth

I know that you have never
forgotten that window
where you first saw how the
leaves of grass dance in the
mornings while the sun 
wakes you up from your dreams



And today when your eyes
followed the path of your 
awareness and once again 
grasped the circle of life
I know that our bonds
will never cease to create 
rainbows even in the middle 
of the greatest darkness
and the hours of grief

November 24, 2014

EL ARCOIRIS
para Isaac Sebastián

En medio de la lluvia
entre las nubes y la tormenta
que desciende hacia 
las ramas deshabitadas 
de los árboles de invierno 
los rayos de sol 
son siempre un milagro

Irrumpen a través del agua
como una fuente de pinceles
trazando flores como si fuesen
las manos de van gogh
y entonces un arcoris dibuja
un círculo de siete colores
cada uno con las señales
secretas de la vida

Y cuando alguien encuentra
esos tesoros no es una vasija
de oro lo que aguarda al final
es una travesía por el círculo
de una mágica semilla de amor
que nutrirá para siempre
el lado izquierdo de tus alegrías

En este día de noviembre
tú lo atrapaste mirando el cielo
tal vez estabas buscando
los pájaros rojos
o esa carta que viaja
en el viento dondequiera
que vayas con rumores
de campanarios

Sé que persigues mariposas
blancas en busca del lugar donde
primero le crecieron sus alas
y que siempre has recogido
florerías del oleaje del océano
como un tributo a tu nacimiento

Sé que jamás has olvidado
aquella ventana desde donde
viste por primera vez cómo bailaban
las hojas de hierba mientras el sol
despertaba tus sueños

Y hoy cuando tus ojos
siguieron el paso de tus asombros
y te prendiste una vez más
del círculo de la vida
reitero que nuestros lazos
jamás dejarán de inventar
arcoíris aún en medio
de las mayores oscuridades
y las horas de desencanto

24 de noviembre del 2014

mery sananes
fotos / isaac sebastián

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UN MOLINO DE ASPAS ROJAS


24 de noviembre de 1864 - 09 de septiembre de 1901

Hoy tengo ganas de irme a buscar
a vallejo montarme en un bajel
y echarme a navegar hacia alta mar
subirme a la isla de santorini construir
una risa con la flauta de vivaldi
buscar a walt y llenarle las barbas
con hojas de hierba cabalgar en una
ola de manos de isadora
decirle a toulouse que aprendí
a amarlo un jueves de madrugada
mientras un molino de aspas rojas
desenvolvía mis penas y las echaba
a volar entre los pliegues de las faldas
de sus bailarinas



hoy descubrí que debo ir a buscarte
toulouse para que derrames sobre mí
tus pinceles hasta dibujar todas mis palabras
y hacerlas mecer en el viento
desde epidauro hasta tu barrio parisino
y desde allí hasta mis montañas
devastadas recogiendo los amarillos
de van gogh para encender una fogata
de girasoles



hoy tengo ganas de un sonido de
quena que trace en el aire la tristeza
de un adagio que aún no ha sido escrito
y desandando su melancolía
ir a tu encuentro





mery sananes / 1980

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jueves, noviembre 20, 2014

¿ESTÁ HERIDA DE MUERTE LA POESIA?



¿ESTÁ HERIDA DE MUERTE  LA POESIA?
mery sananes

a Juan Sánchez Peláez
1922 -2003

 LA POESÍA ES LA CONDICIÓN DEL HOMBRE

¿Está herida de muerte la poesía porque un poeta se fue a habitar el país de los silencios? No. El poeta no se va, apenas se transmuta. Como queda el hombre, siempre, en la pupila amorosa de quien toma en sus manos su palabra para sembrarla en nuevos solares con el sueño de que la tierra toda, un día sea purito reverdecer. La poesía, si vamos a su esencia,  tiene que ver con esa condición de ser hombre, que aún no alcanzamos. Poesía es vida. La vida de una humanidad que da vida al hombre y que no lo sepulta. Verso es todo suspiro que el hombre deletrea ante aquello que lo conmociona y asombra. Poema es el vivir del hombre cuando no hiere de muerte la vida. Algo que transcurre anónima y silenciosamente, como el crecimiento de una planta,  la combustión de una estrella, el paso de la neblina a la llovizna.

