viernes, octubre 28, 2016
MI OFICIO FUNDAMENTAL
MI OFICIO
FUNDAMENTAL
Raúl Segnini
Por oficio tengo el que parece ser más sincero.
Viviendo habitante y habitado por todos los rasgos
más enérgicos del montaraz momento.
Me digo aproximarme
a la concordia,
a la discordia,
a la faja del presagio,
a los relatos humedecidos del pudor,
a la campanilla distorsionada de
la “libélula” en la llama.
Me digo al oficio,
incipiente, quejumbroso,
lastimoso del sentir,
tradicionalmente ajeno del bosquecillo ideal
para los padeceres,
para los que mueren enterados en ingratas
consecuencias,
para los que no sienten la discordia,
en monopolio, el amor al deber
y los ayunos próximos merodeando intereses.
El hombre tiene todo,
pero le falta algo ¡todo!
y entre todo,
el oficio de lo que parece más sincero.
Sin embargo, Yo,
me aproximo...
¿Adónde? ¡No sé!
Tal vez, al Oficio…
El otro silencio
Caracas, Ediciones Cátedra Pío Tamayo, Colección
Recados del Sol, 1996, 98 p.
OTROS POEMAS DE
RAÚL SEGNINI
EN MIS PALABRAS
ZOZOBRA LA VIDA
LEVÁNTATE Y
MIREMOS
HAY TANTAS
COSAS
LOS DÍA SON
IGUALES
FRAGMENTO 7
HACE MÁS DE UN
SIGLO
TODO POETA
HAY TANTAS
COSAS
RAÚL SEGNINI DISPARA
POLEN
DE AZAHARES AL PORVENIR
Este veintisiete de octubre vuelve a cumplir años de poesía, ternura y amor, Raúl Segnini. Aunque se haya escapado entre los espacios poblados de silencio que él mismo construyó desde su rostro melancólico de niño, su abrazo perdura entre nosotros y lo seguimos festejando y celebrando como si estuviera aquí enarbolando sus auroras, replegando su sonrisa, esparciendo lecciones permanentes de vida.
Un 1º de febrero de 1998, ascendió hacia los alfabetos que atrapan los arcoiris, para cumplir sus deberes de ternura en los acantilados de las nubes. Pero regresa cada octubre y nosotros lo esperamos alegres, para que nos cuente sus travesías y andanzas, sus hallazgos y amores, y hasta que no llenamos nuestras alforjas otra vez de su mirar de neblina, su estatura de páramo y su enamorada asimetría, no lo dejamos ir. Con sus palabras hacemos una honda que dispara polen de azahares al porvenir.
NACIÓ EN EL BARRIO EL CARMEN EN MARACAY Y SU VOCACIÓN LO LLEVÓ A LOS PÁRAMOS MERIDEÑOS
Raúl nació en Maracay, a las puertas del Barrio El Carmen, pero un buen día la aventura lo llevó desde los valles de caña dulce hasta los páramos merideños, a desgajar su pasión por ser maestro, educador, fiel a la fuerza de la palabra como forjadora de conciencia, voluntades, compromisos con la vida y la sociedad. Corrían los años del enfrentamiento violento de la década de los sesenta. El poeta se graduó en 1966 y los rituales académicos lo llevaron a hacer estudios de postgrado en los Estados Unidos. Su corazón de niño le vino a estallar en esas tierras para ser conducido a los corredores blancos de un hospital aséptico, que le rasgó el pecho para injertarle plásticos y catéteres.
REGRESÓ CON UN TÍTULO DE DOCTOR QUE JAMÁS UTILIZÓ
Regresó armado de una ciencia sobre la que cada vez se preguntaba más y un título de doctor que jamás utilizó. Volvió a sus predios andinos a hacer residencia en San Cristóbal. En el núcleo de la ULA prosigue su andar como docente, investigador y poeta de la vida que no de libros. Llegó a ocupar el vice-rectorado académico, empeñado como estaba en hacer del espacio universitario un lugar para la creación de ideas y la formación del individuo.
SU VIVIR FUE UN SILENCIO DE PALABRA Y UN MANANTIAL INÉDITO DE SIGNOS
Su vivir fue de un silencio de palabra, pero no de los signos que siguieron deletreando versos en todos los instantes de su difícil vivir. Por eso el trabajo para reunir su poesía fue laborioso. Más una respuesta a la insistencia que otra cosa. Nos empeñamos en esta tarea porque queríamos que antes que su corazón fatigado dejara de saludar el silencio, pudiera tener en sus manos y exhibir a la vida su mensaje de y la magnífica existencia.
