miércoles, junio 28, 2017

UTOPÍA DE ALONDRAS




UTOPÍA DE ALONDRAS
a maría pages

Y si una utopía quiero
que borde sobre las alas
de la vida una partitura
que resuene en los pasos
de un corcel de corduras
que me la borde maría

maría la de sevilla
la que nació un día
en el regazo de un tablao



Y si un sueño sueño
para que el mundo tenga
canto y no muerte
con los palomares de sus manos
y su piel que danza
de viento enamorada
que lo sueñe maría

maría la que en su torrente
preserva el canto milenario que
viene de las hendiduras de donde
brota la alegría



Y si una historia quiero
que no tenga sabor amargo
entonces que con sus voces
que se quiebran en centellas
y ajuares de resplandor
que maría la escriba con el
vuelo sonoro de su traje

maría la de antonio gades y
carlos saura que cuando gira
es un aluvión de claveles
disparados por el aire
por una tormenta de cuerdas




Y si un tiempo imagino
con ese cello que llora
con sabor a cántaro y alforja
y esa guitarra que tiene la
hondura de la garganta del
hombre cuando se enardece
de lirios y juncos
que de ese tiempo disponga
maría para sembrarlo
en el corazón de la tierra
  
maría cuyos dedos cincelan
sobre las tormentas del alma
el paso de un alazán por las
odres del río



Y si una libertad invoco que
contenga a todos los que hacen
del andar un vivir de ternuras
que en el oleaje colibrí
de su mantón la invoque maría

maría la del ritmo
que se cimbra sobre los maderos
como un rayo fugaz que se pierde
en la sonoridad del silencio que
derraman sus armonías



Y si en un pensamiento pienso
que le sirva de sustento a la poesía
que entonces maría lo haga volar
como alondras hacia el cielo







mery sananes
28 junio 2017
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domingo, junio 25, 2017

CUENTOS CORTOS



CUENTOS CORTOS

Aquí, en este territorio de embusterías
le damos la bienvenida a Diego Zárate Méndez
sin adjetivos porque no los requiere
sus palabras dan cuenta de alguien que sabe
mirar y que sabe organizar lo que mira


1. Un Deseo

      Anhelaba un mundo nuevo,
el suyo venía dañado.

2. Calendario

        - ¿Qué día es?
        -  Es hoy
        -  ¡Genial! Mi día favorito.

3. Melancolía

         Le hablé sobre ti al desierto y lloró.

4. Soledad

        Le diré al insomnio que lo amo,
        tal vez también me deje y se va.



Diego Zárate Méndez
junio 2017


foto / mery sananes


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jueves, junio 22, 2017

A VECES


A veces 
basta una flor
para rasgar la oscuridad




Sometimes
a flower is enough 
to rip darkness


texto y foto / mery sananes
27 febrero 2015

esa flor es la que todos llevamos dentro
sólo que a ratos apenumbrada 
silenciada u olvidada
y quizás en estos tiempos tan sombríos
valga la pena convocarla a que restaure
sus dominios de luz

22 junio 2017


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lunes, junio 19, 2017

UNO NUNCA SE DESPIDE DE LOS HIJOS




Para Carmen y René 


 Piero Rodríguez a un año de su viaje al corazón de sus hijos


Donde quiera que estés,
nos salva tu sonrisa...
RRS

Uno nunca se despide de los hijos. Ni cuando por primera vez uno los deja en un aposento distinto al del regazo. Ni cuando llega ese día donde toca llevarlos al recinto de una escuela y uno se queda adherido a los cristales como si nunca fuese a llegar la hora de ir a recogerlos.

Ay de esa hora en la que permanecen en una casa ajena o en la que se van lejos, más allá del solar a descubrir los horizontes de otros rostros, de otros instantes estremecidos de la vida.



Y ay de ese tiempo en el cual ya recogen sus aperos para comenzar a escribir su propia historia. Y uno se va con ellos enredados en las trenzas de los zapatos, adherido a los ojales,  en el envoltorio del pan que ya no les preparamos, en la valija de sus sueños,  en la tempestad del tiempo y la algarabía de cada victoria que conquistan desde todas las lejanías.



No se despide uno jamás de los hijos, porque siguen cosidos a nuestras manos, sembrados en las pupilas,  enhebrados con hilos de estaño y plata a los días.




