viernes, mayo 27, 2016
LA RISA DE ANA DOLORES
Esta ventana la abrimos el 27 de mayo del 2014, para festejar la Risa de Ana Dolores. Dos años después sabemos que quien, como ella, anda por la vida derrochando amores y sembrando florerías, no se ausenta jamás.
Sólo toma vuelo para acompañar a sus pájaros en ese hacer nidos en el bosque del vivir. Y allí la encontramos cada vez que giramos los ojos al mirar esencial.
Tal vez no sea por casualidad que haya nacido el mismo día que Isadora Duncan.
Hoy sabemos que su risa se multipla y esparce como polen sagrado, miel de mieles. A ella le cantamos y la celebramos un año más...
Y que:
Nunca llegaremos
al final de la rosa que ríe
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Ana Dolores
jueves, mayo 26, 2016
EL REFLEJO
A veces
el reflejo es la advertencia
de un mirar que se nos escapó
de las pupilas
texto y fotos
mery sananes
mayo 2016
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MS - El Libro de los Cielos - El reflejo
lunes, mayo 23, 2016
HACIA UN VERSO COLECTIVO Y ANÓNIMO
En esta madrugada
insomne
en la cual me amanece
el planeta más triste
que nunca
busco un verso
anónimo y colectivo
que le de un viraje a las sombras
que alumbre con la lumbre
del anafre o del candil
que salga libre como las hojas
de un árbol
por su sola dulzura sostenido
un verso que se troque
en diapasón
que venga guaraleando
auroras
y quitando soledumbres
que haga del granado trigal
de la noche
un pasto de hierbas
azules y un río con olor
a duraznos
que cancele el horror
dé al traste con la muerte
se reconcilie con la vida
y le abra compuertas
a la alegría
un verso que siembre pólvora
en la rosa
que arome de azahar
el recinto de los sueños
dinamite los geranios
para que puedan esparcir
en el corazón del hombre
su botánica condición
un verso que no espante
que reconstruya el lenguaje
de las mariposas
tan semejante al que debió ser
el de esta devastada humanidad
un verso-almácigo
que venga cargado con su cosecha
de abrabesos
que abra trochas en el intrincado
bosque del terror
un verso fraguado en madera
con color a miel marina
que nos devuelva la risa
arrebatada del hombre
que venza la congoja
con un telar de hilos de fósforo
que trace la geometría
de la pomarrosa
y la descendencia exacta
de los milagros
que restituya la circunferencia
del abrazo
restablezca el diálogo
que nos enseñan los pájaros
rescate las huellas de luz
que el aprendiz de hombre
ha dibujado sobre la noche larga
de su penuria
que devele el poder de las palabras
que mienten
y de las palabras
que socavan la noche
en busca de los días que vendrán
un verso que desvíe la bala
de su recorrido de muerte
para convertirla en lámpara de tierra
que nos despierte el alma
hasta convertirnos en eternos
centinelas de la vida
que desate
las furias del amor
hasta arrasar con toda extensión
de odio
el verso trueno que no ha encendido
aún su fulgor sobre las nubes
un verso volantinero
tan gigante
que quepa en la pupila de un niño
un verso saeta que se abra paso
hacia la palabra humanidad
que venga apacentando bosques
detrás de los luceros
con sus ansias de arbolas
y sus ribetes de lumbre
un verso topo
que venga cincelando
en la piedra
la casa florecida del hombre
aunque el suspiro se cuaje
desde las honduras de un pozo
mery sananes
escrito en el 2003
publicado en abril del 2010
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escrito en el 2003
publicado en abril del 2010
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Hacia un verso colectivo y anónimo,
MS Floreceres
viernes, mayo 20, 2016
LA ESTACIÓN DE LOS ADIOSES
Hay días que te busco
en las notas de una ofrenda
en fuga hacia la estación
de los adioses
en el claveteo de un pájaro
sorprendido de verse a sí mismo
horadando la corteza de un
cristal irrebatible
en la impasible brevedad del agua
que aguarda la herida en espiral
que el guijarro escribirá en los
dedales de su piel
y en esa travesía que acorta las
distancias de la noche que quiebra
los anaqueles de las nubes que se
desliza sin prisa sobre la heredad
de los naufragios la espera
se dibuja en ventanales sin luz
mery sananes
27 julio 2010
mery sananes
27 julio 2010
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Juan Sebastian Bach,
MS Floreceres
lunes, mayo 16, 2016
LA VERDAD Y LA MENTIRA EN LITERATURA
Tal vez pueda afirmar que la forma de escritura que más se aviene a mi templanza es el papel que se redacta sin otra métrica que la respiración ni otro límite que el aire.