De tiempo en tiempo nos entregaba ‘otro papel’, como llamaba a sus poemas. Un día dijo, terminantemente que ya estaba cansado de buscar y que con eso era suficiente. Sabíamos que habían quedado prendidas de anaqueles, olvidadas palabras del silencio que no podríamos rescatar. Por eso aceptamos su decisión y procedimos a publicar el libro.
EN JULIO DE 1996 SALIÓ DE LA IMPRENTA SU ÚNICO LIBRO
El otro silencio salió de la imprenta en julio de 1996. Un poeta de un solo libro, que deja para la trascendencia abordajes asombrosos, enlaces inéditos, composiciones de sustantivos con tenacidad y fuerza de verbos. Para ese tiempo, Raúl, por paradojas de la vida, estaba de senador de la república por el Estado Táchira. Unos amigos de la Causa R le pidieron que les permitieran ponerlo en la lista de candidatos con el objeto de llenar una formalidad. Para sorpresa de todos, el silencioso poeta se convirtió en silencioso senador. Fue a aquel circo a vivir una experiencia única. A observar –nos decía- la miseria política en su más alta expresión. Un día dejó la bancada para recluirse en su casa de San Cristóbal. Su corazón no daba más y abría cauces hacia el silencio definitivo.
DOS AÑOS DESPUÉS SE MARCHÓ TAN SILENCIOSAMENTE COMO HABÍA VIVIDO
El 31 de enero se refugió en los territorios donde no llegan las señales de sonidos ni de signos. Se marchó de la misma manera silenciosa como había vivido. Pero quedaron sembradas sus palabras en el interior de los sentimientos que no se extinguen y cuyas expresiones escritas se recogieron en su único libro: El otro silencio. Caracas, CPT/UCV, 1996.
¿EL SACRIFICIO VALORÓ LA PENA PARA RITUAL DE CANTOS?
Dice Raúl: “¿El sacrificio valoró la pena para ritual de cantos? No sé. Estoy hecho para las noches, para la soledad de mis cosas y para seguir rompiendo mi nuevo ritual descendiendo en el calendario oficial de mis trampas. ¿Habrá cálculos en los 20 años fabricando mis ritos con sus nombres no llamados? Posiblemente: cuatro ritos mágicos están amarrados a la furia y a un sueño ligado a mis palabras como santuarios. Toda palabra tiene la muerte en la vida, toda fuga y contrafuga esconde la historia. En mis palabras está zozobrando la vida.” Y allí está la razón de su silencio que él convirtió, a través del santuario de sus ritos, en un canto donde zozobra la muerte.
VENIMOS DE NUEVO A CONTAR TU HAZAÑA POÉTICA
Ese día de febrero en que nos tocó sembrarlo en los confines de su silencio mayor, dijimos: “Vinimos a enhebrarnos en tu ternura de niño para viajar contigo a los parajes donde un imán de rosas tiñe el crepúsculo de telarañas de oro, donde se dibuja la franja de duraznos en amarillo, y la luz trigal de una mañana eterna se abre como un pétalo de amor para recibirte. Vinimos a nutrirnos del río vital de tu silencio, para reconstruir las palabras donde vivirás para siempre, asomado al paisaje de un tablero hecho de hierbas, por donde galopan caballos sin jaque ni rey.
Vinimos a sorber como gajitos de mandarina, esa estela de sueños que dejaste esparcidos por los corredores del alma, como una ofrenda a la vida. Vinimos a contar tu historia como una fábula que se queda grabada en la sonrisa de un niño, donde no hubo episodios heroicos, ni grandes batallas, sino el trayecto de una hazaña poética que, como una pirámide invertida, trazó la pauta del sufrimiento como un pozo sin rocío, un pozo sin silencio, un pozo de corazón reventado, para luego dispararse como una saeta en dirección a la luz.
SEGUIMOS ESTANDO EN DEUDA CON RAÚL
Seguimos estando en deuda con Raúl. Pero no para reconocimientos oficiales, sino con la lección de ternura, el alborozo de adverbios, el hondo sentido de ese silencio, que se desliza entre los versos, como fraguando cada palabra, para que se instale en el corazón del hombre, como un alfabeto para atrapar arcoiris en las tardes.
mery sananes
jueves, octubre 27, 2016
DOBLE CONJUGACIÓN DE PALABRAS CONJUGADAS
DOBLE
CONJUGACIÓN DE
PALABRAS
CONJUGADAS
Algarabía de
polen
en tierra
desértica
persistencia
de la vida
sobre
tribulación
de la muerte”
Mery Sananes
Y llega la
noticia: acaba de ser editado el poemario Palabras conjugadas, de Mery Sananes.
