martes, junio 30, 2009

Y LA LUNA SIEMPRE LUNA



Dígame
una luna haciendo
fogatas en los recuerdos de
los amores de todos los
sonidos de la eternidad



abm / dígames



Francois Adrien Boieldieu

Concierto para arpa / 3 movimiento

http://www.epdlp.com/asf/boieldieu1.wma
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EMBUSTERÍAS DE ROSA


Salvador Dalí


Dígame
una rosa en el umbral de
las risas que se posan
en los lirios que cabalgan
por la estación de los sueños


abm / dígames


Manuel de Falla / Amor Brujo / Danza del fuego fatuo

Paco de Lucía / guitarra

http://www.epdlp.com/asf/falla4.wmv

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LOS RÍOS, CANTOS Y CAMINOS DE RAMÓN PARÍS ALDANA


Río!
tú que tienes
la eternidad
de los milenios
y descargas tus raíces
en sus aguas oceánicas
llevando tiempo
noches y estaciones
en un bramido
lento y permanente
no dejes
que mis sueños
en la tierra
mueran
desaparezcan
disminuyan
Nútrelos con tu savia
de roca y cordillera
Llévalos a los espacios
donde fluye la vida
Comunícales la eternidad
primaveral
de tus moléculas
Llénamelos de cantos
y de lunas
de frondas
y de vuelos de peces
y luceros de sueños
y más sueños
de los hombres
Hazlos girar
como una gran turbina
en las profundidades
del planeta
y luego elévalos
al estado
de bruma
o brizna amanecida
para que queden esparcidos
con el aire y la luz
sobre la tierra


Ramón París Aldana
Ríos, cantos y caminos
Caracas, CPT-UCV,1990, pp. 102-103
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lunes, junio 29, 2009

VEINTE AÑOS DESPUÉS LA GUITARRA DE RAMÓN PARÍS ALDANA SIGUE DELETREANDO SU CANTO DE RÍOS Y SILENCIOS



Ramón

No es lo mismo saber que estás allí y que mis palabras van a juntarse a tu copla, a tu risa y a tu abrazo, a tener que tramontar las rutas del viento, el agua y las estrellas fugaces para enviarte recados de frutamiel. No es lo mismo, Ramón, no porque te sienta ausente, porque estás para siempre sembrado en nuestros afectos, sino por las ganas que uno tiene de verte bailar al ritmo de las batallas de San Juan, en estos días de junio, en los que hace un año el padre río te llamó a cumplir funciones de tempestad.

No es lo mismo preparar amorosamente el libro de tus poemas y salir a celebrar juntos las titiriterías de tus versos por los manantiales del vivir, que desandar tus suspiros, la respiración que quedó prendida de tus papeles y hasta el sabor a muerte, que no nos revelaste porque sabías que haríamos ritos de agua, de luceros y de flor para espantarla. Ahora no estás aquí para preguntarte por los versos que se te quedaron sin echar velas, anclados en tu corazón de aguadulce y brisamar.

Es como no poder pagar la promesa, porque la promesa de alegría y de vida eres tú, venido desde tierras tocuyanas, remontando piedemontes, altas cimas y remansos de agua, hasta irte a abrir surcos de tierra barinesa, embriagado de atardeceres, enamorado de los ríos que no tienen fronteras para echar a correr su equipaje de lluvia, musgo, peces y guijarros. Y es como si una tristeza muy grande se anidara en el pecho, por la jugarreta que nos hicieron el río, San Juan y los dioses del tambor, al llevarte a las fuentes donde nacen los vendavales del cielo.



Pero sabes, Ramón, después de todo tú nos habías acostumbrado mucho a las ausencias. Tal vez preparabas desde entonces tu partida mayor o sabías que la tierra y el agua te llamarían a cumplir tarea de surco y semilla. Y por eso aprendiste a dejar mensajes con las rocas, los pájaros y las mariposas. Y escribiste tu historia en el interior de las maderas de una guitarra que tenía por cuerdas el piquito de un colibrí.

Así aprendimos a escucharte, a multiplicarte, a quererte. y hoy no es distinto el compromiso de hermanos que tenemos contigo, porque se trata igual que ayer de preguntarle al río la historia sencilla de los pueblos, preguntarle al canto la melodía que se aposenta en el corazón de los enamorados, preguntarle al camino por las riberas del combate que conduce a la consagración de la alegría.

