sábado, julio 12, 2014

UNA CARTA PARA EL FLACO PRADA



EL FLACO PRADA QUIERE CONVERTIR EL MUNDO 
EN UN NIDAL DE PÁJAROS
mery sananes


EL FLACO PRADA
LIGERO COMO UN RAMAJE

Hoy amanecí con ganas de escribirte una carta sobre el amor que siempre nos profesamos.  Porque ¿cómo puedo llamar de otra manera esa relación que sostenemos desde que nos conocimos?

Primero oí de ti. Quién no conocía en aquellos tiempos tu empeño en convertir el mundo en un nidal de pájaros. Tu afán en ser sembrador de bosques, para que bajo la sombra de aquellos árboles se pudiera cobijar la humanidad entera, en una casa grande y un solar de todos.

Y un buen día acampé a tus costados. El Flaco Prada. Así  te llamaban y te llaman tus amigos y quienes no lo son. Y era cierto. Tu humanidad se extendía hacia arriba como si estuvieses tratando de convencer a las nubes de que dejasen pasar el sol.

Y a la vez eras ligero como un ramaje, como un soplo de viento. Pero tus abrazos eran cálidos como un fogón de pobres. Y en tu mirada, Francisco, se podían leer las cosas de una inmensa y sabrosa humanidad.



DE TUS OJOS MANA UNA NOMENCLATURA DE AMOR

Es como un espejo de todas tus travesías. En ella pueden descifrarse ríos y caminos, montañas y parajes, sequías y tristezas. Pero por sobre todas las cosas, de tus ojos mana una nomenclatura de amor, que se derrama, aún sin tu quererlo, sobre tus espacios, los paisajes y los seres que te rodean.

Yo recogí una medida de tu mirada y aún la conservo, como un talismán, que me devuelve la alegría cada vez que el desencanto cabalga desenfrenado entre los hilos de los días de sequía.

Y tal vez por eso vengo a escribirte hoy. Para devolverte, envuelto en hojitas de azahar, guijarritos desprendidos de esa armadura, para que en estos días de despedidas y siembras, abriguen tus horas.

FUIMOS DERROTADOS Y LA DERROTA
PERDURA HASTA HOY

Yo sé, hermano de andanzas y quereres,  que en aquellas batallas incesantes fuimos derrotados. Y que la derrota perdura hasta el día de hoy. Dolorosa y terrible.  Difícil el balance, la síntesis de un proceso que no concluye sino que parece más bien buscar nuevas vías para una misma desilusión.

El problema no radica en comprender sino en aceptar que la historia permanezca con tanta saña y tanta hondura en el dolor. Y que  muchos protagonistas simplemente hayan cambiado de lugar. No es ese el caso tuyo. Hoy como ayer sigues y seguirás marcando el futuro de la reivindicación de quienes han estado y están en el soslayo.

Por eso  soñábamos tierras fértiles, casas abiertas, solares de flores y manjares, en el sacrificio de la vida que se volvía una entrega sin resentimientos, una tarea de permanencia, una amalgama con el porvenir.

LA MUERTE SE HIZO PARTE DE UNA TAREA
PARA RESCATAR LA VIDA

Eso leía yo en tus ojos y en tus gestos, cuando surcabas territorios inhóspitos, con un arma que desentonaba sobre tu pecho de niño. La muerte era parte de una tarea necesaria para rescatar la vida. Así lo entendimos, lo profesamos, lo actuamos.

¿Y cuántas risas niñas no se nos quedaron en el camino, cuando las cargábamos todas en el regazo para traerlas de nuevo al hospedaje de la vida? Pero no lo logramos, Francisco. No pudimos hacer jornada de salvadores. Y todo ocurrió como si no hubiese ocurrido o hubiese ocurrido en vano. La tristeza se depositó en el alma. La fragua cesó. Hoy sabemos que esa búsqueda debe ser reinventada para abrirle espacio a la acción de un pueblo-colectivo, cuya fuerza creadora es mucho mayor que toda violencia.

LAS NEGOCIACIONES SOFOCARON LOS INCENDIOS AÚN
SIN COMENZAR

Las negociaciones y arreglos sofocaron los incendios que aún no habían comenzado y aquellos jóvenes que alguna vez se les  encaminó hacia las sierras y las quebradas para hacer la revolución, junto con ese colectivo esperanzado en la utopía, quedaron excluidos de toda posibilidad, lanzados al vacío y el sinsentido. Esa es la derrota mayor. De eso hablamos varias veces.

Fueron muchos los hombres y mujeres excepcionales que terminaron expropiados de sus vidas, de sus sueños y hasta de sus más secretas pertenencias y lanzados a la inclemencia de un tiempo sin utopías ni refugios.


