viernes, marzo 31, 2023

CARTA INCONCLUSA A RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO

 

CARTA INCONCLUSA A

RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO

de la señora de los pájaros

Miro hacia fuera
sé que no estás afuera
porque adentro
laten pájaros
y canta un clavel
la esencia de tu ausencia

René Rodríguez Soriano

 

Una carta inconclusa es aquella que jamás termina ni se cierra. Es un ventanal abierto donde todo cabe y que cada día le agrega nuevos claveles a su vuelo. Es una historia sin final que la clausure porque se va haciendo desde ese espacio de adentro que permanece inédito aún después que nos marchemos.

Es una carta que no admite despedidas, que no sabe de adioses, sino de encuentros, que siembra hortensias en el corazón de toda lejanía. Y que en las alas de una mariposa cabalga a su antojo a todos los espacios, con su cargamento de polen y néctar, en busca del alfabeto del viento. Es una misiva sin buzón, porque su travesía está en la brisa, en los cometas de las nubes, en el recorrido de los guijarros y en la música que le tejen los pájaros a los bosques. 

Una carta que comenzamos a escribir en el inicio de los tiempos, sin saber quiénes éramos ni donde estábamos.  Fuimos tantos y a la vez ninguno. Atravesábamos la historia sin saber dónde nos detendríamos a dejar las huellas recogidas desde el primer jardín hasta aquel huerto de claveles que quedará después que nos hayamos ido. 

Nos reconocimos en un niño lleno de rizos y sueños, en las noches cuando los pastores se roban las estrellas mientras cuidan su rebaño. En el paso del alba donde había que decidir si quedarnos en la noche o avanzar hacia un amanecer que descocíamos en tantas espigas como el sol nos regalara. 

Nunca hizo falta una carta de identidad y mucho menos antecedentes de tipo alguno. Tú jamás dejabas de inventar historias para estampar alguna señal en las escaleras de la tarde. Yo me desaparecía tras una palabra que aún no inventaba para nombrarte. 

Todo cabía en esa acuarela que dibujábamos para despertar a los pájaros, y en los borrones que dejábamos en las páginas para inventarle un abecedario al oleaje y un canal violeta a las tempestades. 

Tú empeñado en construir no una MediaIsla sino un continente entero para lanzar al sol las palabras olvidadas de tu tierra. Yo distraída me iba por las trochas recogiendo gotas de rocío y pétalos de flores para entregárselos a los niños. Y nos encontrábamos en ese instante fugaz de nunca vernos, pero para sabernos permanentes hijos de un mismo sueño. 

Cuántas notas nunca escritas se quedaron orillando el sabor de los buzones sin que ninguna ave se las llevara a su palomar. Pero una caligrafía marina continuaba destilando las señales de un mañana sin duelos que, sin embargo aparecieron dejando un desmoronamiento sin medida. 

Ese día en el que Piero se estrelló contra las ganas que tenía de ir en busca de su hijo Rebel, con un manojo de guirnaldas de amor, se incrustó en tu vida y en la de Carmen como esos agujeros sin fondo que dejan las minas cuando estallan.  Y apuraste tus ansias de multiplicar al infinito todo aquello en lo que has andado mientras buscabas mitigar una herida que no se habría de cerrar jamás. Y cada 19 en una página solitaria tú dejabas algunos versos para comunicarte con él y dejarle tus señas. 

Aún hoy seguimos pensando que Piero le busca nuevos e inéditos sabores a las cervezas artesanales mientras sueña irse con el hijo a reinventar el tiempo. De esa herida jamás te curaste, aunque no lo hicieras sentir para que el corazón de Carmen no se agrietara aún más. 

Y aquello fue como si se abriera una espita de dolores que no cesaba de dejar sus huellas. Entonces fue ese tiempo manso y aventurero en el que Rebel se cobijaba en la biblioteca a hurgar tus libros, a buscarte para que se los leyeras, o a pedirte que lo llevaras a las librerías en las que iba de estantería en estantería como si fuese un parque lleno de columpios. 

Un día también se los quitaron. Lo ataron a una sombra para que no se pudiera seguir viendo en tus ojos y los de Carmen.  Y se agregó otra pena a tus penas. Otro tremor a tu estatura de gigante. Y emprendiste con nuevos bríos la tarea de recoger y esparcir, a la vez que soñar y escribir. MediaIsla crecía en la misma medida en que tu tristeza se prolongaba y el interés por tu obra se expandía por muchas partes. 