PERO NO HA NACIDO AÚN EL HOMBRE-POESÍA


Pero ocurre ciertamente que aún no hemos llegado a ese estadio del hombre en el cual se hace hombre-poesía de verdad. Apenas hemos iniciado un tránsito desesperado donde toda devastación ha sido posible. Despojado de su propia identidad, el hombre queda abandonado en medio de una muerte que tiene todas las dimensiones y hendiduras. Y  entonces la vida, que acampa en las flores, las hojas, las noches, los pájaros y las colinas, deshabitada del hombre como está, se convierte  en una especie de estrellita fugaz que apenas se divisa. Rayito de luz que de pronto se enciende. Palabra que naufraga hacia los confines de otros significados.  A veces se detiene en un corazón y lo nutre y alimenta,  para que se haga huella y cántico, lágrima o silencio arrebatado a la fiesta de los bosques. Entonces se levanta una voz solitaria, dibujando cabriolas en el aire, haciendo temblar los muros, buscando andenes hacia otras primaveras.

EL POETA NO HACE AUSENCIA DE MUERTE

No es que nazca un poeta, es que de pronto en ese corazón, la poesía que está en cada uno de los habitantes de este planeta, se vuelve verbo en su garganta. Y nace un poema, que no es hechura de un hechizo, sino laborioso andamiaje de un sueño colectivo que adquiere el arrebol  de un atardecer único e insustituible. Juan Sánchez Peláez, en su silencio magistral, es uno de ellos. Y su vivir fue fraguar diminutos metales con las palabras para que se hicieran guijarros en la movilidad de un río. ¿Cómo, quien nombra los dones del hombre, habrá de marcharse alguna vez? No será nunca su ausencia la que hiera de muerte la vida, sino quienes no sepamos reconocer sus señales. No en la palabra sino en el vivir.  No se trata de convertirnos en poetas sino de avanzar hacia la condición de ser hombres.

POR ESTA HORA QUE ES AHORA

Allí estará Juan Sánchez Peláez habitado por sus caballos, sus lechuzas, su Malena, sus prados y vergeles, de la mano poblada de luciérnagas de Mateo,  junto a la ardilla de alquimia de Vicente Gerbasi, los cielos que dibujan claridades en la casa de César Moro, en los jeroglíficos que teje su memoria, en el paraje del fruto vano y el acíbar, franqueando la línea de su desarrollo,  en la perplejidad de las cosas en vigilia, en la piel de fósforo de sus nudillos, en la gran araña del viento y la helada flor de los umbrales. Y en esos umbrales Juan Sánchez se pregunta: ¿qué armadura  nos sostiene y lleva? Y responde: sólo yo tengo resplandor propio cuando no pierdo el curso del río,  cuando no pierdo su verdadero sol. Por esta hora que es ahora.  Y por eso nos son urgentes en verdad, las sílabas hechas de praderas y vergeles, para que ningún muro le ponga solapas a los amaneceres.

POETA DE ESTÍO Y MANANTIAL

Y para esa tarea recolectora no le hace falta al corazón más verde que el que nos regalan los verdes pájaros del atardecer. Para alcanzar la pureza del estío y el canto del manantial /sobre los pinos en una hora alta de paz y alegría.  ¡Salud poeta!

mery sananes / 2003
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martes, noviembre 18, 2014

PREVISIÓN PARA UN AMANECER




Tanta dulzura
en el corazón del hombre,
¿es posible que falle
en la búsqueda
de su medida?

SAINT JOHN PERSE


Imaginería es la enamorada previsión del amanecer. El ángulo asimétrico de una conjetura. El argumento contra toda zozobra. La estructura templada del deseo. La restitución definitiva del amor como engranaje esencial del existir.


El punto de dulzura que se derrama de los crisantemos y que se deshace en artilugios sobre los ojos de las escalinatas. La contrapartida de todo desahucio. La espiga que contiene en su danza la esencia de la risa.

Es la clave del asombro, la longitud de la mirada que escudriña el vivir. El rostro del rubor que deletrea la inocencia. El nombre de la libertad que aún no hemos alcanzado. La premura de los días sobre la inminencia de las despedidas. La memoria sobre el olvido.

Los dedos que dibujan desbordados la acuarela del porvenir. Las manos que atesoran los milagros. Los abrazos que se alargan desafiando toda cerca o frontera hasta alcanzar al otro que espera impaciente señales de perplejidad.

El arma que podemos esgrimir para espantar la muerte, rehacer el hilo de la vida y trenzarlo en el viento, hasta que alcance y se junte a cada imaginería solitaria que brote en el mundo.

El río que cae sobre la sequía y la hierba que se siembra en los arenales. Son los hielos sujetando la franja de la vida y los mares pernoctando sus honduras sin derramarse sobre las orillas.

Es la fuerza que permite sobrevivir los exilios, los encierros, los maltratos, el desamparo, la miseria y la violencia sin límite de quienes todo lo acumulan y poseen pero jamás han podido atesorar una imaginería, porque de la vida apenas saben de extinciones.

Es el murmullo del mar que transporta la risa quebrada de los niños tristes. Es el deslumbrante estallido solar de una luna llena cuando todo lo demás se ha apagado.

