Desde la helada mañana
de los inviernos una raiz
dormida despierta y asciende
hacia la superficie dúlcima
de una tierra que canta
Al principio estalla
en un verdor de alas
que anuncian el nuevo
hospedaje de una siembra
que aguarda y asciende
hacia un territorio
de milagros
Y de pronto en un
amanecer y en el asiento
de un capullo inesperado
un lirio se yergue
y abre sus alas de fuego
Y todo el huerto
se estremece ante ese
canto solar de un
lirio enardecido
trazando sus dominios
sobre la noche
de sus gerundios
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texto y fotos
mery sananes
04 07 24
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