miércoles, octubre 31, 2012

LOS DÍAS COMO VASIJAS - DIEZ AÑOS DESPUÉS



 Rafael Olbinski



¿HASTA CUÁNDO SEGUIREMOS EXALTANDO HÉROES Y HAZAÑAS?

Bajo el cobijo de la madrugada, lanzamos nuestra atarraya cazadora de hierbas marinas, al océano de las preguntas. ¿Hasta cuándo seguiremos cantándole al héroe, exaltando epopeyas, como si la humanidad no existiera más que a la sombra de un genio? ¿Hasta cuándo seguiremos celebrando fechas y batallas como si un solo hombre dispusiera siempre del destino de los otros? ¿Seguiremos anulando ese hacer colectivo para que siempre vaya a la saga de un dios, un padre, un guía iluminado que dicta el quehacer y usufructúa lo que ha sido? 

Este es tiempo para que el verso resplandeciente, la palabra constructora, contribuya a que el hombre, confundido y extraviado, domesticado y anulado, reencuentre su humana dimensión y su histórica perspectiva de porvenir. Desde el interior de una flor hasta el espacio de las batallas desandadas en el dolor y la muerte, ¡hacia la victoria de la vida!

HAY QUE RETOMAR LA ESENCIA DE
UNA HUMANIDAD QUE AUN NO NACE

Trabajo de minero nos corresponde, dijo León Felipe, persistente y laborioso oficio de encender chispas, desde la recia dureza de las piedras y los metales. No desde el fácil resplandor de las fogatas encendidas para celebrar las victorias del uno sobre las derrotas del otro. Hay que retomar los caminos del corazón del hombre, de la esencia de una humanidad que aún no nace, para moldear desde nuestra rudimentaria palabra, un horizonte de futuro, como si fuera una pista de carrera, por donde el hombre-colectivo, alcance la luz del día que no conoce.

LOS DÍAS COMO VASIJAS DE LAS
HAZAÑAS DEL HOMBRE

Algún día festejaremos los días como las vasijas que contienen las gigantescas hazañas del hombre en su empeño por leer en el universo la carta geográfica de su propia ciudadanía, por encontrar en los canales de riego de las hoiitas de hierba el secreto de la palabra que comunica,  por hacer brotar manantiales de las tierras resecas, por aprender a distinguir entre los silbos del viento, la melodía exacta que hace girar la noche hasta convertirla en alba. Un tiempo sin campos de batalla, en el que nadie se dispute la autoría de abrazo ni la propiedad de una casa abierta a la alegría de los sueños, en el que el hombre compita no por alcanzar primero la meta, sino por llegar a ella junto al hermano, para celebrar el convite de la vida y la hazaña de una humanidad por florecer.

TIEMPO DE DESHACER ENTUERTOS

Es tiempo de desandar las mentiras, de deshacer los entuertos, no de reforzarlos, de desvestir de prendas ajenas a los hechos, para retomarlos en su justo valor y dimensión. Porque aquellos que otros hicieron no salva la distancia entre el quehacer que nos corresponde, ni cancela las deudas con el futuro. Por el contrario, aquello que ha sido deja la estela de lo que habrá de hacerse, y sobre todo de la dirección que no tomaremos, para que lo dispuesto vaya en dirección a lo que será.

ALGÚN DÍA LAS GUERRAS QUEDARÁN RELEGADAS
AL PASADO DE UNA PREHISTORIA

Algún día el historial de batallas con las que los héroes han convertido esta tierra en un inmenso cementerio, quedará relegado al pasado de una prehistoria que aún no logramos superar, porque entonces todo estará ocupado en vivir la vida que no en morirla, en sembrar de pastos el cielo, en descifrar juntos el enigma del cosmos o el del dolor de la arbola, cuando al árbol que la acompaña se le quiebra un ramaje. El hombre se convertirá al fin en maestro de obra de una  sociedad anónima y colectiva llamada humanidad, que no peón de una hacienda repartida entre pocos, para la extinción del fruto y hasta del ramillete de aves que se columpian tristes en la ausencia del nido.

BASTA DE ROBARLE AL HOMBRE COMÚN
SU DISCERNIMIENTO

¿A qué jugaremos entonces nosotros en estos tiempos aciagos? ¿Reforzaremos mitos? ¿Multiplicaremos trampas? ¿Reeditaremos guerras a muerte, como si entonces y ahora, no fuesen sólo señal de la ineficacia e insuficiencia de una causa para valerse por sí misma? ¿Seguiremos exaltando gestas heroicas como el hacer único y divino de un hombre que se eleva por encima de los otros hasta convertirse en dios-caudillo-mesías-santo?  Llámese como se llame, en cualquier tiempo y lugar, los héroes no han hecho otra cosa, en la historia de esta humanidad en ciernes, que robarle al hombre común su capacidad de discernimiento, su potencialidad creadora, su torrente imaginativo para convertirlo en soldado de causas ajenas, en carne de cañón de un botín que no disputa, en obrero de una edificación que no lo alberga.

¿DÓNDE QUEDA EL HOMBRE EN MEDIO
DE UNA HISTORIA DE HÉROES Y CAUDILLOS?

¿Dónde queda y está entonces la voz del hombre que pugna y lucha por hacerse palabra, por sentirse cobijo, por convertirse en hacer de una ilusión? ¿Dónde queda dibujada la hazaña del hombre anónimo y colectivo que libra su guerra diaria contra los héroes, los usurpadores, los dueños, los patronos, los negociadores de todo tipo de mercancía, incluida la vida? ¿Quién recogerá el suspiro infinito del dolor para trasmutarlo en andén de porvenir? ¿Quién hará alquimia con las derrotas hasta hacerlas huertos repartidores de flor?