La imaginería es la cordura requerida para vencer el sufrimiento. Y es la locura necesaria para desatar los órdenes impuestos a la fragilidad del hombre despojado.

Es afinar el grito hasta hacerlo canción. Encauzar la lágrima hasta que en vez de deslizarse sobre las grietas del rostro, se junte para repoblar la tierra de arroyos y manantiales.

Es la melodía para invocar al hermano de todas las latitudes que aún desconoce que existimos y que requerimos con urgencia hacer con él un tratado de amor.

Es la palabra que en vez de golpear se convierte en caricia. Es rescatar todo lo perdido entre la maraña de una historia ajena e impuesta que ha destrozado hasta la geografía de los corales.

Y es la propuesta de una historia humana que aún no alcanzamos a inventar ni a divisar entre las ruinas de lo vivido.

Una imaginería es la posibilidad de crear desde el horror una nueva ingeniería celular, que configure el hombre a partir de la dulzura.

De construir alamedas arboladas que le devuelvan el oxígeno a las penumbras, palabras de las que nazca un lenguaje que no espante, que dictamine la superioridad de las cosas sencillas, por encima de toda ciencia al servicio de la guerra, que restituya la alegría como la palanca que haga parir una nueva vida.

La imaginería es aún un oficio reducido al espacio infinito del sueño, apenas un anhelo que se va colando por los agujeros de las chicharras, la casa colgante de los arrendajos, la espuma de mar que persistentemente establece sus quereres con las piedras.

Una labor navegante en busca de los secretos de las estrellas de mar y los cangrejos, de hortelano decidido a hacer brotar granos de los eriales, de alfarero constructor de recintos que apaguen la sed. Edificador de lo esencial que es invisible.

Pero una tarea que está al alcance de cada uno de nosotros. Como quien aliña el pan con anís dulce, o esparce campanarios a los naranjales de las tardes.

Como quien decide mirarse en las pupilas del hermano que cabalga a su lado silente y desconocido. Para despertar la tenacidad de la ilusión y regarla en cada lugar donde impera la oscuridad y el dolor.

Una imaginería es la persistencia contra todos los atajos que la muerte recorre para asentar el destrozo.

La única vía, a estas alturas, para que nazcan los retoños de porvenir que tal vez, algún día, servirán para construir el vivir enamorado que aún no hemos alcanzado.

texto y foto
mery sananes



Publicado en la Revista Digital Media Isla

13 de febrero del 2010


Paganini
Sonata para violín No 6
Itzhak Perlman



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domingo, noviembre 16, 2014

DISPARERÍAS 2


Salvador Dalí



Un disparo en la
ideología del alma
y en la  crucifixión
de la revolución


agustín blanco muñoz
 serie disparerías
09 de abril del 2011
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sábado, noviembre 15, 2014

REINVENTAR LA RISA EN LA ESTACIÓN DE LA ESPERANZA





Intuía que el amor abriría camino entre las escarpadas hondonadas del vivir. Que haría posible lo que sólo es posible por amor.

Y nada más hermoso puede rodear ese diminuto núcleo de vida, que la decisión persistente, indomable, silenciosa y decidida de reinventar la risa en la estación de la esperanza.

Y no fue en vano el tránsito. Más bien una preparación, un intervalo, una anticipación a la alegría. Y en esa estructura de flor y árbol, de savia y viento, emerge el milagro mayor: el del nacimiento.

Y no hay palabras para celebrarlo, ni entidad que lo describa. Es un sentimiento en mayúscula, que se percibe desde el instante de gestación. Como si uno adivinara o pudiera fluir entre los corredores de los nervios, los músculos, la piel y asomarse al estallido mismo de una invocación que se vuelve infinita y permanente.

Y de allí en adelante todo gira en torno a los movimientos de una sinfonía concertada y concertante que inicia, procede, exclama y alcanza una coda que es la fuga desde el agua hacia el oxígeno, desde el interior de la colmena hasta el sabor inasible de la miel de los naranjos.

Sé perfectamente que ya entre ustedes hay un lenguaje de insospechados matices, un canto que va y viene desde los rincones del alma, un alfabeto de movimientos como si fuese un tropel de mariposas sobre el teclado de un piano.

Que ya está en marcha un manuscrito sin fin cuyo prólogo es como un canon irreverente y travieso que ya establece sus posiciones en el tablero de un ajedrez sin guerras ni otro reinado que el de la utopía.

Y que el arribo está pautado de antemano en el libelo sellado de un tratado de amor.

Y cuando uno ha parido hijos que es como convertirse de pronto en constructor de estrellas, en hacedor de confituras, en diente de león exhalando espigas de sol hacia campos de hierba, todo nacimiento recrea, reconstruye, reinventa, ese instante que al iniciarse resiste todo límite, frontera o  término.

