PALABRAS
CONJUGADAS
POESÍA
DE TRINCHERA
Pablo Mora
Ante la
escalofriante letanía del dolor humano, la cósmica plegaria, la bienaventuranza
nueva, la meditación en el desierto en busca de la tierra prometida, el ansia
de la Paz, la solidaridad, el sueño, la utopía, la pazpoesía. Hasta que,
afianzada en el asombro, al descubierto, a coro en el asombro, va captura que
captura instantes, tristumbres, oquedades, lanzando pompas de jabón a los
caminos, convencida de que el asombro es la mejor forma de lidiar la muerte.
Mientras el
mundo se desvive entre galácticos presagios y alientos de hecatombes, Mery
Sananes construye su propia trinchera, desde donde arremete, a diestra y
siniestra, contra obnubilados y díscolos, con la más convincente de las armas,
el verso, lanzándolos soberanos, musicales, contra la guerra, augurando a cada
instante la paz sobre la tierra. Desde la lupa de sus sueños, en Palabras
Conjugadas, su reciente poemario, va tejiendo las apabullantes calamidades
inmersas en el malhadado estruendo cotidiano.
Asistimos, así,
al más feliz, logrado contrapunteo entre “el país del alma” donde las
vocales dictan su lección de amor frente a esta horripilante trashumancia del
dolor humano. Delante del despliegue de la cotidiana interrogación sobre la
anhelada sobrevivencia, discurre, soberana, la palabra ávida de un mejor
amanecer a pesar del caos, el asco o el acoso que configura toda funesta
desarmonía. Todo orquestado en una feliz travesía por entre las espeluznantes
sombras cotidianas.
Partitura
musical de la que somos y seremos siempre cuerda enamorada, temblando ante las
minas empozadas, superpuestas al paso del corazón humano. Configurando todo su
poético mensaje en un fascinante juego lingüístico evocador de la más genuina,
sustantiva gramaticalidad, signada a las veces en el majestuoso arte del bordar.
La escenografía
planteada, lustre da a la “Palabras Conjugadas”. Inmersa en el tren de la
desolación, Mery Sananes nos deleita a plenitud al través de un verdadero,
genuino Expediente o Juicio General en torno al despampanante descalabro de la
vorágine que alrededoriza al hombre envuelto en los pavores de este tiempo sin
nombre todavía, logrando, así, una extraordinaria radiografía del desgarramiento
que cotidianamente nos acosa.
Por momentos
reconocemos en su predicamento o mise-en-scéne una muy lograda secuencia
de epígrafes en torno a las rosas y espinas en que deambula el hombre en estos
presentes remezones al interior de una lúdica nervadura musical que como que
tendiera a apaciguar un tanto la horripilante desgarradura que cotidianamente nos
acecha, nos anula, martiriza. De rondón como que aparecen las figuras de un
Ezra Pound, Gerbasi, León Felipe, Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, entre otros.
Sea lo que sea
una u otra evocación, hemos de dimensionar o reconocer el convincente Golpe
al Silencio logrado por nuestra autora. El quejido transparente enraizado
en el hormigón de nuestras construcciones, sueños y reclamos.
Definitivamente,
nunca un Inventario Existencial estuvo mejor logrado, entre nosotros en tan
breves 96 páginas.
Mujer de armas
tomar no desaprovecha ninguna estrofa o instancia denotativa o connotativa,
para presentarnos la mejor tessitura de un esplendente, casi siempre
doloroso tejido/quejido que rinde cuenta de la funesta situación humana.
Vivimos, compartimos en feliz conjugación el estremecimiento de la pública
inconsciencia aherrojada.
Inmersos en
esta Tierra de Expedientes, en Palabras Conjugadas Mery Sananes
“se detiene para manifestar el deseo de tocar el lenguaje atrapado aún por
sombras que alguna vez serán liberadas por los soles de una humanidad que pugna
por alcanzar presencia en estos días tan llenos de maltratos, sequías y
desesperanzas.”
Y como que si
logra su propósito: “Alcanzar la ingeniería de una lengua conjugada en la
octava clave de los misterios” Rescatar las huellas estampadas en los
agujeros encriptados de la desesperanza hasta que alcancen el fuelle brioso de
los algoritmos del existir.
Sobrada razón la de sus preguntas: “¿Habrá alguna vez un retorno/ de la
conjugación de las palabras /que se vuelva pincel en la propia / escritura y
relámpago de cosechas / en la terredad de los sueños?”
Y avanza en
forma desgarradora: “Ante tanta desarmonía / ¿qué nos silencia hasta hacer
de la / palabra una metáfora de la muerte?”
Siguen las afirmaciones de la tajante madurez: “Sé que el recinto del
silencio / guarda las palabras que aún no se han dicho / y que es tiempo de
organizar los / amaneceres para abrir
las pupilas antes / de que el alba se haya ido”
El compromiso
se asume así: “Hoy nos toca escribir el futuro desandar la / muerte y
reinventar la historia que nos fue / consignada en el átomo cósmico de nuestro
/ nacimiento para ver si al fin algún día / en esta tierra de milagros y
encantamientos / el hombre comienza a ser y a vivir”
La poeta advierte que en estos y otros tiempos el verbo prevaleciente
que alcanza condición de gerundio es el “morir o matar, que sustituye el
vivir.” ¿Cómo rescatar la vida y la palabra de ese hombre?
Larga vida a Palabras Conjugadas de Mery Sananes, un
libro que pone a andar la Cátedra ‘Pío Tamayo’ a la hora, por cierto, de la
celebración de sus 33 años de permanente acción. ¡Ad multos annos!
Mery Sananes
Palabras Conjugadas
ediciones cátedra pío tamayo
colección / recados del sol
caracas, junio 2016
portada y dibujos / antonio cabezas
montaje y diagramación / rodrigo gómez millán
editor responsable / danielita barrolleta
96 p.
Información
en venezuela
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