POR LA CAUSA DEL HOMBRE

Decía León Felipe que sólo hay una causa: la del hombre  y que en su tiempo era la miseria del hombre. Hoy ¿cuál es la causa? ¿Los botines que sigue repartiendo la miseria multiplicada del hombre? ¿Los espacios que se disputan los dueños de todo, hasta de las causas del hombre? ¿Es que también el combate por la vida tendrá propietarios y usufructuarios, héroes y caudillos, nunca humanidad? ¿Cuál será hoy el deber de este ser humano incipiente, adolorido, aquejado de una histórica y atenazada pena, que somos? Decía Whitman hace mucho más de los cien años que él presagiaba habrían de transcurrir para que se entendiera su mensaje, que algún día el hombre sería sacerdote del hombre y sería su propio sacerdote. Estaba consciente que lo que había que rescatar no eran los sacerdocios, las reyecías, los dominios individuales, los espacios de los héroes, sino a ese gigante anónimo que es el hombre a secas, para que se convierta en proa de su propia nave. Un bajel que lleva adentro el equipaje de una humanidad que aún no ha sido.

HAY QUE DAR EL SALTO DEL CUASIHOMBRE
A LA HUMANIDAD

No puede ni debe entonces el cuasihombre que somos, al decir de ese maestro llamado Juan David García Bacca, ni el cuasiverso, cuasi palabra, cuasigesto, ni siquiera ese cuasisuspiro que asciende desde el fondo de un pozo, servir a otra causa que no sea la del rescate de la conciencia de hombre, no de la epopeya del otro, sino de su propia e infinita potencialidad de gigante hacedor de milagros, sembrador de bosques, recogedor de semillas para la construcción de una sociedad de hermanos, que aún no divisamos ni conocemos.

A eso convocamos y llamamos en estos tiempos de devastación y de esperanza.

mery sananes 
24 de julio del 2003

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que maravilla Mery, gracias de verdad, me alegras , me llenas de buena energía , porque de tanto ver mentiras y mas mentiras en los periódicos y en internet , solo personas como tú logran reconfortarme , recibe un inmenso abrazo.

Benisa Sánchez

Administrador dijo...

Gracias infinitas, Benisa por tus palabras. Sólo reiteras que somos muchos pero que no logramos encontrarnos en ese punto común que nos haría fuerza colectiva, maquinaria del porvenir. Un abrazo grande. mery

Anónimo dijo...

Qué enseñanzas, lecciones, sabiduría....Me adhiero, y te abrazo querida poeta.

Rosina Valcárcel

Administrador dijo...

Mi dulce Rosina, son enseñanzas largamente compartidas. Y nos adherimos a las que fueron escritas mucho antes que nosotros y las entregamos, con profunda humildad, a quienes vengan después, a reconstruir la vasija del vivir. Mucho se te quiere.

Anónimo dijo...

Hola Mery, ¿hasta cuando...?, hasta que la "sociedad" venezolana - deje su manía de estar siguiendo a "un líder", en lugar de entender, que ese "lider", somos TODOS . Por otra parte, el tan cacareado "líder", tampoco piensa en NOSOTROS sino, en exaltar su EGO y sus ansias de PODER. Es decir, seguimos a "lideres", pero estos lo que quieren no es al pueblo, sino al poder, al billete y a "la gloria"....O sea...seguimos es a marginales mentales y no a hombres probos y de honesto proceder. ¿CAPISCI?

Lo anterior, nos induce a pensar que el problema de nuestro país no es el comunismo disfrazado de socialismo que nos quiere imponer a trocha y mocha el ESTAFADOR de Miraflores, o, el supuesto "progreso", que para el 7-O nos vendió HCR. NO, el problema, SOMOS LOS VENEZOLANOS, quienes toda la vida hemos dejado NUESTRA RESPONSABILIDAD, en manos de un "liderazgo" VIL y TRAIDOR,que ha estado mas pendiente del billete que de la verdadera solución de nuestros problemas. Los adecopeyanos, por ejemplo, no acabaron con la pobreza mental y física de la gente, porque les "convenía" mantenerla en la IGNORANCIA, y poder así, manipularla sin mucho problema. Pero, ¿que es lo que están haciendo los rojos?, ¿no es mantener esa misma pobreza porque de lo contrario, se les acabaría el MITO de su robolusión, tal y como confesara el ministro Giordani al general Lameda ?

Acabar con eso va a ser muy cuesta arriba, porque esa marginalidad FISICO/MENTAL, hace 14 años que llegó al poder y está muy dispuesta a incendiar y quebrar al país, antes que soltarlo. No olvidemos que el 85% que toda la vida ha sido pobre, no entiende de inflación, deuda externa e interna, déficit fiscal, PIB, productividad, etc. Tampoco, entiende de importaciones en desmedro de todo el parque agro/industrial, ni tampoco, que PDVSA e industrias Básicas estén quebradas.... Lo que entiende, es que le den unos churupos por hijos, por madre del barrio, que le regalen una moto o que pueda - aún haciendo colas a pleno sol, comprar productos de dudosa calidad en MERCAL o en PDVAL, etc. Total, siempre ha sido pobre y su visión de país < lamentablemente> solo alcanza hasta ese nivel. Lo MACRO, ni lo entiende, ni le importa...como tampoco le importa, a HCH y a sus adláteres y mucho menos a su AMO, Fidel...

Que esperanza para el que siembra cocos. ¿Donde estará el verdadero LUCIO....?
Saludos
Vicente Zaccaro