Y queda inscrita en el agua la medida de tus sueños, la dimensión de lo quedó atrapado en la frágil coraza de una máquina apagada. Pero no hemos venido a despedirte,  sino a seguir acompañando tus pasos aventureros, tu seducción por una palabra distinta con la cual le bordabas  música a una tuba, le inscribías sonatas a una flauta, y te ibas a descifrar los enigmas de las cornisas, aleteando en aquellas corrientes en las que tu padre te enseñó a nadar. 

Y con la tristeza haremos un molino de aire que te lleve en sus aspas las recaderías de los días, el carrillón de las noches, el fuego deslumbrante de los mediodías.  Dice tu madre que los yaguarales se andan meciendo al ritmo de tu música.  Que una niña cuya fotografía jamás se fijó en un papel, se marchó montada en tu caballito de palo.  Y que los racimos de claveles de El Convento han florecido a la altura de tus deseos. 

Nosotros recogeremos nuestros aperos en aquella alfombra viajera que nos llevaba de un sitio a otro, para amarizar en el territorio de tus hazañas y esparcir tus señales como esas hojas de otoño que al llegar a la humedad de la tierra comienzan su proceso de renacer. 

Indagaremos entre las páginas de tus libros cómo hacer de la palabra un rumor de pez. Del verbo un infinitivo en permanente  recorrido por el presente. Y de la nostalgia un bebedizo de hierbas invitando a los colibríes a convocar la fiesta de su danza. 

Te sujetamos y sujetaremos siempre a este territorio de lo imposible, donde seguirás buscando una cura a los males del tiempo, un sonajero para los niños que aún no han nacido, un título a los libros que habrás de concluir. 

Ataremos, al hilo en el que a veces alzas vuelo, una enredadera de jazmines para que jamás se te pierda el camino de regreso  a la alegría, ese espacio en el que ninguna muerte puede vencer tu potestad de vivir entre crepúsculos de mandarinares y un mar de leva derramando campanarios a orillas del asombro.  

mery sananes

escrita el 
31 marzo 2020, 9:00 pm


publicada por primera vez
en estos espacios 
el 31 marzo 2021

Hoy 21 de marzo del 2023
la volvemos a soltar
como esporas en el viento


 

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domingo, marzo 26, 2023

Y LA LUNA SE VISTIÓ DE PRIMAVERA



para Anabela



Y la luna 
se vistió
de primavera

Logró recuperar
sus espacios de la
noche y reaparecer
tan resplandeciente
como la risa de 
una niña hecha de
arpegios

Hizo gala de todas
sus fosforescencias
acompañada de un
amanecer alumbrado
de destellos de ternura 
y el efluvio del naciente
canto de los pájaros

Y derramó sus
encantos como si en su
interior brotara una
vasija llena de luciérnagas
y el cristalino sabor
de un vino de jazmines
aguardando el alborozo
de los colibríes de abril





Fotos tomadas 
el 25 de marzo del 2023
a las 12:10 am

L. V. Beethoven
Moonlight Sonata
Quasi una fantasía
Glenn Gould


Fazil Say






mery sananes
El Libro de la Luna
25/03/23

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sábado, marzo 25, 2023

ANABELA Y SU LUMBRE DE GIRASOL




En este marzo
 de tu primera estación 
primaveral
cumples nueve meses
y en todo ese tiempo
chispita nuestra
cuánto has hecho
y sigues haciendo


Como si un sueño
impulsado por hojas
de hierba y lumbre de 
girasoles se hubiese
encendido en todo
tu ser



Apenas comenzaste 
a erguirte sentiste
que debías empezar a
disfrutar esa nueva 
libertad a plenitud




Y de pronto al
recostarte en la grama
advertiste que también
podrías avanzar hacia
nuevas aventuras 


Y al girar en busca
del sol para que sus
rayos se anidaran en
tus movimientos
te encontramos
haciendo acrobacias
para impulsar todo
tus diminutos atavíos  
dirigidos a tu plan
de hermoso escape
hacia los horizontes
de tus sonrisas





Un recorrido que inicias
y continúas con ese
motorcito de algarabías 
que iluminan tus ojitos
mientras nos regalas
tu infinita picardía

Una verdadera fiesta
del vivir que no requiere
de otro adorno que
tu pasión por conquistar
cada día un nuevo misterio
que abre las puertas
a tus insaciables
poderes