Y su lectura desata reflexiones sobre la existencia: unas para develar de la
actual realidad que padecemos, lo que usualmente se llama “vida”. Y otras, para
la expresión-talla de la vida que anhelamos, que creemos que todavía está en un
tiempo por venir, y del que ya se observan relampagueos de su llegada por entre
las rendijas que le abrimos a este tiempo. Y en éste sentido Palabras
conjugadas, me trae el rondar de una antigua pregunta, que formulé a los mundos
forjados antes del mío, y a los que les siguen –que en esencias son los mismos-
“¿en verdad creen que la tragedia-comedia es la esencia definitoria del
hombre?”.
Y creo, que
Palabras conjugadas, –y sólo haré notas generales-, apunta a las respuestas de
esta pregunta en una doble vertiente irreconciliablemente antagónica, como dos
grandes ríos torrentes: uno oscuro, preñado de sombras para ocultar los trozos
de la vida que va arrastrando, con los que testifica en su desembocadura la
muerte que viene desatando: es el tiempo-muerte. Otro luminoso, que va gestando
y germinando la vida por dónde va pasando y regándose, y en su delta de luces,
testifica el inviolable y sagrado derecho a la vida: el vivir, desde el niño al
hombre a la humanidad verdadera: el tiempo-vida.
Ambas
vertientes, ambos tiempos, ambos mundos, aunque irreconciliables, se entroncan
en el poemario –lucha de los contrarios-, precisamente para hacer
conjugaciones, Palabras conjugadas.
Esta primera
vertiente o tiempo-muerte, testimonia su existencia con la conjugación de los verbos asesinar,
depredar, mentir, engañar, guerrear, raer, exterminar, masacrar, etc., y
similares, que prueban la existencia de su “vida” violenta: la anti-vida, que
conjuga estos verbos en la práctica y en la teoría de su existencia para
convencer, asegurar su validez, su “eternidad”, y así, continuar existiendo. Y
la muerte es su símbolo, el santuario de su “vida”, desde donde,
permanentemente, agrede, depreda a la verdadera vida para poder existir, hasta
el extremo de crucificar al hombre, hacerlo cristo-hombre, hombre-cristo:
santificación de la muerte.
Y la segunda o
el segundo, como antítesis o contrapartida, la corriente –o tiempo- torrente
hacedora de vida, el anhelo profundo de una verdadera y única historia humana
–que ya en este mismo espacio-tiempo se viene gestando-, la que ha de
testificar, registrar y narrar el vivir verdadero, precisamente porque el
hombre es su autor, creador, y protagonista de su propia vida, como constructor
del mundo humano.
Y este mundo
–el derecho y ejercicio libre de la vida-, aseguramos que habrá de advenir
–temática central de Palabras conjugadas-, para existir siempre conjugando los
verbos amar, cantar, celebrar –y hago énfasis en el sentido infinitivo- ,
vivir, querer, anhelar, incluso, el morir, pero como antesala necesaria del
vivir verdadero. O sea, un morir, solo cuando la vida ha cumplido su ciclo
natural de existencia, como lo hace la hierba: “perece” cuando gesta su
simiente, y ésta, en ciclo infinito en lo finito, germina para que la hierba
siga existiendo.
Y aclaramos
que Palabras conjugadas, no apunta hacia esta vertiente opuesta sólo como una
simple antítesis o contrapartida, como si fuera otro accidente histórico más en
los tiempos de la existencia, sino como el anuncio del tiempo único de la
refundación de lo humano, del human reino, y por tanto, el tiempo-dominio
absoluto del amar, del vivir, del querer, del embellecer, del liberar, del
anhelar, del morir para vivir…, verbos, acciones inherentes hasta impregnar las
médulas de sus gerundios y participios, consustanciales a la vida humana, y a
su ser, el humano.
Un real tiempo-vida,
hecho con la sustancia de estos verbos, donde el hombre, el mismo decide
descender de la “cruz”, para dejar de ser el cristo-hombre, el hombre-cristo, y
al fin, hacerse hombre hermano del hombre, reivindicando a plenitud el hermoso
derecho a la vida con el ejercicio del amor y la conjugación de estos verbos
-infinitivos puros- en su acción teórica-practica que construye la vida. Y
considero –repito-, que es la finalidad principal de Palabras conjugadas,
planteándose, abriéndose paso a través de la primera vertiente.
Tampoco,
palabras conjugadas, es la simple denuncia, el socorrido abrir un expediente a
la existencia de la “vida” de este tiempo –y le salgo al paso, antes de que
puedan surgir como interpretaciones de Palabras conjugadas-. Nunca lo es,
aunque aparentemente tenga un poco de eso. Palabras conjugadas es la exposición
- obviamente, en lenguaje poético- del hacer violento de este tiempo-muerte –en
su visibilidad abierta, pero mucho más en su "invisibilidad"-, y de
la vida que le corresponde.