Y UNA DOBLE MUERTE NOS SELLÓ

Y una doble muerte nos selló. La que nos infligieron los otros, y la que llevábamos dentro que se nos agigantó hasta la desolación. Y ahora es como si hubiese multiplicado y tomado todos los sitios del vivir.

Los sobrevivientes de aquellos vendavales ahora son timoneles de fuegos fatuos, de exacerbados cataclismos humanos y sociales. La ilusión y el sueño han servido para todo, menos para edificar la vida. De eso hablaste el día que fuiste a tu Cátedra Pío Tamayo a la presentación del libro Venezuela, un país podrido, testimonio postrero de Elias Manuitt Camero.

EN LA SEÑAL DE TU IRIS RESIDE EL
APEGO A LA UTOPÍA NECESARIA

Y sé, Francisco, que en estos tiempos desasistidos y vacíos, la pena se hace inmensa. Y sobre la marca de tus ojos,  escribo esta carta de acercamiento sin límite, para que no se pierda jamás ese fulgor que siempre has mantenido vivo en ellos, porque en tu lumbre y en la señal de tu iris y pupila reside la ilusión del porvenir, el apego a la utopía necesaria.

Eso se siente en tu rostro, que por encima de   las huellas del cansancio, no deja ver  sombra alguna que retire el sol de los aposentos de tu corazón.

TÚ INVENTAS FLORESTAS DONDE OTROS SIEMBRAN MINAS

En  esta carta quiero entonces, Francisco, recomponer la canción de siempre. Rescatar tus caminos  de constructor, levantar la indicación de esos rasgos tuyos, tan particulares, que siempre habrán de enamorar a quien  conozca tu humildad, el compañerismo, el silencio cuando otros vociferan, tu don de seguir inventando florestas donde otros siembran minas.

Vengo a llamarte para que, como siempre lo hacías, en aquellos combates entre llanos, ríos y bejucos, en primera fila, se apersone tu ilusión como el estandarte necesario para resistir el grado de destrucción llamado revolución del  que ahora somos testigos y hasta actores.

VIVISTE Y VIVIRÁS ERGUIDO COMO LAS CORALES
EN SUEÑOS DE ALEGRÍAS

Porque no se habrá de doblegar tu estructura de maguey en guardia, ni tu rostro de amanecer recomenzado, ni tu corazón aliñado de pomarrosas.  No hubo aparato que pudiera obligarte a un  acto denigrante. Siempre viviste y vivirás erguido como las corales en sueños de alegrías y mandamientos.

Por ello seguiremos persistentemente atestiguando la ilusión de un tiempo distinto, de una historia que quepa en el recinto del corazón del hombre, no como una dádiva o una concesión, sino como una acción alcanzada en las calzadas de la vida.

Hoy seguiremos contigo, Francisco, plantando bosques, fructificando espacios para pájaros sin cercas. Dejando la estela de la guacarita, como anuncio de las lluvias que vendrán. Inventándole colores a las sombras. Sonriendo a pesar de las tenazas de la muerte que se agolpan a las puertas de un mundo sin dolientes.

LAS HUELLAS QUE TU CONSTRUYES VAN EN LA DIRECCIÓN HORIZONTAL DEL AQUÍ Y EL AHORA

Persistiendo en la convicción de que esas huellas que tú construyes son escaños que provienen de los precipicios, pero que van en la dirección vertical del aquí y el ahora.

Yo te dejo mis señas, mis embusterías, Francisco Arauca, para que sigan caminando junto contigo, como siempre,   para hacer más ligeros y diáfanos los días. Andaremos con la risa vertida de los niños que  aguardan por el verdadero nacimiento.

Flaco del alma y el amor, hoy, cuando sé que emprendes tu otra batalla, te dejo el aroma de una madrugada enseñoreada de flores de baile para el festejo de una vida, una entrega que se junta al compromiso de la trascendencia.

POR UN TIEMPO DE ALEGRÍAS Y SIN ATAÚDES DE TRISTEZAS

Y  te dejo este amor con el que marchamos, como una inmensa enredadera de jazmines que cuelga de los polos, se encima en los continentes, amariza en las islas y se enasta al fin en tu pecho, como una coraza contra todo dolor. Y como un mandato a seguir en la vida por y para la construcción de un tiempo de alegrías y sin ataúdes de tristezas.

mery sananes
11 de julio del 2014

12 comentarios:

Unknown dijo...



Me la quedo... ¿Se dice?

Envidio esta carta.

Abrabrazos, Meryta.