Aquellos con los que
nacen todos los niños
y que a muchos se los
roban sin entender
que todo el canto 
extraviado del mundo
yace en la sonrisa
de un niño
sorbiendo cada eje
del vivir para ir a
sembrarle un nido
a la alegría del mundo


mery sananes
25 marzo 2023

Carl Orff
Música para niños
en kinder



E invito a ver esta antigua
grabación del método Orff
para desarrollar la capacidad innata
de todo niño de ser y hacer música








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jueves, marzo 23, 2023

CARTA - POEMA EN CIERNES





Un poema nace en ese
fugaz instante en el que 
se entrecruzan 
el corazón y la mente
sobre una balanza que 
sólo el poeta habrá de 
equilibrar

Una carta en cambio 
irrumpe directa del corazón 
y llega al papel como un río 
desbordado





Un poema es una carta 
pasada por el tamiz del
pensamiento o viceversa


Una carta es un poema 
en ciernes que nunca pierde 
esa condición irreverente  
desordenada e insurrecta
que la hace posible




Un poema es un borrador 
que se hace una y otra vez hasta 
que decante su magia

Una carta es un escrito de 
una sola vez viento desatado 
que no requiere de arreglos
porque en el revuelo reside 
su fulgor




Un poema es la imagen de uno
cuando se acicala para entregarle 
al otro  nuestra carta de identidad
una piedra cincelada pacientemente
un hilo de agua en recorrido
inverso a la lágrima

Una carta es mostrarse 
al otro en la intensidad de un 
abrazo  que recorre cualquier  
distancia hasta alcanzar la 
estatura de una entrega 

Un poema es un dardo
atado al viento
aguardando quien lo
desate y lo lleve a los
altiplanos del corazón

Una carta que no se abre
es una herida en la 
piel del agua
    


texto y fotos
mery sananes
    publicada inicialmente
en marzo / 2017

F.A. Boldieu
Concierto para arpa




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lunes, marzo 20, 2023

MATEO MANAURE MÁS ALLÁ DEL SILENCIO Y EL OLVIDO


MATEO, SIMPLEMENTE QUIERO SALUDARTE!
Agustín Blanco Muñoz

Si Mateo, apenas quiero saludarte desde este punto de tierra dónde también estás tú, aunque ya marques la diferencia por habitar en una doble dimensión. La terrenal, de la que no te podrás marchar, atrapado como estás por tus propias huellas y la espiritual-sideral que ya te era familiar y que ahora te acoge con el festejo de sus oraciones de bienvenida.

Mateo, hoy sabemos que te fuiste a pintar en la tierra de los cielos y a inventar orinoquias en el alma de los atardeceres. Que sin tropeles ni embates te llevaste tu taller a la más alta dimensión para compartirlo con ángeles, chirulíes y las siempre vivas celestiales.

Pero tu advertencia de vida y obra fue y es muy clara: nadie me separará nunca de esta tierra: en ella viviré por siempre. Y es tal tu apego, amor y locura por tu terruño que cuesta mucho conseguir persistencias como la que te vimos, sentimos y que, con toda seguridad, mantendrás ante todo aquel que te pregunte en cualquiera de tus paraderos.



Sabes que dejaste una Escuela. Que tu prédica por este suelo, su libertad, plenitud y albergue de amores no se va a perder. Porque una siembra como la tuya, tan profunda, artística y humanamente elaborada, una huella de tal dimensión será rescatada, si no por éstas, por las próximas generaciones. Entonces se habrá comprendido cabalmente lo que significan los suelos de una patria en cuanto asiento dé y para todos los verdaderos amantes y militantes de la vida.

Y hoy quiero repetirte que a gente como tú, a amigos del alma y compañeros como tú, siempre habremos de agradecer el gesto de luchar para que nunca nos falten las policromías que hacen recados de flautas y violines que se nos atrincheran en las venas de sol y entregas, para que alcancemos una existencia  al lado  de los dioses  infinitos de la creación de mañanitas, en plegaria ante los luceros que apuntan hacia la liberación de todos los hombres.

Por eso Mateo, no hemos venido a despedirte. Quienes aquí estamos asumimos el compromiso de aceptar y vivir tus enseñanzas. Y esto lo hacemos por la convicción de que no es la palabra sino el hacer de vida lo que lleva a cumplir con las dimensiones que el andar nos tiene reservadas como destino.

Mateo, en la Cátedra Pío Tamayo, donde tanto recibimos tus lecciones, te saludamos con profunda emoción y sentido de futuro y afán de seguir tus pasos creadores.  Esa búsqueda está en las palabras  de tu alumna y amiga Mery Sananes.



























