I
En un mundo hecho a la medida de los
mercaderes el mañana corresponde al
inventario de los haberes
El hoy se desperdicia
contando números imaginarios
que servirán sin embargo para doblegar
la risa transeúnte de un niño sin cántaro
Y el ayer es apenas una referencia sobre
quienes no alcanzaron a girar una transferencia
hecha de penas
II
Y en medio de ese orden ¿cómo irán a
contabilizar los gendarmes del capital
el valor de mis haberes?
Dígame señora de los pájaros
porque así la llaman ¿cierto?
¿cuáles son sus bienes? ¿dónde están ubicados?
¿a nombre de quien están?
¿los ha declarado? ¿sabía usted que están
sujetos a reclamación y expropiación?
Aquí tenemos contra usted un largo
expediente de fraude inmensas ristras
de documentos que refieren sus malhabidas
transacciones facturas sin respaldo
cartas de crédito hipotecas
sin pagar evasión de impuestos
Declare usted que aquí el escribano
aguarda su testimonio para que se
haga justicia
III
¿Tendrá tiempo el señor juez para que yo le
enumere mis pertenencias?
¿Cabrá en el estenógrafo la lista de mis
propiedades y haberes?
En primer término debo confesar que
soy propietaria de una infinidad de bienes
no declarados de los que voy a dar cuenta
en este expediente que me levantan los
usureros de oficio los domesticadores del
miedo los traficantes de paraísos ofrecidos
a cambio de sumisiones y pago por adelantado
IV
Me pertenecen
por documentos autenticados
ante el notario mayor de los bosques
la totalidad de los pájaros que habitan
el planeta
sé que me acusarán de acaparamiento
y actividad monopólica
y usted tiene toda la razón
Pero ocurre que por donde voy
los pájaros se aprestan a seguirme
para dejar en los alpisteros trinos
de todos los colores y armonías
para luego retirarse a sus travesías
diarias para ir a darle lecciones
de amor a los niños
No he podido conseguir señor juez
quien me haga un avalúo de sus cantos pero
le aseguro que no hay bosque sin una sucursal
de pajarerías y todas producen altísimas
ganancias en el corazón de la gente que
sabe escuchar
V
También tengo otras posesiones
de alto valor bursátil y debo decirle
que las obtuve un día por azar cuando
andaba por los caminos descifrando la
anatomía del viento y una flor me abordó
para proponerme una negociación con
carácter de urgencia
Me ofreció entregarme en propiedad
todas las florerías que retoñan en la tierra
y a cambio yo debía ocuparme de colocarlas
al detal en los dinteles de las ventanas
en las orillas de los aposentos en la
comisura de las noches y en el interior
dúlcimo de los besos
VI
Hay muchas más señor juez que le puedo
Ir enumerando para sus archivos
soy dueña absoluta de la risa que
brota de las hierbas
del aire que respiran las chicharras cuando
salen de sus nidos subterráneos y me he
apropiado de las casas de las hormigas
las ardillas y los saltamontes
En mis ratos libres que no son muchos
negocio palomas en las plazas
y a orilla de los horizontes he confiscado
los atardeceres
Tengo guardado un amplio inventario
que vendo a los enamorados a los niños
y a quienes tienen encerrados por invocar
derechos sobre la libertad
En las madrugadas salgo a alquilar el sol
a los que madrugan y a los que viven
en la oscuridad se los guardo en cofres mágicos
para que les ilumine la esperanza
Tengo un banco de suspiros a muy bajos
intereses y doy en arrendamiento todas
las lágrimas que he recogido para que a nadie
se le sequen las ganas de seguir batallando
Y aún señor juez guardo gigantescas bóvedas
hechas de nubes donde tengo a muy bien resguardo
vasijas de frutos dulces de esas que paren amores
y debo decirle que cada día cuento con más clientes
labradores de milagros
Y finalmente, señor juez, fabrico diminutos
cubos de madera que son mágicos
pero eso sólo los negocio con los niños
ellos sacan quereres de sus alcancías
y yo a cambio les dejo un madero que con
sólo tocarlo les otorga la fuerza y el vigor
de conquistar todo lo que sueñen
VII
Ahora usted dirá señor juez cuál será mi
sentencia aunque le advierto que aún
soltando sobre mí el peso de sus conjuros
y condenas hay esparcidos por todos los
paisajes que se pliegan en las miradas
de los niños tantos vendedores de cosecha
repartidores de confites y golosinas
que sólo acabando con la ilusión y el asombro
que se acurrucan en los párpados de un adagio
con el encantamiento que dibujan las alas
sobre el espejo de las sales marinas
podrá usted expropiar el capital acumulado
VIII
Mi acusador puede quedarse con sus posesiones
los registros contables que dan cuenta de quienes
cambian dádivas por el derecho a tener una
directa intercesión con dios
Puede apropiarse del reino de los cielos
que él se ha construido aquí en la tierra
mientras solicita de los otros que se regocijen
con la presencia del señor que él invoca
a la hora de recoger las ofrendas
IX
Yo la acusada me quedo con mis pájaros
y mis florerías con el aroma del mar
que le susurra su música a la piel de la tierra
la espectacular belleza de la hierba húmeda
que bajo la luz de los atardeceres
escribe un poema de amor a la vida
con los niños que juegan
en el bosque a inventar un mundo sin
letras de cambio y con las noches de
los milagros esparcidas por la soledad
de las vasijas y la circunferencia
alada de la esperanza trazando su
horizonte sobre la mañana del tiempo
texto y foto / mery sananes
26 de julio del 2011
publicado en Embusteria
el 01 de noviembre del 2014
publicado en Memorias de pájaros y hombres
Caracas, CPT-CEHA-UCV, 2017 pp 51-57
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