Porque tu historia, Ramón, es la del río. Un río con corazón de guitarra, habitada de soles y cocuyos, de música y estrellas. Con anhelo de vencer todas las sequías, de ser regadío, torrente y manantial. Tu vida estuvo siempre ligada al río. A sus orillas y en su interior anclaste tus primeros sueños de ser piedra pequeña, pez y vendaval. Allí aprendiste a ser cauce y norte, y comenzaste a descifrar los misterios del agua. El trayecto desde la fuente hasta la sal. De la llovizna al rocío, de la gota que moja las altas colinas a los hilos de agua que va trenzando la madre de los ríos hasta hacerse tempestad. Entendiste, desde entonces, la necesaria conjunción entre la pólvora y la flor.

Advertiste que los ríos bajan del cielo para regalarle su agua dulce y cristalina a todos los hombres que habitan los pueblos nacidos a sus orillas y que tienen como misión bañar la tierra para que de ella broten frutos y granos, espigas y hierbas. Y comprendiste que así como el paso del río deja su estela, la injusticia se extiende en la casa del hombre, para quitarle el pan, el cántaro y la alegría. Y así te hiciste sembrador de amores, pescador de luceros en las noches y de cantos libertarios en el alba. El río te enseñó las rutas del combate, la perseverancia del soñar, la decisión de ser militante del vivir.

Así un buen día te vestiste de guerrillero, armado de las lecciones del agua. Y te fuiste a recorrer los lechos de los ríos de tu infancia, a remontar las filas y las colinas para descubrir el nacimiento de los pájaros y los confines del azul, para sentarte en la mesa de tus hermanos campesinos y dibujar en las noches anhelos de redención, días de lucha sin tregua, de huertos florecidos.

Allí, en esos montes, ejerciendo tu oficio de remero, escribiste tus Cantos del Silencio. Versos en los que el amor se prendía de cada una de las horas del batallar dejando los signos del porvenir, rescatando para la memoria, la historia y la vida, tanta muerte como dejó la sequía que imponen los hombres que no conocen la magia de los ríos. Allí trenzaste amorosamente los azúcares de un vivir que se nutre de lluvia, rocío y polen esparcido.

Recuerdo como si fuera hoy cuando me trajiste ese puñado de versos. En mi corazón tu silencio bordó un río de lágrimas. Era la canción eterna del amor enarbolando cada combate, venciendo cada muerte, aromando cada tristeza. Huellas de tus pasos que iban dejando señales de canto.

Porque jamás estuvo ausente de ti la canción. Pertenece a tu corazón como el río, como la sangre, como el suspiro. De canto y guitarra es tu andar. De copla y batalla tu tiempo. De música consagrada en los recintos del agua y del viento que queda atrapado entre los cueros de los tambores de todos los sones de negro, de todas las promesas que celebraste para cumplir con los ritos del pueblo. Tu paso, Ramón, es como escuchar una tonada. Tu decir amoroso está hecho de acordes tocuyanos. Y tu risa siempre tendrá las resonancias del río cuando canta su canción del agua en primavera.

El canto fue tu talismán, tu equipaje permanente, tu credencial y tu arma. El fusil en tus manos se hizo cuerda de guitarra, porque en su interior de pólvora y fuego lo que se alojaba eran los sueños de un mundo hecho de música. Aprendiste del río las claves de sol mayor, del pueblo tomaste la sinfonía que nace cada amanecer, en décimas enamoradas, parrandas y fulías, para vestir de flores de mayo la cruz, o para rendirle tributo a San Juan.

Por eso, Ramón, fuiste guitarrero de la vida, madera cantora, cuerda tensada en el dolor mayor de todas las derrotas que se hicieron lección para el mañana, temple para continuar cultivando los cascabeles de la alegría arrebatada, escuela de no haber claudicado jamás del canto, la batalla y la decisión de victoria.

Y así un buen día te hiciste agricultor. Sabías que tu vivir estaba ligado para siempre al canto y al río, y en el surco de las tierras barinesas encontraste cauce para sembrar el agua, para ver florecer las coplas, para soñar un tiempo multiplicado de espigas.

Desde niño divisaste los caminos que te enseñaba el río. Lección de horizonte, de cauce que va desde las altas montañas hasta los valles, en descenso hacia los mares. Razón de vida que se hace guía del agua, ruta de siembra, estación de peces, recinto de pájaros, calor de soles. Y el agua y el canto trazan sobre la tierra infinitos caminos a la vida. En ellos descubriste tus primeras sonrisas, en ellos inventaste tus primeros amores, y en ellos construiste tus anhelos de ser combatiente de la alegría.