MATEO SE FUE A RENACER
EN UN ESPACIO SIN SILENCIOS NI OLVIDOS
Mery Sananes

El 20 de marzo del 2018, día de una luna creciente que remontaba el azul cobalto de un cielo que había presenciado previamente un alto estallido solar, nos llega la noticia. De esas que dejan huella en los armarios del alma. 

El pincel de Mateo Manaure se detuvo en el último lienzo, para marcharse con sus colores y cocuyos a renacer en un espacio sin silencios ni olvidos.

La vastedad del azul será ahora la tela sobre la cual derramará todos los colores que integren una verdadera oración de amor al hombre, sin fronteras ni cercas. Hortelano de los suelos y rostros de su tierra, y ahora de los territorios del infinito, Mateo Manaure seguirá dibujándole al hombre un porvenir alumbrado de arcoíris. 



NINGUNA DISTRACCIÓN DETUVO SU ASOMBRO ANTE LA VIDA

Ninguna distracción logró detener su asombro ante la vida. En los espacios en blanco reconstruía un universo a la medida del hombre. En su alma revoloteaban pájaros y resonaban grillos y sapitos. Desde sus manos emergían racimos de luciérnagas, que le entregaron la lumbre con la que pintaba.

Y cada una de las formas que fueron tomando sus pinceles buscaba el mismo objetivo. Toda tu obra es un espejo para que el hombre aprendiera a mirarse a sí mismo a través de sus colores, sus trazos, sus líneas, sus simetrías y asimetrías. Y su propósito siempre fue que el hombre pudiera utilizar su propio poder creador para advertir en su alrededor esos elementos que él les entregaba.



LA CREACIÓN DE MATEO MANAURE
 UN INSTRUMENTO PARA EL PORVENIR

No hubo forma ni medio que no ensayara y hasta en sus últimos años dio cuenta de su capacidad para reinventar  su mensaje con nuevas técnicas y búsquedas. Incansable artesano del color y las formas, las abstracciones y los rostros, los atardeceres y todas las tonalidades de los suelos de su tierra, Mateo Manaure, nunca disminuyó su poder de creación ni su persistencia en convertirlo en un instrumento del porvenir.



Quien vea, estudie, se detenga ante los lienzos de MM encontrará en ellos una riqueza de tal magnitud que pareciera que de sus suelos fuesen a brotar enredaderas, que desde los rostros emergieran cantos antiguos, que de sus simetrías se produjeran fenómenos espaciales que aún no hemos comprendido.

DEJÓ HUELLAS EN CADA ESPACIO QUE OCUPÓ
EN UN EXPAÍS DE CIEGOS Y MUDOS

Dejó huellas en cada espacio que ocupó. La Universidad Central de Venezuela fue uno de los tantos escenarios de su creación. Y sus murales son una convocatoria a vencer las sombras, a dejar pasar el sol, a detener la sequía de los árboles y el destierro de las guacamayas.



Pero nuestro expaís se convirtió en un albergue de ciegos y de mudos, de hombres de espalda a la convivencia y la fraternidad, azuzados por todos los odios y las violencias, se han vuelto unos contra otros, se han convertido en sobrevivientes de una gran tragedia, y ya ni se reconocen en la flor del camino.

Del árbol sólo saben de su leña, De su hermano sólo conocen su utilidad para alcanzar un grado más alto en el barómetro de las intrascendencias. Del más allá sólo saben del sigilo y la desconfianza. El amor es una mercancía vencida.




SU OBRA ES UN LLAMADO A LA VIDA

¿Cómo internalizar entonces una obra como la de Mateo Manaure que es un llamado a la vida? Sus cuadros se venden en las subastas, guindan en algunos museos, otros los tienen en las salas de sus casas. Pero su propósito sigue sin cumplirse.



Un cuadro de MM es un paisaje detenido, un atardecer o un amanecer que queda fijado en la pupila como una señal. En sus trazos crecen bosques inmensos, enredaderas de todas las florerías, y el color subterráneo de los sueños aun no realizados.



Como quien recogiera ese paciente trabajo del hombre común que labora diariamente esos suelos y que reverencia el milagro del crecimiento y la complicidad con el agua.

¿CÓMO Y DONDE CABE LA OBRA DE MATEO MANAURE EN ESTE EXPAÍS HECHO DE RUINAS?

Sus líneas geométricas son coordenadas que hay que descifrar para saber en qué direcciones erradas andamos y cuáles deberíamos transitar para un saber, un conocimiento y una ciencia nuevos para el hombre y no en su contra.



