jueves, agosto 14, 2014

BERTOLT BRECHT EN OTRO AGOSTO




Cuando los crímenes se acumulan, se tornan invisibles. Cuando los padecimientos se tornan insoportables, ya no se oyen los gritos. Cuando golpean a un hombre, el espectador se desmaya. Eso es natural. Pero cuando el crimen viene tal como cae la lluvia, ya nadie grita para que se detenga.

Así es, pues. ¿Cómo podemos impedirlo? ¿No existen medios para impedir que el hombre vuelva la espalda a los horrores? ¿Por qué vuelve las espaldas? Lo hace porque no ve ninguna posibilidad de intervenir. El hombre no se demora en el dolor de otro si no puede ayudarle. Se puede detener el golpe si se sabe cuándo cae, dónde cae y por qué, con qué finalidad cae.

Bertolt Brecht


¿Entenderemos alguna vez la dimensión
de los golpes recibidos?
¿Nos preguntaremos por cuándo, dónde
y por qué se nos ha vuelto cotidiano
el horror?
¿Seremos capaces algún día de detener
las maquinarias de destrucción para ver
si alguna vez la vida lograr vivir?

MS 

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