Fuiste siempre fiel a esos caminos, porque cuando te salías de los cauces del río, era porque andabas abriendo trochas entre los montes, para que el manto de agua alcanzara los sitios secos y áridos. Tus pasos se confundieron con los guijarros y tu canto se quedó prendido en el susurro de los árboles, en las frondas de los cotoperíes, en el almácigo de barro que construye los cántaros y en el almacén de primavera que nos regalan las aves.

Por eso tu vida, Ramón, es conjunción de río, musgos, líquenes y tinajeros recogidos en tus noches guerrilleras. Canto que se hace camino desde la lluvia y el arcoiris hasta el pan y el vino, en tus días de ser sembrador de sueños. Bonguero de amor, guerrero de soles y rocíos que vas tocando campanas de dulzura, mientras combates la derrota, la muerte y los adioses. Fuiste perseverante en tu oficio de labriego que sabe que sólo en la transparencia del agua, en la vertiente cristalina del río, nacen la espiga y el grano. Y que sólo el viaje subterráneo desde la raíz a los ríos de luces, que nos regalan los mediodías, construye el vivir enamorado.

Militante de los altos manantiales, de los picos de los colibríes, del imperio de las cataratas y del acorde infinito de las cajas sonoras que resguardan las cuerdas de las guitarras cantoras, jamás las derrotas quebraron tus sueños revolucionarios. Y allí junto al río, la muerte quiso sorprenderte, bordando adioses en los caminos que tanto habías desandado. Pero ya eras cascada, ya te habías enhebrado en las cuerdas de un sol mayor y estabas cabalgando en los sones de San Juan. Dijeron que te fuiste a cumplir promesas de cuero y tambor, de canto y de flor, de pólvora y rocío. No había despedida posible para el viajero trotamundo. Tu corazón está hecho de polen y tu rito fue esparcirte en los lechos del río para hacerlo retoñar con los frutos de tu alegría.

De ese tiempo son estos poemas. También un día viniste con tu sonrisa a cuestas y la cantoría de tus palabras a enseñármelos. Era apenas una parte de los que ahora contiene este libro. Y supe por aquellas odas a la guitarra y al canto, que el ciclo del agua se completaba tan sólo para renacer en las infinitas dimensiones en que la vida se revela. Lo que no supe, Ramón, fue que aquel manojo de versos traía en sus alforjas una despedida intuida, un silencio mayor, un regalo de ausencias que tú querías llenar con todos tus recados, para no faltar jamás a la mesa de nuestros afectos, nuestras ilusiones y nuestro soñar.

Esos poemas, Ramón, son retorno al follaje, al lecho, a las fuentes, al territorio donde nacen los cantos. Vienes a lomo de una gota de rocío, con decisión de ser lluvia, oleaje y ave marina para juntarte por siempre a la naturaleza, a la historia del hombre rebelde, a los días del porvenir. Estación de primavera que echas al vuelo los pájaros de tu alegría y regalas al mar los barquitos de espuma de tus versos olorosos a pólvora y flor.

Y estas son tus señas. Una guitarra cuyas cuerdas son ríos. Un río cuyo cauce musical está hecho de cantos. Un camino que se abre en los innumerables senderos que conducen a los pueblos. En el centro, el hombre, espacio de agua, copla y espiga. Por ello, Ramón, tu vivir es la estela de un andar comprometido con la difícil labor y la gran causa del pueblo. Y este libro es como un viaje al interior del río; corno una estación de música, corno el andén en el que los pájaros bordan sus trinos, lugar donde se consagra el amor. Retorno que es vuelo, piedra y campanario. Sueños que se nutren con savia de roca y cordillera, con lunas y frondas, con peces y corales, para esparcirse con el aire y la luz sobre la tierra hechos de espiga y llovizna.

Ramón, cumpliste tu cometido de papagayo, tu deber de alegría, tu compromiso militante. Y los santos del tambor, los dioses del canto y de la flor, te llevaron un 24 de junio a los espacios de la brisa que echa al vuelo los sones de negro, la batalla tamunanguera. Barinas te pidió prestado a la tierra tocuyana. Pero las aguas de los ríos sonoros te regresan a cada sitio donde brota la canción enamorada de los combatientes por la vida. Y allí te encontraremos siempre, hecho música de agua, río de soles, manantial de siemprevivas.

mery sananes
24 de junio de 1990
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sábado, junio 27, 2009