Hurgando en mis memorias, encontré estos textos. Dos cartas dirigidas a Jesús, amigo y alumno de aquellas aulas de la Escuela de Letras que alguna vez fueron mi residencia.
Uno habla sobre la verdad y la mentira en literatura. El otro sobre los libros y la palabra. Ambos pretendían responder inquietudes planteadas, más allá o más acá, de las definiciones convencionales y el conocimiento cercado.
Y mis reflexiones apuntaban entonces y hoy, a convocar el asombro con el cual cada quien pueda nutrir su propio conocimiento del mundo, y alcanzar el más hondo sentido de su vivir.
mery sananes
mayo 2016
Jesús
Hace más de dos meses me dijiste que querías que conversáramos sobre un tema en particular: la verdad y la mentira en la literatura. Desde entonces hasta acá, muchos motivos involuntarios, ajenos, han impedido que podamos intercambiar ideas sobre esta temática. Pero no por eso he dejado de pensar en ella. Tú eres alguien muy especial para nosotros. Alguien por quien sentimos un afecto de esos que se anidan en el corazón y allí se queda, como un equipaje cálido que nos acompaña.
Y a falta de haber podido, hasta el día de hoy, hilvanar las palabras para preguntar y repreguntarles si son guijarros que el río hace danzar en su cauce o sin son saetas disparadas al interior del hombre, para irrigar la vida, te escribo estas líneas que dibujan sobre el papel una diminuta espiral que tu deberás tomar para hacerla girar y girar, hasta que alcance la dimensión de la armonía.
En verdad ¿cómo hablar de la verdad y la mentira? ¿Abordaremos acaso la literatura como si fuese un discurso especial, con sus propias leyes, su ámbito de realidad-irrealidad, que podemos desde afuera, dirimir y definir? Esto es tan difícil como calificar la palabra que inventamos para que el paso tenga un lecho de tierra húmeda donde sembrarse.
¿De qué verdad podríamos estar hablando? ¿De qué mentira? ¿Podrá alguien, en algún sitio, establecer el límite exacto entre una cosa y otra? Tocamos el propósito de la palabra, el peso de su materia, la dirección de su vuelo, la específica densidad de su vulnerable y frágil estructura.
Porque si decimos mentira ¿acaso no estamos jugando a quebrantar la ruta de los aterrizajes para adentrarnos en el espeso bosque que cubre los agujeros por donde se asoma el canto de las chicharras? Y si decimos verdad ¿no se trata acaso de que hayamos hecho el recorrido desde los copos más altos al pozo hondo y vertical que invoca las más cristalinas fuentes de agua?
La palabra es un bajel de velas blancas, el espacio diminuto entre los pétalos aromados de un jazmín bañado de rocío en el amanecer. Es el trino que se adhiere a la flor y la estelita de plata que dibujan las caracolas en el océano inmenso de la tierra cuando despierta.
Tiene el don de los ojos que la ven, de la caja de resonancia de quien la recibe como un talismán y la devuelve al viento, enhebrada en hilos de hierba. Tiene la dimensión del infinito cuando la toca el amor. O puede volverse pequeñita, para recostarse en la corteza de los árboles viejos, para marcar allí el círculo del tiempo en las señales del siempre.
Esa es la palabra que cultivamos. La que construimos callada y solitariamente desde nuestro taller de ilusión. Es la palabra vegetal que trepa sobre los muros para pintarlos de verdiazul. Y es la palabra mariposa que hace su viaje desde la oruga hasta el vuelo vertical de las cascadas, tan sólo para describir el arco de una luz.
