sábado, febrero 23, 2019

EN LA NOCHE DE LOS CIEGOS




A veces sólo basta 
un rayo de sol
deslizándose por el
dintel de una ventana
el quicio de una puerta
o por el vértice de
una circunferencia rota
para que una llama 
se encienda en la 
penumbra más oscura

Traspasa las fronteras
de la tristeza y se alza
como una fogata  
que se extiende más
allá del mirar hasta 
alcanzar la exacta medida 
de la alegría rescatada
a los designios de los
sepultureros

Bastan dos manos
para agitarla como una
hermosa banderola
y sembrarla en los
surcos desasistidos
del hoy 



Basta a veces que
el ojo siga la huella
que dejan los incendios
para esparcirlos
como una cascada de
luceros en las noches
de los ciegos

Y tal vez entonces
hayamos aprendido el
oficio sagrado del fuego
que prometeo le robó a los
dioses para que el hombre
recuperara su auténtica
condición de aguatero 
mayor


texto y fotos
mery sananes


18 comentarios:

Silvia Helena Failache dijo...

Mery Sananes una obra magnífica de un autor excepcional. La interpretacion de Martha siempre és única. Me encanta

Silvia Helena Failache dijo...

Preciso demás. Y si, al igual que en la vida, à veces basta una sola pequeña entrada para que esta se ilumine. Gracias por compartir. Lo comparto amiga.

Ana María Martínez dijo...

Luz
más Luz
Energía
más Energía
números
trascendentes
del Pi al e
gigantes
imparables
a nada
comparables
y muy
recomendables
cómo transitar
del hablar
al actuar
sin nada
ni a nadie
malograr
Rory 🙂 15mayo2021-14h.

Administrador dijo...

Como andar sin tus alturas, mi querida Tepuy. Abrazos inmensos.

Ana María Martínez dijo...

Mery Sananes pues pasé días por las bajuras y, sólo tú, me hiciste emerger, gracias de todo

César Seco dijo...

Argelia Malaver Flores
Excelente. Su densidad y hondura merecen ese asombro, ese instante en que la luz interior encuentra esa endija en el afuera y se manifiesta. Un poema que me instala al pie del día como una celebración. César Seco

Administrador dijo...

Ay mi querido César qué conmoción me dejan tus palabras y cuanto te las agradezco. Tu instalarte al pie del día como una celebración, no podría estar más cerca de mis búsquedas y de mis intentos. Mi abrazo reiterado extensivo a Argelia. Y mi alegría de tenerlos cerca.

Margarita Carrasquel dijo...

Excelente viaje! Gracias por compartir esta hermosura!

Marylinda Bendayan Fihman dijo...

Tu das algo importante a todos

Navil Naime dijo...

La noche de los ciegos. Cuánta luz se necesita para convertir una penumbra en hoguera; para que las manos de un ciego logren ver el sol. Cuál será esa llama que nos haga comprender lo que quiere la noche.

César Seco dijo...

Navil Naime Las dos líneas finales (en sí, dos versos) son ya el inicio o el cierre de un poema, querido poeta. Te alcanzó la luz de Mery.

r Seco dijo...


Argelia Malaver Flores -César Seco La luz de Mery me tocó desde el primer instante en que la conocí y ya jamás me ha abandonado. Te abrazo mi admirado maestro.

Administrador dijo...

Cómo agradecerles a ambos sus palabras. Las siembro en mi corazón para que jamás pueda faltar a ellas. Ustedes, César, Argelia, Navil, esa luz la llevan consigo desde siempre. Y de qué manera. Es en verdad lo que nos permite ser lo que somos, con todos los pesares incluidos. Algún día esas luces se juntarán, como hoy nos acercamos hermanos en el sueño, en la voluntad, en la resistencia y en el entregar lo mejor que podamos todo aquello que hemos recogido de quienes vinieron antes y quienes sigue nutriéndose a veces sólo de ese rayito de lumbre. Gracias infinitas.

Ulina Fadul dijo...

Hermoso y lleno de luz...de tu luz! Mery, te quiero!

Margot Sananez dijo...

Esta poesía me ha puesto a pensar y analizar su contenido. Realista , sorpresivo , daña etc me imagino que esta debe ser su finalidad.

Sandor Alejandro Gerendas-Kiss dijo...

Muy bella tu poesía Mery. Gracias.

Administrador dijo...

Abrazos Sandor. Gracias!!!

Aborojuan (Juan Martínez Iglesias) dijo...

Se nos cegaron, si.
Con los malvados golpes del poder.
Mas desde dentro
donde nadie nos muerde ni nos roba
renacimos los cantos de nuestras luciérnagas
la luz multiplicada
terminará con todas las cegueras
y en ese entonces
nos podremos leernos enteros nuestros nombres.