EMBUSTERÍAS DEL HOY



Hoy es un día
como para exiliarlo
de toda memoria
si no fuera
porque todo lo que
ocurre
sea una pena o
una alegría
se adhiere para siempre
a la avidez inclemente
de los párpados



mery sananes / 1986


Salvador Bacarisse
Concertino para guitarra y orquesta / Romanza


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viernes, junio 26, 2009

EMBUSTERÍAS DE PICAFLOR



Dígame
no saber que los picaflores
vinieron para saldar
la herida de los hombres!


abm / cuaderno de los dígame



Jean Sibelius

Concierto para violin / 1er movim / David Oistrach / violín

http://www.epdlp.com/asf/sibelius4.wmv



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miércoles, junio 24, 2009

EMBUSTERÍAS DE MANDARINA



Dígame
un mi amor mío chiquito
pidiéndole mandarinas
a los colectores de risas
de las madrugadas!


abm / cuaderno de los dígame
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martes, junio 23, 2009

EMBUSTERÍAS DE OTILIO GALÍNDEZ




EL SON DE LOS DESCUBIERTOS


AUTOR
OTILIO GALÍNDEZ

INTERPRETA
CÉSAR LIENDO


Este son se estrenó en octubre de 1990 en el Aula Magna
de la Universidad Central de Venezuela,
en el marco del acto titulado:

CAMINO Y TRASCENDENCIA DE LOS NO DESCUBIERTOS


Se juntaron dos creadores extraordinarios para
producir una obra que es síntesis del pensamiento
no descubierto, cuya vigencia, vigor y
extraordinaria belleza perdura 19 años después
y perdurará en el tiempo como señal
de la historia que tendrá que ser

¡NADIE DESCUBRE A NADIE!

Que resuene hoy, en la maravillosa voz de
César Liendo, en homenaje al hermano, amigo,
poeta y cantor que es Otilio Galíndez

http://dl.dropbox.com/u/10918402/El%20Son%20de%20los%20No%20Descubiertos.mp3

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SÓLO SAETA



No siempre la tristeza
toma el cauce del verso
a veces es sólo saeta
dolor que muerde la vida
espacio detenido
de soledades
y entonces decide acunarse
en el envés de las hojas
en los pliegues de la tierra
en el abandonado nido
de los pájaros que emigran
para allí echar a correr
las notas largas
de un cántico
en sostenido mayor
para solo de cello


mery sananes / febrero 1988



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sábado, junio 20, 2009

EMBUSTERÍAS DE GATO




Todos hablaban de
las vidas de su muerte
cuando los ojos del
gato se negaron
a mirar los hombres
empecinados en resguardarles
de la sombra del sol


abm / zoología poética


J.S. Bach / Variaciones Goldberg / Aria

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jueves, junio 18, 2009

LUIS MARIANO LE CANTA A OTILIO


A OTILIO GALINDEZ,
CREADOR DE CANCIONES HERMOSAS*


Eres estrella brillando
en la noche que comienza
y yo estrella que se oculta
en el alba que despierta.

Tu canción vivirá siempre
porque nace de tu adentro
y lo que endulza el amor
resiste la acción del tiempo.

Siembra semilla de amor
en el alma de tu pueblo
seguro que esa simiente
será luz en su recuerdo.

El que por amor reparte
-si es sincera su ihtención-
se conforma con la dicha
de repartir por amor.

"Caminante no hay camino
se hace camino al andar"
¿y cómo camino hacer
sin amor al transitar?

Caramba caramba Otilio
el espontáneo y creador
el que ilumina sus cantos
con la luz del corazón
el que teje melodías
siempre en tono menor
porque dice que ese tono
le causa más emoción
cuando canta a la tristeza
o cuando canta al amor.


* Luis Mariano Rivera, Cantos de fragancia, amor y tierra.
Caracas, CPT-CEHA-UCV, 1991, p. 11.


http://historiactualdos.googlepages.com/OGCaramba.wma
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CUADRO DE INFANCIA

Jarrón con flores_Van Gogh
Por este camino transito
sumando a mi biografía
al encuentro del humanohombre
y todo aquél que aspire serlo
deberá hacer el mismo tránsito
a la biografía universal del hombre
de un tiempo también universal
vida de amor
libertad
belleza
justicia
solidaridad
hermano de hermanos
propuesta para humanizar al universo



CUADRO DE INFANCIA


Camino con ciprés bajo cielo estrellado
Van Gogh



Tantos anhelos que nos hacen vibrar
parecidos a las pinceladas de luz
que las luciérnagas van dejando
en las noches de comienzo de invierno
un tejido en estela de anónimas invitaciones
dibujo de una historia interior
hasta que un día sin fecha ni hora
y secreta significación
en una de ellas asoma
la débil silueta de un cambio de tránsito
otra navegación hacia un punto cósmico
donde el “país del alma” pudiera florecer
tener sentido de existencia
de la misma manera que las pequeñitas flores
en las copas de los árboles