Es la palabra suspiro que nadie puede atrapar entre sus manos, pero que resiste en su ingeniería sideral la fuerza de todas las tempestades. Es la palabra silencio hecha a modo de cuenca, vasija o ritual para que se convierta en el espejo de los mapas estelares y el paisaje sagrado de las pupilas encendidas. Es la palabra honda que se dispara como un barreno de fuego sobre los espacios deshabitados de ternura.
¿Pero será acaso verdad todo eso, Jesús? ¿O será el anhelo que quiere hacer de la palabra una arcilla moldeable a los sueños? ¿Tendrá la palabra realmente el poder mágico que le otorga el sentimiento? ¿O aparecerá en medio del océano, materia fulgurante, para distraer a los Ulises? ¿Verdad o mentira?
La palabra no es sino el espejo que te mira, para que tú te veas en él. ¿Cuál es la imagen verdadera? ¿La que se estampa sobre el espejo de agua cuando te vuelcas sobre él? ¿O la que el agua te devuelve? ¿Y qué ocurre entre ese trayecto entre tú el espejo? ¿Cuál de las imágenes atraparemos? ¿La que se detiene inmóvil o la que se arremolina, cuando el pez muerde el aire, haciendo con sus aletas un discurso oceánico y musical?
¿Sabe la garganta acaso cuando emite un sonido que es un arpegio o cuando deja salir un grito hondo y largo que se quiebra al final en infinitas aristas de cristal?
La literatura existe porque el hombre un día tuvo que inventar la palabra para atrapar con ella todo lo que había perdido al levantar la primera cerca de la historia del mundo. Entonces creyó que poniéndole límites a las cosas se hacía propietario de ellas. Y se equivocó. Jamás volvió a recuperarlas.
Perdió el vehículo del viento y el equipaje frugal de las montañas. Extravió el movimiento de la mano que construía arcos para que pasaran por ellos la luz y se dedicó a levantar ladrillos para hacerle muros a su corazón. Se le escapó el don de la mirada donde la poesía fluía como un incesante manantial, para quedarse sumido en la oscuridad.
Y allí en ese pozo hondo e incesante, como un orfebre fue fabricando la palabra. Con ella reinventaría la vida que truncó desde su propio nacimiento, para postergar para el futuro la verdadera humanidad.
Con ella se hizo un abrigo, la hizo color y movimiento, grito destemplado, sonido silbante de una bala homicida, piedra de amolar, canción rota, concierto de lluvia, océano de lágrimas, granada que estalla en fruto ácido, compuerta que se cierra, ventana que se abre, amuleto que se hace ritual, caricia breve que recompone el universo en su sola marejada, aluvión o estrépito, golpe de ataúd, pena de penas, solar de jazmines, resaca de todo lo sufrido, sinfonía del universo.
¿Verdad o mentira? El mago siempre serás tú.
mery
noviembre / 1999
Jesús
Los libros no son más que accidentes
geográficos, en los que algún muro de contención delimita el cauce de las
aguas, y les construye un camino que solo es temporal.
Las palabras siempre vuelven a escaparse
por entre las rendijas de las piedras para regresar a su residencia de viento y
de rocío.
En realidad, siempre he creído que la
palabra se inventó el día en que el hombre dejó de comprender la relación de
hermanos que existía entre él y el otro. Desde entonces, ha llenado el universo
de palabras para tratar de explicar esa incomunicación, que nos dejó absortos
en el mayor de los silencios y en la más
terrible soledad.
Como si una cuadrícula gigantesca
hubiera hecho añicos el paisaje, quebrándolo en pedazos, hasta exilar de la
vida los arcoíris.
A veces, sin embargo, somos ilusos, y
tomamos la palabra como si fuera arcilla que pudiéramos moldear a la medida de
nuestros sueños. E inventamos cántaros y tinajeros, para con ellos esparcir de jazmines
los corredores del alma.
Por eso, mi querido y dulce Jesús,
cuando pongo en tus manos estas hojas de papel, que quisiera más bien estuviesen hechas de hierbas olorosas, lo
hago como quien abre las puertas de un huerto que sólo fructificará cuando de
nuevo la palabra recobre su condición de talismán, su oficio volandero de
cometa, su esencia de bajel.