Reafirma la
noción de la existencia actual de la anti-historia “humana”, como definitoria
de este mal llamado tiempo de “vida”: el “hacer” histórico de los cuasi-hombres,
fabricantes de sus cuasi-cosas –conceptos de la cosmovisión del maestro y
filósofo Juan García Bacca-, como el hombre actual, que ha transitado las
épocas antigua, moderna, y transita la contemporánea –términos que uso con
reservas por sus imprecisiones temporales-, hasta este presente, como puro
pasado violento, y por tanto imposibilitado de llegar al futuro.
Y como
obligada consecuencia, opuesta a esta anti-historia, Palabras conjugadas, sin
decirlo expresamente o directamente –la poesía no necesita del lenguaje
directo-, nos entrega el planteamiento de la necesidad, en términos de poesía
científica –binomio de sonido paradójico
y un tanto no grato-, del advenimiento del tiempo totalmente humano, y su vida
humana, con sus inherentes atributos del amor, la belleza, la verdad, la
justicia, la libertad, la plena sensibilidad, la inteligencia para la creación,
y de otros de igual sentidos.
Diríamos el
reino de lo humano, que desde las entrañas de esta misma anti-historia, y pese
a ella, se viene gestando, o más bien, retoma su antiguo hacer primogénito. Y
por ello, creo que Palabras conjugadas, está lejos de eso de denuncia, de
expediente, o de algo parecido. Acaso, ¿exponer realidades violentas –en
especial, las ocultas o latentes-, en sí misma, se hacen para formular tales
recursos-palabras? Más bien creo que son palabras -inconscientes o conscientes-
que contribuyen a justificar el sentido fatal de la realidad -la fatalidad-,
para que la veamos, la sintamos como de obligada, natural, o necesaria
realización trágica ¿hasta cuándo denuncias, expedientes, etc., etc. para que
las cosas sigan igual? La poesía no nació para eso.
Porque ¿cómo
denuncias, hacer expedientes, etc., a algo, que está allí, a nuestro lado,
tocable, medible, aplastante? En todo caso, ese algo, él mismo, es auto-denuncia,
auto-expediente, etc. Creo que estas “acciones”, solo prueban lo inútil de algunas
palabras, y ayudan a crear ese sentido de fatalidad, como rasgo de la actual
vida de este tiempo. Y toda fatalidad contribuye a sostener-justificar lo que
dice denunciar, precisamente por hacerlo
común, corriente en la vida.
Una trampa más
de la palabra de este tiempo para resguardar su “existencia”. Entonces, ¿para
qué denunciar o levantar expedientes, etc., a algo que por sí mismo lo es? Hago
énfasis en este aspecto –y repito, para atajarles el paso, antes de que surjan-
, porque firmemente creo que no es el caso de Palabras conjugadas, más bien,
uno de sus propósitos es develar,
combatir el “reino” de las palabras inútiles, y en general, el reino de las
mentiras, de las trampas.
Entonces,
creo, que estamos más en la propuesta en los términos de Pío Tamayo, en el
sentido de develar la realidad concreta, ese inmenso y terrible peso aplastante
de la condición humana, para concientizarla sin ambigüedades, y con esta
clarificación, poder librar el combate contra esa realidad a favor de la vida.
Y, en última instancia, de esto se trata, del combate por la vida, como también
desde otro ángulo, lo plantea el poeta León Felipe, cuando atestigua
históricamente con su poesía, que vivimos el tiempo del llanto, pero también,
derivando de este llanto, su noción como arma, instrumento de liberación para
hacer advenir ese reino humano.
Lo que es la
bala para el tiempo anti-vida, la lágrima lo es para el tiempo de la vida.
Entonces, afirmo –repito a riesgo de errar-, Palabras conjugadas, está más en
la noción de combate, de trincheras de un Pío Tamayo, o León Felipe o de un
Juan García Bacca o de un Beethoven.