Pablo

Carlos E. Mora dijo...

Empalagosa la carta. Si hubiese un concurso de frases ridiculas y rimbombantes, esta carta ganaría el 1er lugar. Pero no es el pésimo oropel del lenguaje lo que me lleva a comentar, sino la similitud con la esencia del chavismo. ¿Han leido la carta de chávez a El Chacal? La misma abundancia de frases rimbombantes. El problema de toda ideología es crear un manto de palabras para cubrir el contrabando de ideas. Creer que la complejidad del mundo puede explicarse en un discurso que no admite opiniones contrarias es sumamente peligroso. Estaba leyendo "La historia del neutrón" de Donald Hughes, donde aprecio el tesón de un pensamiento inquieto que interactúa con la realidad física y descubre sus leyes. En el extremo opuesto de esta carta que no tiene ningun punto de contacto con la realidad del mundo.

Anónimo dijo...

Esta carta tiene tres aspectos que deben ser resaltados. El recuerdo y el desgarre que produce la muerte del amigo de mucho tiempo y vivencias. En 2°lugar llama la atención que en medio de su dolor la autora mantiene distancia con el camino seguido por Francisco Prada. Y se separa de la violencia.

Y en último lugar hay que destacar que la belleza de la exposición acompaña un examen a fondo de la dura década de los sesenta. Y más que una exaltación hay aquí el reconocimiento de una derrota que dejó mucha gente en el camino.

Felicito a Mery por esta clara exposición conceptual, de ideas, que no se aparta de la belleza y la elegancia del viejo buen decir.

Pedro José Bernal

Anónimo dijo...

Hermosas palabras Mery, para una persona hermosa que conocí en mis 17, días del Liceo Fermin Toro, donde él llevaba el aroma de las montañas a un grupo de jóvenes llegados a Caracas, de todos los rincones del pais, porque sólo allí nos esperaba un "quinto año" para empaparnos de un futuro de Filosofía y Letras.

Era el momento de diferenciarnos de los que se iban por las fórmulas y números, por el resto de la vida. Allí él era una especie de Quijote alto y rubio como esas figuras talladas en madera por la manos inocentes de los Andes: sólo le faltaba el cayado del Pastor.

Y después supe de sus andanzas soñadoras, desde el afán libertario hasta el bello Museo de la entrañable Plaza de Merida, donde cada figura tallada o pintada reproducía la suya de antaño. Era.como un almacén colorido de socías de Francisco. Él, multiplicado por cien.

Creo que nunca supo que yo lo respetaba y lo admiraba, esa forma de amor que uno construye para Los Diferentes, los que no tienen mancha, los íconos de la pureza a los que nunca renunciamos.

Así que tu carta homenaje me atravesó el corazón.

Lolita

Anónimo dijo...

Admirada Mery:
Esto es simplemente una joya literaria, que prosa tan hermosa.
Felicitaciones,

Alejandro Abreu

Anónimo dijo...

Queridisima Mery:
Que carta tan hermosa!!, Dios te bendiga por saber volcar tu alma en cuanto escribes...
Un abrazo grande,
Lya

Anónimo dijo...

Muy bello y merecido texto que traduce un verdadero amor e identidades compartidas.

No olvidar que también ellos dieron la muerte; que cuando se mata a un soldado o un pobre policía, también un oficial, a madres, padres, esposas, hijos, también se les arranca parte de su ser, se les abre una herida perenne, un vacío de amor.Cuando se elige dar la muerte para corregir la injusticia caemos en la practica infinita de la violencia, de la venganza que termina convirtiéndose en una lógica, en una estructura, que es el caso de Venezuela. En el algún momento habrá que romper esa lógica

Fraternalmente.

Elizabeth Burgos

Anónimo dijo...

¡Inmensa Mery!

Joaquín Díaz Silva

Anónimo dijo...

Gracias por el envío de la carta para el flaco Prada.
Qué tristeza por su partida física. Gran hombre!
Saludos,
Mildred Pineda

Anónimo dijo...

Gracias, hermana Mery!

Paulino Núñez

Anónimo dijo...

Carta amorosa, profunda y también dolorosa. La celebro, compartiendo tu " mirada y memoria " de este personaje de lujo. El flaco Prada.

Ana Rita Tiberi

Anónimo dijo...

Mery, yo sé que dondequiera que ahora esté El Flaco, andará contento con esta bella carta que le mandaste. Y seguro que ya está listo para dedcirte: Oye Mery, tenemos que discutir unas cositas. Seguro que estarán mucho tiempo conversando con todo ese amor que se tienen. Como dice el poeta Mora: envidio esta carta.

Francisco Aguirre