Se pare y toda la vida se va pariendo los días de los hijos, como si uno fuese una espita, un mágico cobertor o un tapiz hecho de suspiros. Un recorrido que no cesa y traza sobre el horizonte la escarcha de un arcoíris, por cada lágrima que la lluvia le regala al rayito de luz.

Y yo hoy, paridora de oficio y en esencia hija hasta de los gajitos de mandarina que los cielos le regalan a los pájaros, celebro esta fiesta y los arropo con mis ilusiones de madre, con mis sueños de abuela, con mis imaginerías niñas, para dejarles una ristra de bendiciones, un tiempo desprovisto de disonancias, una constelación donde guindar un horóscopo que mida la vida por la fuerza de las semillas que germinan en invierno para inundar la tierra de una primavera aromada de azahares y jazmines.

Los quiero inmensamente,

mery sananes
15 de noviembre del 2014.



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MISA BÁRBARA (MISA LUBA)





Desde que inició sus andanzas Zaira exorciza las palabras, las fragua y las moldea en el cántaro de sus sueños y sus deseos. Credo en piel y espíritu, plegaria y pasión, visión del hombre en todo el perímetro de su extensión abolida y vuelta a resurgir.

No es poeta por profesión, es poeta por el ojo que mira la vida y la transfigura, como el azar en las manos de un mago, el carbón en el trazo de un niño, el beso en la estancia del fuego. Quienes la conocemos hemos sido tocados por los pistilos de su amor.

Y este poema que sus dedos escribieron, al escuchar por primera vez la Missa Luba, en 1976, así lo testifica. Todos los ancestros del hombre presentes en la danza de un sentir portentoso e infinitamente cristalino. Sólo de sus manos se podía erigir esta Misa Bárbara, que como bien señala Juan Fernando, es un mandala cósmico y primitivo.


En su homenaje y como gesto de amor infinito lo traemos a estas Embusterías, de las cuales ella es y será siempre Maestra Mayor.


Zaira Andrade


MISA BÁRBARA
(Misa Luba)

Noche de Aquelarre
Preparación íntima y densa
de la naturaleza
Sexualidad vegetal
Oscuridad
Ritmos que se frotan
con la Gran Piedra
de Los Sacrificios
Rumores densos de fieras
que se arrastran
olfateando la hembra
que se ofrece

Iniciación profunda
de la ofrenda
entrecruzar de lianas
pisar de hojas
crujir de ramas
pasos de la mujer
alucinada
que penetra  en el bosque
sólo hembra 
Lo denso de la noche
sólo carne y temblor
vegetal y animal
sexo y ofrenda

Piedra de Sacrificios
desfile fantasmal
rítmico y mudo
pájaros de la noche
Gritos, llantos
que lastiman la carne
Cuchilladas
las ramas que se quiebran
las hojas que se rompen
la mujer que camina
sin conciencia

Rito, Misterio
sexo milenario
vibrante, tembloroso
caballos galopando
sudorosos
tambores, sacerdotes
sangre y piedra
juncos, quejidos
de carne y vegetal
calor de piel
que se reinventa
insomne
penas de noche
y ramas
y misterio
Vegetal que se entrega
Goce

Desequilibrio
Danza
Manos que se entrelazan
Pies oscuros
confusión de pisadas
ropa que se desprende
corteza y pulpa
enloquecida y suave
Desnudo el bosque

Locura Gemidos
Quietud y movimiento
Caballos de la sangre
Suspiro vegetal
Convulsión Espasmo
Miel que se esparce
por la carne ardiente
Bejucos temblorosos
Ritmos sordos
Manos que tocan
un tambor extraño
Carne que tiembla

Bosque en orgasmo
Aquelarre de brujos
Baile Ritmos
Tambores
Aire caliente
Sudor Noche
Misterio Ancestro
Negro Mestizo
Zambo Blanco
Silbidos Truenos
Quejidos Gozo
Cama de hierbas
Cuerpos confundidos
Bosque sonoro
Tambor del sexo
Espasmo vegetal
Sangre Galopes
Quietud y Paz

Recomenzar
a reconstruir el alba
Sombras que se dispersan
Sonidos afiebrados
que se esconden
Luz tenue que penetra
la espesura
Fantasmas desleídos
que se esfuman
Claridad
Aire suave Frescor
Aroma vegetal
Ramas Pájaros Cantos
Ritmos del día
La mañana
Luz Aromas
El Sol


Zaira Andrade
05/08/76

En la entrañable voz de

grabación de lucho martínez andrade
en noviembre del 2014

A su decir, 
tan pronto escuchó la Missa Luba
este poema irrumpió entre sus dedos
como un mandala primitivo y cósmico

MISSA LUBA

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