INDIA DE LA VIDA
Sé que has iniciado tu travesía, Ana Dolores. Que te
aguardan y aguardas. Y no te retenemos. Porque tuyo queda esparcido como maná
sagrado tu risa, tu bondad, tu estirpe de india, tu fortaleza de colibrí, tu
modo de entregarte a todos los que te hemos necesitado y necesitaremos siempre.
Sólo queremos, en reverente y ceremonioso silencio,
acompañarte, apretar tu mano contra nuestros corazones, hasta el instante en
que la dejes ir, para que el dolor se
convierta en un paisaje de azules profundos, en una navegación hacia los tuyos,
hacia tu reencuentro con la hermana y con la madre, en ese proceso hermoso
hacia la transfiguración.
Te imaginas, mi Ana Dolores, podremos encontrarte en
cualquier raíz, en el polen de una flor, en los espejos de agua, en el susurro
del viento, en los anocheceres, y en las madrugadas cuando algún tormento nos
invada.
Sabes bien que nunca te irás. Se apagará la
frondosidad de la piel, pero no el latido de tus vibraciones. Enmudecerá tu
terráquea respiración pero no así el aliento que se aloja en tus señales de
maga. Se detendrá el reloj en un horario calendario, ajeno al tiempo cósmico al
cual ingresarás, con la galanura de tus alas violeta.
Y te prometemos, Ana Dolores que no cultivaremos la
tristeza ni la desolación. Porque no hay manera de que ambos sentimientos estén
ligados a ti. Inventaremos entre todos
una sonrisa que alcance a asemejarse a la tuya, para con ella seguir vadeando
los vendavales de este tiempo tan duro.
Y celebraremos por siempre cada instante que te
tuvimos físicamente con nosotros. Cada momento que iluminaste de destellos
solares, de amorosa entrega, de una paciencia a toda prueba. Cada noche robada
a la oscuridad. Cada amanecer que llenaste de florerías.
Te queremos desmesuradamente. Y no nos despedimos, ni
hoy ni mañana ni nunca. Andaremos contigo y nos encontraremos en las
constelaciones, en el menguante de la luna o en la fiesta de su creciente. En
el abrazo guardado en el alma para siempre.
Y para tu viaje te traemos, India de la Vida,
talismanes y brebajes de estrellas, la memoria infinita de la tierra, para que
la siembres en tu paso hacia la vida que jamás se extingue ni se extinguirá.
Muuuuuuucho, India querida.
05 de agosto del 2014
4:15 pm
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