Uno se pregunta ¿dónde y cómo cabe la obra de Mateo en este expaís hecho ruinas? Los rostros que fue recogiendo en su largo trajinar  por estas tierras traen otro mirar, rescatan lo que podría ser, si algún día la violencia cesara y la acumulación no se hubiese convertido en el único sentido de la vida.


Y SIN EMBARGO ES AHORA CUANDO SU OBRA ADQUIERE
MAYOR RESPLANDOR

Y sin embargo, es en estos tiempos de opacidad y tragedia, de lágrimas vertidas y por verter, cuando la obra de Mateo adquiere mayor resplandor y su mensaje mayor contenido. Si tan sólo aprendiéramos a mirarnos a nosotros mismos a través de sus pinceladas, si escucháramos la música que mana de ellos, esa sacra tonalidad de aquello que toca la humana especie, tal vez pudiéramos comprender mejor hasta donde nos han llevado y qué hacer para defender esos suelos, esos rostros, esos cielos, esas estampidas de color y de belleza que él nos deja sembrados en cada uno de sus lienzos para que despertemos.

LOS HOMBRES DE SU DIMENSIÓN NO SE AUSENTAN JAMÁS



Y hombres de la dimensión humana de Mateo Manaure nunca se marchan. Siguen regando su belleza y esparciendo su mensaje. El hombre común – el que aún no han podido domesticar, lleva esos colores grabado en su mirada, y sus manos conocen de cerca la magia de la flor y los enigmas de los florecimientos. Lee en el vuelo de los pájaros el tiempo que le corresponde y en los luceros de la noche  las coordenadas de la luz.

De allí los recogió Mateo y los convirtió en pinceladas de porvenir para el hombre que ya no tiene acceso ni cielo ni a tierra ni a luz. Ese que sólo vive en una mortaja que le va creciendo a la medida de su vida desvivida.



Mateo los recupera y devuelve a la vida y de su mano sabemos que habremos de encontrar como hacer realidad la promesa del espejo que en su envés lleva oculto y a salvo el cántico expropiado del hombre. Seguirá dibujando y tenemos la certeza de que aparecerá cada cierto tiempo en los amaneceres sepia. En los dorados de los ponientes que anteceden la noche.



Le hicimos una promesa que aún no cumplimos. Y tendrá su seña  y su respiración en cada letra. Mientras, nos juntamos a Cora, amorosa compañera de Mateo desde hace muchas décadas, a sus hijos, a los suyos.
Desde esta su casa hecha de lumbres que nos enseñó a amar.

JAMÁS HABREMOS DE DESPEDIRNOS DE MATEO MANAURE

Por todo eso, Mateo, ni te despedimos ni venimos a decirte adiós. Jamás lo habremos de hacer. Seguirás dictando sus lecciones como Maestro Floricultor en las aulas de la Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual. Nosotros, tus alumnos, venimos a expresarte que cada día vamos a esparcir cada vez más tu condición de Maestro de estos espacios, donde queda sembrada tu huella de libertad, belleza, creación, sensibilidad mayor y el más profundo de los amores por la humana condición que nombran y la que tú has querido que sea.



Porque tú Mateo eras y serás un militante de las auroras para ir de lienzo en lienzo dejando recados de la necesidad  que tenemos no de mirar sino de sentir,  hacer y tener la vida, no como simple goce, sino para hacer de ese oficio labor de trascendencia que se convierta en mañanita de amores para todos.



AQUÍ TE QUEDAS MATEO POR SIEMPRE EN ESTOS SUELOS
QUE HICISTE TUYOS PARA ESPARCIR SUS FRUTOS

Mateo, queremos que en esta hora de tu vuelo, tengas la certeza de que te quedas por siempre en estas tierras dando tus lecciones de lo que es verdaderamente un territorio de nación, independencia y libertad. Suelos para albergar amistades fraternas y los valores capaces de pintar intensa y profundamente la existencia. Y por eso podemos decirte: Gracias, Maestro Floricultor y Constructor de porvenires a partir de los colores de las almas de manjares y caramelos.

Hasta luego Maestro, amigo, compañero de aventuras, andares y persistencia. Y te repetimos lo que tanto sabes, que te queremos mucho, mucho, muchísimo!!


Palabras leídas por Agustín Blanco Muñoz, el miércoles 21 de marzo del 2018, al saludar la partida hacia nuevos derroteros del artista, creador y amigo de muchas décadas, Mateo Manaure y publicado ese dia.






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