Y quiso el azar del universo
como el impulso crecer de la hierba
o el del ruiseñor llamando a la primavera
abrir un amor en dehiscencia
que retoñara en un fruto porvenir
JuanJorgeMarialeAnalaGaby
posta de relevo en este tiempo difícil
un poema mayor en flauta dulce
que desde siempre forma mi equipaje


Y este fluir comienza entre albas y auroras
como la mazorca de maíz que desgrana sus granos
en otras tantas mazorcas
maizales para la alegría de abejas y mariposas
en un vivir que canta a la vida seguir la rueda
y dentro de este mismo amor
como estrella desdoblada en sol y luna
el poema hará lo mismo
generación de camino al andar

Y al decir del poeta Walt Whitman
prolongar y testimoniar la existencia
en un crecer lozano y alegre sobre esta tierra
rubricando la misión de la existencia
un vivir que no forma parte del vivir de hoy

Claveles_Van Gogh

Y en este poema
cuento tres hijas y un hijo de mi esencia íntima
un canto unívoco en cuádruples cuerdas de violín
JuanJorgeMarialeAnalaGaby
nacimientos como brotes de trópico de Cáncer
en tierras frescas que se bañan en aguas cálidas
bajo el paragua abierto de un sol ecuatorial
retoños verdes hasta el extremo amarillo pasión
madurándose dentro de capullos como tornasol
que van midiendo el crecimiento de sus mudanzas

De allí sus vidas se nutrieron con frugal avidez
entre el tránsito de dos constantes estaciones
verano a lluvia
lluvia a verano
acampando en una brevísima primavera
en flor de mayo enhiesta al cielo azul
y de allí les viene su condición de agua
de hojas
de canto
de pájaro
y de flor girasol
cántaros de lágrimas y de alegrías
que se regalan como manantiales libres

Sus vidas trajeadas con lienzos de esta naturaleza
en abanicos se abren hacia los puntos cardinales
como la flor del cardón que ofrecerá jugoso fruto
o la granada a punto de reventar en sol de mediodía
bajo días de vientos ecuatoriales
y noches de ópalos que resplandecen bajo la luz lunar
entre marejadas de brisas marinas de mar adentro

Como el viento que siempre vuelve
los hijos también se hacen navegantes
serpenteando montañas y navegando ríos
dejando en cada recodo sembradíos de sueños
aspiraciones de lo que habrán de ser en la vida
bajo el gran farol de las fases de luna
o bajo el tibio sol que ilumina el tejido de sus días

Alexander Calder

Y vienen a mi memoria íntima
aquellas hermosas noches de claros de luna
enhebrando en el telar el tejido de sus caminos
bajo las diversas formas de la inocencia alegre
vertida en el constante curiosear de la naturaleza
o en aquél inocente jugar con el correr de la luna
en el inmenso océano azul de lienzo plateado
derramando sus alegrías en el apostar infantíl
a quién llegaba primero a una meta imaginada
que solo existía en la niñez de su imaginación
más allá del desfilar sereno de las montañas
ellos entre pujos de risas
ella entre huellas de nubes
juntos a desembocar en la ancha boca del mar
o en los brazos de las playas de los ríos
el asombro de sus pupilas porque la luna siempre ganaba
y a la vuelta otra vez la apuesta quedaba acordada

Paseo a la luz de la luna
Van Goh

Y aquellos días luminosos
jugando a ser científicos de un nuevo tiempo
con su ciencia en laboratorios de balcón abierto
en cuadernos herbarios atesorando hojas diversas
en cajitas de cartón criando orugas para hacer mariposas
y terca la intuición de niños en abrir nuevos caminos

Su fantasía tiñéndose con dulce poesía
en la fábula del cocuyo y la mora
en las danzas del ballet Cascanuecces
y aquella fantasía suelta como diminuto río
el niño que mira al mar
la exploradora de bosque
el escarabajo de fuego
las orugas de la universidad
el guerrillero soñador y sus brigadas ardillitas
personajes heroicos de cuentos en el nido de sus mentes
muy afanados en vencer obstáculos para definir sus metas


