Celia
hoy pasé por pinar del río
recogiendo tus recuerdos de baile y tambor
pregunté por el sabor de los arcoiris
y la resurrección de los amaneceres
y la única respuesta que recibí fue un
ella no está aquí
Y entonces por dónde va la negra
de la rumba y el bongó la chupa que chupa
y taca que taca de la estación del tren donde
el padre tocaba el pito mientras ella se montaba
en el recolector de sabores a pesar de que la madre
se quedaba mal porque su negrita se iba
por ese mundo de dios donde abunda
la gente marchita de canción
Por esos territorios supe que te hermanaron
a benny moré al inquieto anacobero
a pedro flores a tito rodríguez que llegaste
a los territorios de héctor lavoe willy colón
ismael rivera pero nadie pudo con tu sangre
de guardiana guarachera y tu festín de mariposa
andaba herido de muerte eterna cuando
decidiste acogerte a la magia dulce
por los siglos de los siglos para que
de las propias plegarias de las salsas
nacieran los toques de pan sal y café
Nosotros celebramos el momento en que renace
la cumbia cumbia cumbia cumbanchera
dispuesta a reventá hasta la bemba de-la-mó
no me vengan entonces pues con cuento
que no sé pa’ donde cogé
ni como interpretar esta rumbita azucarada
que aquí en el cielo y hasta en el purgatorio
bailarían celia y el dios de las entidades
mayores de los festivales anegraos
Por ello le decimos al son hermano mayor
de la salsa cumbanchá que acelera el ritmo
pa todos quedá con la lengua colorá
y el azúcar pegada en las entrañas del amor
que algún día será para todos los tambó
Entonces el grito jíbaro se hará savia
de la herida humana para que todo negrito
colorao tenga en su futuro un poquito más
de aliento guapachá y azuca pa regá
por la morada de todos los tambores
de los negros de la celia de la cruz
de amor del pinar de los ríos
de los ritos del azúcar señor y universo!
Agustín Blanco Muñoz / Ofrenda Musical
2010
3 comentarios:
Y canta, sigue cantando la vida en pinar del río y así seguirá cantando como el amor canta en pinar del río.
Este poema es como Celia Azúcar Cruz: ¡guapachoso!
Gerardo Ríos
Tremenda pieza, contagiosa y alegré !
Publicar un comentario