Y al referirme
tangencialmente al pensar de Pío, León
Felipe, García Bacca, o de Beethoven –con el que Palabras conjugadas es
congruente- , y a eso de denuncias, expedientes, etc., también es para dejar
sentado su lucha contra la palabra hecha inútil, lucha para obligar a la
palabra hacerse otra vez útil, a que retome sus orígenes o significados o
propósitos originarios, sus sentidos humanos, para desmontar su alienación, sus
“misticismos”, ambigüedades, con las que este tiempo-muerte y su cuasi-hombre, la han revestido,
precisamente para velar su violenta realidad, encubrir sus reales naturalezas
violentas, y así, convertirla, abierta o encubierta, en otro real soporte –como
hoy lo es- del actual modo de vida, y de su sociedad. Y específicamente, con
García Bacca -apuntando hacia la
extinción de la alienación-, cuando este hombre cuasi-hombre deje de hacer
cuasi-cosas para "vivir", y desnudo de tal alienación, realice el
gran hecho histórico de construir su puesto cósmico sobre el lugar cósmico, que
el Universo le entregó, cuando aquella gran explosión –la conocida como Big
Bang- estelar originaria.
Y de paso, con
esta acotación general, dejo señalado el origen cósmico del hombre –y en
general de toda la vida-, y de sus capacidades cósmicas, que algún día tendrá
necesariamente que concientizarlas, asumirlas como una esencia vital,
precisamente para poder construir la vida humana real y verdadera –su propio
universo-, o sea, ese puesto cósmico sobre el lugar cósmico otorgado.
Y agrego esto
porque, creo, tengo la firme convicción, de que Palabras conjugadas, en esencia
es una propuesta –el poema- cósmica, como también lo es la poética de Whitman,
León Felipe, Beethoven, García Bacca, y tantos otros, para empujar con fuerza
hacia adelante a la vida para que este hombre obtenga su liberación, deje de
ser el cristo, encaminarlo a Ser humano. Y esto es posible hacerlo solo un
hombre, un humano portando esta
consciencia cósmica.
Y tengo la
convicción que Palabras conjugadas tiene este objetivo. Acaso, ¿la hoja es hoja
simplemente por serlo? ¿Y no nos dice más nada que hoja? ¿El niño es niño solo
niño, y ya…y todo se agota en él? ¿Y en verdad, en última instancia, para qué
nace el niño? Y acoto una nota: la simple nubosidad de polvo cósmico crea
estrellas, y a partir de ellas, en el tiempo-espacio, se genera todo un
universo, inagotable.
¿Y nosotros?
La Ciencia de la Cosmología física, afirma: somos hechos de simples polvos
cósmicos…pero somos lo que hoy somos, y hacemos lo que hoy hacemos: una
evidente, terrible y gigantesca contradicción existencial. Y ¿para qué esta
nota casi de “ficción”? Solo para un intento de invitar a la reflexión, aunque
estemos en un tiempo-muerte ajeno a este acto… Y Palabras conjugadas
-conjugación tras conjugación- si invita a que conjuguemos en medio de la
actual vorágine de violencia, pero también, en el hermoso “torbellino” asombro
de la permanente gestación de lo humano…
Y, finalmente,
vuelvo a caer en la pregunta que formulé al comienzo…, mundos ¿creen que la
tragedia-comedia es la esencia definitoria del hombre? Respuesta que nos
entrega Palabras conjugadas, y que seguro, también la tienen los que aman la
vida, porque en última instancia, de eso se trata: del amor, amar, cantar,
vivir, danzar, hallar lo bello…Y por eso –así lo creo- la verdadera, y fundamental conjugación que nos entrega
Palabras conjugadas es, yo amo, tú amas, él ama, ellos aman…yo vivo, tú vives,
él vive, ellos viven…yo canto, tú cantas, él canta, ellos cantan…yo danzo, tu
danzas, el danza, ellos danzan… y otras derivadas, más audaces, más inventivas,
aseguran: yo me canto, yo me celebro… un tiempo-vida, irreconciliablemente en
contra, al yo asesino, tú asesinas, él asesina, ellos asesinan…yo masacro, tu
masacras, él masacra, ellos masacran…yo miento, tu mientes, él miente, ellos
mienten… yo robo, tú robas, él roba, ellos roban… tiempo-muerte. La lucha de
los contrarios –tiempo-vida Vs. Tiempo-muerte-, para que en este combate por la
vida, brote y triunfe la necesidad del derecho a vivir la vida en alegría,
ganar la vida, libre, verdadera, bella.
Entonces,
¿cómo puede ser ésta su esencia? Y creo que Palabras conjugadas lo afirma,
cuando expresa… “y que es tiempo de organizar los amaneceres para abrir las
pupilas antes de que el alba se haya ido” o “hoy nos toca escribir el futuro,
desandar la muerte y reinventar la historia que nos fue consignada en el átomo
cósmico de nuestro nacimiento para ver si algún día en esta tierra de milagros
y encantamientos el hombre comienza a ser y a vivir”. Y justamente,
es ésto, de lo que se trata.