Y la luna deshojando su lírica hecha de fases lunares
en ternura les cobijaba con su manto plateado
bajo el lloviznar de gotas de rocíos y brisas del mar
o girones frescos de los cuerpos sinuosos de cercanos ríos
o de aquél espléndido sol deshojado sobre las arenales dunas
naranja al mediodía
púrpura al atardecer
ellos en respuesta
deshojaban también sus tempranas ilusiones

Y montados sobre algún día o noche estrellada
Incursionar en el follaje verde de algún bosque
o pernoctar bajo sus claros cielos azules
alegres en cantos de pájaros, grillos y ranitas
en sinfonía conjunta con el canto del mar
o con la melodía de los caudalosos ríos

Y del mar Caribe azul
playas balsámicas de cálido sol
Los Caracas y Macuto
Ocumare y Cata
San Luis de Cumaná
Adícora y la Vela de Coro
Chacopata y Poza azul de Casanay
y en el Lago de Maracaibo
las sombras frescas de palmas
de Bobures y Palmarito
aguas de sal en pureza de minerales y límpido aire
que anidaron sus cuerpos y espíritus para ser libres



Y en la apacible marina Boca de Uchire
asolarse en sus días de templada luz blanca
en ensueños de concierto en sol mayor
de sonatas de chicharras llamando al invierno
o bajo sus noches entibiadas de vientos alisios
esperar el sueño bajo aquél nocturnal de coros
de sapitos cantando a capela las aventuras del día
y de sapos mayores la romanza de sus amoríos
al compás de tonadillas de flautín de los grillos

Atardecer_Boca Uchire

Y bajo alguna sombra de manglar
de palma de coco
de la Uva de playa
del Almendrón
o del Manzanillo
o semienterrados en la arena
soltar las riendas de las ilusiones y sueños


Y aquellas excursiones de sueños
en el bosque Henry Pittier y la Colonia Tovar
o en las sombreadas enramadas de San Antonio de los Altos
oficiantes de nóveles agrimensores levantando sus cotas
todo un mapa imaginado en intento de registrar la vida
en el trabajo de campo con el afán de hacer ciencia
verlos ahuecar sus manos como nidos para acoger orugas
mariposas gusanitos grillos pececitos multicolores
y ranitas niñas sobre la espalda de mamá rana


Y para refrescar la infante ciencia
el baño en las aguas frías de Guamita y la Trilla
sumidos en la melodía de las aguas al chocar con las rocas
y de las tonadas graves del ronronar de los monos araguatos
en diálogo con el contralto canto de la Paraulata

Y en las playitas de caudalosos ríos
El Orinoco
El Caroní
El Cuyuní
Rio verde
ensoñarse en sus meandros de dulces aguas
al son de vocecillas de sus cuerpos acuosos que labran
la arena menuda y conchas de caracolitos
semejante a cánticos de sirenas de algún profundo mar

Y aquella aventura vivida
en los riachuelos y pasadizos secretos
de la cueva del Guácharo
o en la del Toro
envueltos en las tonadas del eco
o en el bosquecillo de clima de montaña de la Taza
o en el correr junto al viento la alegría suelta
sobre el tobogán de arenas de las dunas de Paraguaná




Y en el secreto de las corrientes acuáticas o eólicas
fueron dibujando la dimensión de sus destinos
y un grabado de aguafuerte en esos lares quedó
que cuando asomo a sus gotas dulces y salobres
al batir de alas de sus ecos y trazos de vientos
una melodía “claro de luna” en invierno o verano
canta a mi alma desde sus corazones profundos

MarialeÁnalaGabyJuanJorge


melodía de aguas que sigue corriendo sobre cristales y corales
de brotes verdes que aún crecen en las costas ribereñas
bajo el diario jugar de brisas enamoradas continentales
entre los paisajes de los trópicos Cáncer y Capricornio
un solo anhelo palpitando sobre el círculo ecuatorial
como las primorosas venaditas o mariposas monarcas
o bandadas de pájaros o cocuyos u orugas o escarabajos
bajo aquél siempre reverberante follaje multicolor
este poema
mis hijos
así nacieron
así crecieron
bajo esta naturaleza tropical

Ahora
sobre otros continentes y océanos verdeazules
en otra brisa tejiéndose entre hilos de estaciones
pero bajo las mismas mudanzas de la misma luna
mis hijas jineteando sobre los mismos vientos
mudaron sus sueños a tierras nortes templadas
y ahora son floricultoras de brotes de sus siembras
en una cadena mucho más completa de estaciones
primavera
otoño
invierno
verano
entre gigantes verdes de hermosos bosques
y copos de nieve columpiándose en las ramas
discurren sus vidas entre mudanzas estacionales