Mientras, sé que en tus manos, tendrán
el cobijo de quien también es ilusionado
peregrino en medio de estas tierras devastadas, y de quien dibuja en el
silencio melodías que la brisa transporta como polen de futuros amaneceres.
mery
mayo de 1999
Escuela de Letras
Universidad Central de Venezuela
sábado, mayo 14, 2016
CÁNTICO SIN CANTOR
Hoy se me vino encima la noche
ataviada de un azul de primavera
y sin embargo aún el invierno retenido
en la cúspide de los quebrantos
no se desprende del sortilegio
de sus glaciares ni de la helada
que tiñe de desasosiego los diminutos
espejos de las aguas que no se vierten
en dirección sur de los lagos
Las tempestades y los aluviones
aún hacen crujir las delgadas celosías
que resguardan las tristezas
un solo de flauta escribe su travesía
por el filo de una lágrima
que perdió su cauce
el aire queda aterido al metal
que viaja de regreso a su lecho de
piedra detonando el adagio
hacia una brusca despedida
Sé que en estos tiempos de inconstancias
el beso se extravía en el sedal de un silencio
y la dulzura derramada que nadie recogió
regresa sobrecogida al laberinto de la colmena
para labrar en ella un cántico sin cantor
Algún día de esos en los que el hombre
recobre su estatura de agua su estructura
de hierba su solemne candor de niño
quizás entonces retorne el amor a ejercer
su inescrutable función de partera de la vida
mery sananes
21 marzo 2010
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21 marzo 2010
miércoles, mayo 11, 2016
ARMANDO REVERÓN - EL LOCO DE LUZ
Un día me preguntaron tuyo
y apenas pude decir que eres
alguien que siempre andas
colgado de un pincel de confituras
y geranios que te sirven para
escribir en cada amanecer
un pedazo de tu vida en la ronda
de los arcoiris de cocuyos que te inventas
en cada uno de los trazos regidos
por la desesperación de quien va
de luto en luto por no poder alcanzar
la huella de luz que ve nacer
en cada uno de los recuerdos
que fueron sembrados más allá del tiempo
y más acá de la humanidad
Entonces supe que eras el loco armando
y que construías locomotoras de amor
que nadie se atrevía a tocar ni manejar
por temor a convertirse en viajantes
de los eternos esplendores de los anocheceres
supe también de tu necesidad de incendiar
cada uno de los mares para sembrar
en sus inviernos pedacitos de soledades
que se vuelven olas de dioses y relicarios
Me enteré un día de mayo de tus
muchos años sin sentir el sueño
porque tu vida está en el pincel de un lienzo
y en la mirada que anda por las hendijas
de los luceros de los mediodías haciendo
cofradía con los torditos de la marinería
para que siguieran en su empeño de
multiplicadores de luces y centellas
de canela y pan y supe finalmente
de tu cuerpo dominado por los cristales
jazmines y caracoles de la alegría
y que inventaste tantos espacios
que llegó el día de la grande
y terrible angustia porque
por ninguna parte conseguías gente
para llenar tu mágico mundo
Pedías nada menos que un tiempo
de hombres de luz y amor que pudieran construir
morada y destino en todos los aposentos del vivir
hoy sé que juanita lo entendió
aunque tu luz no ha llegado aún
al más acá y el más allá de nosotros pero
todo no está perdido maestro de deletreos
y vestigios algún día florecerá el brillo en
los caminos y los hombres serán constructores
de las luces musicales que alumbrarán
la naciente humanidad
sólo entonces se entenderá
a un loco de luz como tú
agustín blanco muñoz
memoriales / 2010
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Armando Reverón
martes, mayo 10, 2016
CONTRAFUGA - A GLENN GOULD 3/4
reverberaciones para que el verbo
recorra todas sus conjugaciones en
el temporal del infinitivo siembre
en el aire de las silabas el temple
del dolor que se afinca en el borde
de las pupilas desciende hasta los
archipiélagos del corazón alcanza
los húmeros y se asienta en las
respiraciones que se agitan entre
suspiros que zozobran y y moldearla
hasta que toque el tiempo de los precipicios
y alcance alguna tregua en los dinteles
de la risa que se escapó en las hendiduras