Y aunque
creemos que no hay duda sobre el propósito, sentido y dirección del anterior
verso –y pensamos que es el contenido medular de todo el poemario-, planteamos,
pedimos, tomar esta gramática estelar de Palabras conjugadas como arma de
combate para indagar, como si se fuera ingeniero o cirujano, en su
espacio-tiempo, y en el movimiento de la vida que en él se escenifica, y en
fin, ampliar la reflexión... ¿para hallar qué? y ¿hacia dónde podrían
llevarnos? Mejor, entregamos al mundo –en su doble vertiente- la palabra para
que dirima…, pero, la palabra útil, la que nació con el homo sapiens.
13 de octubre
del 2016
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JACED - Sobre Palabras conjugadas
miércoles, octubre 26, 2016
ESTACIÓN DE PORVENIR
A Danielita
artífice mayor
de los
milagros
Cada gota de
agua contiene
un arcoíris por
más diminuta y
salobre que
sea
Cada hoja de
hierba al llegar
el alba saca a
relucir su atuendo
de rocío por
más aridez que la
tierra atempere
Cada alegría
es una alegría sola
que se reitera en toda piedra
que aguarda su molino
Y cada
tristeza repite incesante
el temblor del
campanario cuando
su música no
es más que la memoria
de su vuelo
El oficio de
vivir tiene sabor
a mazorca y a crepúsculo
y a veces se
detiene en los
linderos
de una quebrada
antes de irse
subterránea a
navegar por
los parajes de la noche
El tiempo es un
reloj al que le
han quitado las
agujas a cambio de
la dulzura de
un anón y donde los días
sólo se pueden
medir por la risa robada
a los trinos
de un ruiseñor
La mirada es el
espejo de lo que
aún no hemos
visto y los caminos
son una invención
de los párpados
Pero la
esperanza renace una y otra vez
en un fogón de
barro que cuece clavellinas
en el sombrero
de un contador de
cuentos
mientras manos magas esparcen
la harina para
ofrendarle pan de horno
a las madrugadas
que aún no llegan
En fin de
cuentas en cada instante habita
un milagro que
socava las penas y las
cincela hasta
hacer de ellas una estación
de porvenir
texto y fotos
mery sananes
26 octubre 2016
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MS - A Danielita en otro octubre
martes, octubre 25, 2016
HORAS TERRIBLES
Esta memoria
a nuestro pesar
sigue siendo HistoriActual
No ha cesado el Tiempo de Guerra
ni el estruendo de los disparos
ni las heridas abiertas en el
corazón de la tierra
ni en el dolor del hombre
expropiado hasta de sí mismo
La conciencia de la vida
sigue siendo una deuda pendiente
Son estas en verdad
horas terribles
por todas las cosas
que no se perdonan
por todas las cosas
que hay que salvar
por todas las cosas
que son necesarias
en este tiempo de guerra
Tiempo de guerra
Caracas, Ediciones Desorden, 1968
Segunda edición, 1974
mery sananes
0ctubre 2016
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MS - Tiempo de guerra
lunes, octubre 24, 2016
PALABRAS CONJUGADAS - UN LIBRO DE ASOMBROS Y SILENCIOS
PALABRAS CONJUGADAS
UN LIBRO DE ASOMBROS Y SILENCIOS
Ramón Santaella
UN LIBRO DE ASOMBROS Y SILENCIOS
Ramón Santaella
La
poeta Mery no solo conjuga la palabra para definir la acción mediante la
crítica construida desde hace buen tiempo, ha sido capaz de descifrar la
ansiedad por hacer y el compromiso en los quehaceres del hombre como un todo
socio-político, trascendido en este manojo de versos; pero, va más allá y propaga
poses del pensamiento que forja pasiones, transformadas en sentimientos,
miradas, asombros y exigencias en un contexto que tiene por objeto (nos atrevemos a conjugar su verbo), adornar
la crítica en el mandato férreo hacia una conjugación de acciones políticas y
sociales contrarias a las crisis y penas de la sociedad que nos compete.
"Palabras Conjugadas” es fuente alimentaria de
ideas, hechos e imágenes “ocultas” en los pensares del silencio, donde se
medita y reflexiona la armonía deseada contra el mar de contradicciones concretas
que a diario nos espantan, causa de desvaríos o extravíos de conciencia que
actúan como anti propósito del encuentro humano y socio-político requerido o
acordado.
“Un manojo de versos” dispuestos en el sentido
denuncia a los “escombros generados por la voz que se fractura en la escritura”,
cuando se pretende reemplazar el canto de los amaneceres cargado de esperanzas.
Manojo
recurrente de sueños por ser más y mejor de lo que somos, donde el imaginario y
la esperanza se vierten en miradas infantiles cargadas de interrogantes por el
futuro “acordado” en un marco de orfandad exacerbado.