Y ahora
biografía de 70 años como raíz de viñedo
bajo este sol y esta luna de trópico
en mudanzas recíprocas de verano a invierno
sobre el iluminado horizonte del círculo ecuatorial
avistando mensajes en las alas de las aves marinas
y en el rumor que trae la brisa de los océanos
de lejanos continentes poblado de mitos y leyendas
recomponiéndome en mil formas el mismo poema

Y con la paciencia aprendida del tiempo vivido
extraigo los signos y me pongo a deletrearlos
tejo con ellos un solo hilo de cuentas de alegría
anudadas unas a otras con puntos de melancolías
en una sola guirnalda de esperanzas
como emblema lucir sobre mi pecho
que sirva para iluminar mi rostro
en semejanzas al sol en su ruta curva al ocaso
a la luna en la desfloración de su fase llena
y en cada uno de esos breves destellos
volver a nacer
beber los crepúsculos entre el alba y la aurora
la luz de los atardeceres que caen al mar
sentir la vida florecer

Litoral de Caracas

Ahora
vivir en las mismas tierras del trópico sur
y mis hijas allá
en tierras templadas del norte
mis manos extendidas hacia ellas
y las de ellas buscando las mías
titila la luz de luna sobre el círculo ecuatorial
y en cada amanecer las nubes
componen un puente de amor
mientras al alcance de mi mano
el otro hijo
en su sacerdocio de medicina y sueños
en reparto de alegrías

Y a pesar de las distancias
geografía y tiempo
muy adentro
en el teclado de mis fibras íntimas
este poema
MarialeÁnalaGabyJuanJorge
continúa siendo
y siempre será
las mismas niñas
el mismo niño
la misma infancia

Y vivirá el cuadro de infancia
otras dimensiones
otros horizontes
abarcar un amor infinito
fundar otro universo
amor
belleza
libertad
jineteando un arcoíris mayor
suma de arcoíris anteriores
y allí viviremos
un solo tiempo

Arcoíris alrededor del sol





Juan Sebastian Bach
Doble concierto
http://www.epdlp.com/asf/bach3.wma
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martes, junio 16, 2009

EMBUSTERÍAS DE JIRAFA

http://www.fotonatura.org/galerias/fotos/usr13027/JirafaCloseUpGaleria.jpg


-->
La jirafa subía y
subía mientras el cielo
bajaba y bajaba para
alcanzar su aliento

abm / zoología poética




-->



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lunes, junio 15, 2009

OTILIO GALÍNDEZ - EN ESTE JUNIO




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PIEDRA DE CUARZO - A ORLANDO LEAL

Estos versos para Orlando Leal nos vienen de
Hilo de cometa y llegan a estas Embusterías
por derecho de magia y por deber de afecto
y así las entregamos, como piedra de cuarzo
cargada de luz solar desde su travesía
hacia el siempre


Al amigo Orlando
quién llevó la química
al misticismo humano
con la aspiración de curar
al hombre de este tiempo

Salvador Dalí


Orlando
amigo
en aura cargada de magnetismo
me llegó tu decisión
¿o no fue tuya?
¿quién te empujó hacerlo?
un escape intempestivo
y aunque responda con tu sonrisa de medio lado
no voy a negar mi consternación
y hasta cierta dosis de rabia
¿qué pasó con la magia de tu química?
¿hasta cuándo este tiempo se sale con la suya?
Ciertamente sabemos
que tu bondad y tus ansias por sanar al hombre
son magníficas armas para seguir la lucha
pero aún así en la forma como lo hiciste
duele tu partida

Y entre los dos queda una pequeña deuda
no la sinceridad dulce que me entregaste
porque ya en dulzura igual te entregué
ni la lección química de los iones ácidos
porque al fin y al cabo no la aprendí
ni las muchas auras que tu mano me develó
porque ya ellas como ofrenda fueron detrás de ti
ni la sanación mística que tus manos me daba
porque ya la salud en ese instante renacía
y te dejé alegría en el ramaje de tu solidaridad
ni tampoco la entrega de tu amistad llana
porque siempre tengo conmigo
aquella piedra de cuarzo negro que me diste
para que nunca faltara la energía
amigo Orlando
los dos estamos en la hermana ecuación

Pero si queda aquella pregunta suelta
cuando dijiste verme en una época distante
que quiso explicarse en simbiosis de tiempo
en búsqueda ansiosa de lo que somos hoy
explicación inconclusa como la pregunta misma
y habría que saber si tu misticismo militante
pudo traer desde ese tiempo los signos de sanación
que tanto necesita esta historia que nos devora
amigo Orlando
habrás de volver como astro para cerrar la elipse

