El día en que todo se nos
hizo una sola presencia
entendí que ya no teníamos
mar que nos apartara de la
decisión de llevarnos a
levantar la copa y admitir
que sólo se comienza el
sueño del más acá cuando se
entiende desde adentro
que se ha sembrado el frenesí
en el destino de los cielos en
cuyas profundidades te esperaré
acompañado de la obsesión
que se me hizo más dura
desde el propio amanecer en
que te convertiste en el único
pan de mis amores
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