¿Acaso, una protesta cotidiana
como silenciada ante las perversas decisiones del poder, el hambre y la miseria,
contradiciendo la alegría y agradecimiento a la vida con cada amanecer?
La poesía de Mery se conjuga
desde la mirada atónita de los niños, por los avatares de una existencia impropia
como impuesta, “deshilando” como ella misma asume el asombro, para no decir deshilachado,
entre la realidad específica del contexto histórico y la realidad imaginada
como deseo y derecho estrictamente humano.
La poeta propone la
“necesidad” de crear una atmósfera de resistencia al olvido y al engaño
infantil disfrazado de falsas promesas y esperanzas que maduradas en el tiempo
trastocan conducta, mente y la acción futura del hombre que luego se confunde
en el proceso que induce a la “conjugación de la palabra” como principios y
valores; su poesía se yergue hermenéutica con cada propuesta inmersa en la crítica
asumida.
Lo cierto es que Mery no solo
invita a conjugar la palabra, propone estudiar y comprender la mirada del niño para poder interpretar al hombre
en la conjugación ciudadana, así como los hechos que permiten reconocer al
mismo tiempo, el “aluvión de sus reclamos” a la familia y a la sociedad en
general como a los gobiernos de turno, por una mejor calidad de vida.
Un reclamo conjugado, sin tiempo
preciso, dada la generalidad, que parece hacerse infinita en el andar.
Entonces, la “imaginaria” aguarda
en el gerundio el comportamiento del hombre que fabrica esperanzas más allá de
los silencios.
“Conjugaciones” es su primera
expresión poética de ahora y de siempre, un cruce de ideas que conectan lo
consciente, con lo histórico, lo imaginario, lo deducible, lo inductivo,
procesado hermenéuticamente. La crítica y la propuesta, las vías que asume como
posible solución a la ansiedad y la desesperanza, sin negar “el asombro y los
secretos del corazón”.
Lo expresado acorrala más que la
verdad, las verdades, tristezas y ansiedades de Mery, más allá incluso, de la
palabra encontrada “en el viento mientras hurgaba en la circunferencia solar de
las sombras” y por qué no, ¡de los asombros!
Tal vez, la poeta reclama un
derecho negado, a sabiendas que los derechos ni se extravían, ni se olvidan; a
menos que sea impuesto por los ejercicios del poder o se manifieste
intencionalidad planificada. Entonces, nos quedamos con el primero de sus
versos:
“Fracturada la voz,
la escritura no es más
que una partitura de
escombros jugando
a ser canto” (11).
¿Interpretaciones?, ¡muchas!,
es como si la poeta emitiera fallo en un juicio celebrado en contra de las
relaciones humanas en la sociedad que como la palabra denuncia, se deshilacha
día a día como verdad histórica.
Un juicio sin tiempo preciso que
involucra presente y futuro; un fallo que trasciende los propósitos de las
relaciones humanas extraviadas.
¿Acaso, proyección o asociación
de inestabilidades en el comportamiento de la humanidad, más allá de las
ocasionadas por las prácticas de poder?
¿Acaso, la conjugación de la
palabra amor, la mirada penetrante y asustada del niño en actitud implorante o
el recurso de instrumentos musicales, contenidos en muchos de los versos de Mery en
tiempo infinito, son herramientas suficientes para la propuesta o vía
trascendente por comprender y calmar los temores y horrores relacionados con
las crisis que amenazan a buena parte de
la humanidad?
No obstante, ¿Cómo trascender
la humanidad a un tiempo infinito, más allá de la “conjugación de la palabra”
que lo contiene, más allá de su presente que no sea por intermedio de la poesía?
No debe haber pensamiento sin
palabras, porque aún a ellas se debe la creación de los silencios y aun en el
silencio mismo de la ausencia, por confundida, se encuentra ante la nada; razón
por la cual (interpretamos), Mery propone la “conjugación de la palabra” como necesidad
de acción permanente, trasponiendo el criterio de tiempo determinado, a lo
infinito.
Y ante los desastres de las
guerras, las crisis políticas, económicas y sociales que entristecen y apenan
al mundo, la poeta reclama espacio [y tiempo] para la “simiente de un abrazo”, ante
lo ocupado que estamos “en hazañas de vacía rebeldía”; entonces, la palabra se
“deshila” como ella apunta, y se convierte en bala, en hambruna, en miseria,
amenaza policíaca o voz de mando de las “guardias del pueblo”.