Salvador Dalí


Y hay que reconocer
que nos deja una sonata de ondas que compuso tus manos
estremecida en la atmósfera de tu química sanadora
y en las pociones medicinales de tus tubos de ensayos
para todo aquél que quiera curar su alma
su ritmo en adagio continuo testimonia tu presencia
y como el viaje lleva la encomienda de la pregunta
habrá que esperarte en el dintel de la ventana
junto a este hombre con su historia que decidiste dejar
mientras todos entretenemos a la duda insatisfecha
como el viento que sostiene la hoja aun verde
y siempre vuelve con algún signo de porvenir
¿de vuelta podrás concluir el tejido de tu fe?

Adios amigo
recojo tu sonata en la piedra de cuarzo
e intentaré avivar la energía de su cuerpo
dejando libre el misticismo que profesaste
como lamparita que se afana en hacerse ciencia
aquella que aspiraste para la cura de este hombre
y esperaremos

JACED

El violín_Juan Gris


J.S. Bach

Fantasía Cromática y Fuga BWV 903 (13,11)

http://www.epdlp.com/asf/bach15.wma



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miércoles, junio 10, 2009

SEÑALES DE PORVENIR



Entre junio y julio
Federico García Lorca, Franz Kafka,
Robert Desnos, Antoine de Saint Exupery,
entre muchos otros,
llegaron y partieron desde sus estaciones vitales
para dejar una misma señal de porvenir

Regresar a ellos, releerlos, rehacer sus periplos
y traerlos hasta este tiempo sombrío
con toda su carga de futuro
es un deber militante para atraer
la vida sobre la muerte,
la belleza que mana del corazón del hombre
por encima de toda falsificación
el tiempo de plenitud por sobre
toda carencia

A eso invitamos desde nuestras
Embusterías
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EMBUSTERÍAS DE EL PRINCIPITO

EL PRINCIPITO

Antoine de Saint Exúpery
09 de junio de 1900 – 31 de Julio de 1944

Por azar o coincidencia, Robert Desnos y Antoine de Saint Exúpery nacieron en junio y julio de 1900 y partieron uno en junio de 1945 y el otro en julio de 1944.

Desnos, el poeta, portador de un corazón que odiaba la guerra, se vio envuelto en sus fragores por defender la libertad y ella lo doblegó, cercando su poesía y su humanidad en un campo de concentración del cual no pudo salir.

Saint Exupery, tal vez advirtió o presintió, que en ese lugar donde titilan las estrellas lo aguardaría una morada con un principito y una rosa. Por eso su vuelo de reconocimiento nunca llegó a su destino de tierra, sino que se perdió entre los mares y el viento, en dirección hacia los cielos.

Creemos que ambos están de vuelta, en este tiempo de guerra, escribiendo versos anónimos, haciendo vuelos fugaces, deletreando la ilusión desde el silencio, para contribuir a refundar la vida en este planeta triste.


Las estrellas no significan lo mismo para todas las personas.
Para algunos viajantes son guías.
Para otros no son más que lucecitas.
Para los sabios son problemas.
Para mi hombre de negocios eran oro.
Ninguna de esas estrellas habla.
En cambio tú..., tendrás estrellas como ninguno ha tenido.


¿Qué intentas decirme?

Por las noches tú elevarás la mirada hacia el cielo.
Como yo habitaré y reiré en una de ellas,
será para ti como si rieran todas las estrellas.
Tú poseerás estrellas que saben reír.



Si tan solo el hombre
aprendiera a mirar las estrellas
a escuchar en cada una
el río de risas que titilan
en la noche
si tan solo se detuviera
en el asombro niño
de sus florerías
el planeta estaría poblado
de rosas
de zorros domesticados
de serpientes que regalan
a los transeúntes el secreto
de todos los enigmas
lo esencial se haría visible al corazón
y el principito estaría de regreso
entre nosotros
para dibujar corderos sin bozal

Dicen que antoine se fue a buscarlo
porque la tristeza de esta tierra
le había quebrado la risa
junto a las alas de los aviones
que no saben del vuelo de los pájaros
pero cada noche
los luceros anuncian
a quien habita los espacios
de los cielos
erguido sobre las ramas de las arbolas
que le regalan la vida a las mariposas
que regresarán
antoine y el principito
su rosa y el cordero
a celebrar el nacimiento
del planeta que será por siempre
la casa centelleante del hombre

mery sananes



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