de una palabra seca y devastada que sólo
sirvió para dinamitar la vida
mery sananes
10 marzo 2011
ms
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Glenn Gould,
MS
viernes, mayo 06, 2016
FUGA - A GLENN GOULD 2/4
A Glenn Gould
a su fuga en tiempo de
éxtasis hacia la estación
de los enigmas
II
Una sola melodía asciende
y desciende sobre el teclado y
regresa una otra vez como si fuera
el dictamen de una causa el
silabeo de una razón que no se
detiene ni atempera que sigue su curso
como un río que se desborda sobre
sus confines derramando una a una
las notas que son como pasos hacia
un enigma escrito de antemano en
la orfebrería de acordes tejidos
en el éxtasis musical de
una afirmación que no cesa
mery sananes
07 marzo 2011
07 marzo 2011
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MS
lunes, mayo 02, 2016
PRELUDIO - A GLENN GOULD 1/4
A Glenn Gould
al asombro de sus dedos
volando como pájaros sobre
un teclado imaginario
I / 4
PRELUDIO
En la antesala del tiempo
una lagrima creó la vida
y el hombre emprendió su
fuga hacia los territorios
del llanto
Aún recorre incesante las
leguas de sus párpados
buscando transfigurar su pena
para ir a ordeñar la luz
mery sananes
03 de marzo 2011
El Libro de la Música inédito
mery sananes
03 de marzo 2011
El Libro de la Música inédito
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MS
domingo, mayo 01, 2016
TIEMPO EN CLAVE DE MANDOLINAS
atardecer en el ávila
texto y foto
mery sananes
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Y si algún día el trabajo
dejara de ser una faena forzada
un itinerario de penas un tiempo de los otros
para convertirse en nuestro derecho a construir
un camino de agua un torrente de guijarros
una suma de caracolas donde albergar la risa
si no fuese ese oficio ajeno de contabilizar
salarios y plusvalías sino un almacén
de astromelias para edificar la vida
los días no tendrían esa dimensión
de calendarios
sino que abrirían sus compuertas
solares para la resurrección
de los oboes y la celebración
de las cuerdas
entonces cada hora sería festiva
y de nuestras manos saldría un estruendo
de sístoles buscando la constelación
exacta de su infinito
el ojo se engalanaría con el color
de los cristales
para alcanzar la eternidad
que mana del suspiro de los peces
y la respiración de las hojas
y la única disputa la entablarían
los azules y los verdes
los violetas y los naranjas en su afán
crepuscular de ser albergue
y aposento de la alegría del hombre
¿no bastará acaso con decidirlo
para espantar las tempestades
y hacer la travesía del adagio
al andante y del andante
a la exaltación del allegro
que nos nombra y designa
persistentes transeúntes de un tiempo
en clave de estremecidas mandolinas?
dejara de ser una faena forzada
un itinerario de penas un tiempo de los otros
para convertirse en nuestro derecho a construir
un camino de agua un torrente de guijarros
una suma de caracolas donde albergar la risa
si no fuese ese oficio ajeno de contabilizar
salarios y plusvalías sino un almacén
de astromelias para edificar la vida
los días no tendrían esa dimensión
de calendarios
sino que abrirían sus compuertas
solares para la resurrección
de los oboes y la celebración
de las cuerdas
entonces cada hora sería festiva
y de nuestras manos saldría un estruendo
de sístoles buscando la constelación
exacta de su infinito
el ojo se engalanaría con el color
de los cristales
para alcanzar la eternidad
que mana del suspiro de los peces
y la respiración de las hojas
y la única disputa la entablarían
los azules y los verdes
los violetas y los naranjas en su afán
crepuscular de ser albergue
y aposento de la alegría del hombre
¿no bastará acaso con decidirlo
para espantar las tempestades
y hacer la travesía del adagio
al andante y del andante
a la exaltación del allegro
que nos nombra y designa
persistentes transeúntes de un tiempo
en clave de estremecidas mandolinas?
texto y foto
mery sananes
El libro del hombre
01 de mayo del 2009
01 de mayo del 2009
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