Este mismo pueblo que pareciera
ignorar como “conjugar la palabra” y es sumergido en el “misterio” cuando “deshilada” aquella se convierte en
muerte. No atinamos convertirla en semilla, sinónimo de crecimiento y calidad
de vida que según la realidad, se convertiría en asombros, tal como expresa Mery
en “Perplejidades” (a Pedro Mir): “No sabemos ya ni como recoger los pedazos de
lo que fuimos de tanto desgranar asombros” (22).
¿Acaso puede haber una manera
más poética de conjugar la palabra historia en el acontecer actual y
cotidiano en nuestro país, cuando el tiempo se convierte en musa-crisis y el
espacio es asiento o testigo de decisiones y sorpresas de toda índole?
Pero, las quejas de Mery
asumen tiempo y espacio en la ciudad que la vio nacer y crecer: “El redil de la
tristeza” pinta sin lienzo ni pinceles la sobrevivencia de Caracas en muchas de
sus particularidades hombre-ciudad como también asume el clamor ante las cosas
desaparecidas. Un pequeño verso de su manojo ofertado sintetiza el todo referenciado:
"Y la ciudad se ha ido con nosotros
a los vagones del vacío que no
arriban a horizonte alguno”
(25).
Si bien, los caraqueños de
otra época recordaban con tristeza el tiempo de la ciudad de los techos rojos,
el Guaire con sus nutrias rojas en busca de peces y los sembradíos de caña y
hortalizas; hoy se llora la ciudad perdida en los “vagones del vacío”, ante el
asombro causado por un tumulto delincuencial que armoniza en el espacio con
procedimientos policiales en busca de mayor sustento y una guardia nacional
“protectora” de la vida ciudadana, mientras hambruna y miseria, hacen el resto,
más allá de “colas” humanas que lo denuncian todo.
Entonces, parafraseando el
sentido de la poesía propuesta, la palabra, más que conjugada, se ha de doblar
sobre sí misma, para convertirse en “susurro y buscar cobijo en el corazón” de
los silencios “para quedar inadvertida (Partita para una flor, 44).
No obstante, hay algo más, la
palabra en la poesía ofrecida, también se yergue acusadora, más allá de los
ayees del silencio “en el que nadie escucha el llanto del otro, ocupado como
está en escribir la historia de su propia furia” (Esta hora seca, 58).
¿Acaso nos pudiera asombrar la
postura autocrítica de la poeta, cuando
prácticamente las dos primeras terceras partes del manojo de poemas ofertados, lo
percibimos como escondrijo de palabras conjugadas?, el canto de Mery está
preñado de furias disuelta en críticas, reclamos, ansiedades, tristezas, más
que alegrías y recomendaciones soterradas, más allá de la armonía de la rima y
la composición.
En “Seres sin canto”, la poeta
involucra a uno cualquiera de los hombres como a todos en la historia
expropiada de su trama, de su particularidad universal y “coloca la vida en el
exhausto corredor de la noche” (65).
Entonces, ese manojo de versos
estructurado en mensaje, nos conduce al “Despertar”, donde la poeta parece
resumirse en un mundo que recoge la
síntesis de las 69 páginas anteriores del texto, no porque se olvide del niño,
del amor, de los alegros y de cuanto instrumento musical aparece en sus versos;
es simplemente la conversión del discurso poético en demanda de la reflexión en
el hombre de compromiso y responsabilidad:
“DESPERTAR”
“Hemos vivido suspendidos
en la
víspera
sin
darnos cuenta que había
que
cabalgar
hacia un despertar que
aún tenemos distante y en
manos perdidas que nada
tienen que ofrecer
ni resguardar”. (70)
A partir de acá, la poeta
parece tomarse un tiempo de reposo, es el momento de pensar en otros guerreros
y su recuerdo se dirige a Van Gogh, Efraín Huerta, Pedro Veyrat, César Vallejo,
Antonio Machado y Octavio Paz, una especie de metáfora en el silencio, más que
desarmonía de la vida o negación de la nada y ya en el encuentro con el final
de este manojo de versos, la palabra conjugada parece arrullarse en un
pentagrama, donde la armonía de la composición entrelaza un aluvión de
expresiones para revivir la tristeza como algo residual de la denuncia
realizada, mientras la poeta acude al silencio y la lluvia en condición de
complementos sustantivos, invitando al hombre a ser y vivir, para evitar el
deshilar de las palabras en el encuentro con la realidad..
Ramón Santaella Yegres
Octubre 2016
Mery Sananes
Palabras Conjugadas
ediciones cátedra pío tamayo
colección / recados del sol
caracas, junio 2016
portada y dibujos / antonio cabezas
montaje y diagramación / rodrigo gómez millán
editor responsable / danielita barrolleta
96 p.
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