Menos aún si contrariando toda verticalidad, el azar en un instante se los lleva a una dimensión inesperada. Y uno se queda inerme, desprovisto de todo,  anclado en ese hacer girar el tiempo al revés, que nos lleva una y otra vez a la vida vivida,  a la cosecha de risas, a la mesa servida,  a entablar ese diálogo infinito con lo que jamás se habrá de desprender de la piel de los regocijos.


Y cuando eso ocurre, la despedida se revierte y se convierte en un arribo permanente,  en una presencia inagotable, porque el gesto que se quedó inmóvil sigue reverberando en el interior de las horas, las alegrías construidas continúan creciendo como un huerto de siemprevivas, en cada uno de nuestros días.

Y aun habiendo partido,  nunca se hace tan alta su presencia porque son nuestros sus pasos,  su respiración y sus haberes regados en el amor que siguen dejando en cada uno de los amaneceres



Vuelve uno a entender que la vida entera es una permanente despedida, como si naciéramos tan sólo para hacernos aptos para convertir cada ausencia en una fuerza irreversible, capaz de ascender por los acantilados, descender en las gotas de lluvia, hasta hacer de la memoria un vuelo nocturno por los mediodías,  un amarizaje en el sol que se devora el rocío,  una creciente de azahares sobre los días por vivir.




Piero dejó esparcidos su risa y sus hijos, esa alegría que derramaba sobre todo lo que hacía y sobre sus afectos. Dejó su ejemplo de tenacidad y persistencia, que acompaño su afán de cristalizar en un aroma único, espigas nuevas y el duende de unas aguas destiladas a través de los vasos que comunicaban su corazón con las inmensas vasijas de sus creaciones.



Piero dejó establecidas en el tiempo las lecciones de la madre y el padre, aprendidas en la mesa del herrero y en el bosque de los frutos que maduran. De él proviene una alegría única que ninguna distancia habrá de disipar. Y es hora de retomarla para dejar ir la tristeza y hacer de ella un instrumento de percusión, de viento, de cuerdas, para festejar su vivir y multiplicarlo como una ofrenda sobre los días que vendrán.

mery sananes
19 de junio 2017




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sábado, junio 17, 2017

EN EL CORAZÓN DE LAS AVES

a Hilario Barrero



Ay de esos pinceles tuyos
que hacen del mirar un vuelo
sin final en que nada sigue
siendo lo que es
sino lo que tus pupilas ven para
devolverlo a la realidad
agigantado y sin límites

Ay de ese pájaro que los reúne
a todos bajo una misma ala
que los infinita 
y de ese prisma que con 
la magia del agua que mana
de tus manos y el sol que
nace de tus ojos
suelta arcoiris en el 
corazón de las aves
para que nunca se olvide
que no hay creación más alta
que la que hace nido en el
resplandor del asombro


Dibujo / © Hilario Barrero
texto / mery sananes

17 junio 2017
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UN PERRO VERDE EN UN MARTES 13



UN PERRO VERDE EN UN 
MARTES 13
A Cross


Vi hombres de verdes con armas
vi agresividad vi violencia vi odios vi muerte
esos “humanos” estaban vestidos de muerte 
rompían todo a su paso

Disparaban sus armas, maldecían la vida,
gritaban el odio buscaban la muerte
tiraban las cosas destruían la paz
imponían su ley

Su ira crecía, a la par de su irracionalidad
eran dueños, jueces y verdugos
jamás vi tanta rabia acumulada
en un  humano jamás

Como sólo se ladrar  
ladré, un par de veces ladré
con afán y lealtad, ladré

Pero un verde bañado de muerte le disparó
a mi ojo derecho ciego por la sangre
pero con mi lealtad intacta ladré
ladré ladré ladré

Los verdes de la muerte intentaron acallarme
matándome otra vez pero la valentía de mi
anciana madre me salvó pues ella atravesó
su anciano cuerpo para recibir las balas 
que me tocaban a mí

Vieja de movilidad reducida expropiada
por los años pero de valentía intacta
cambió cachazos de odios por vida para mí

Ambos ya en el piso su sangre y la mía
sus lágrimas y las mías fusionada por la vida
con caras y gestos le dije no llores mamá
iré al cielo del mundo que provengo
nos denegaron el habla

Siempre fue fácil hacernos entender con caras
y gestos a través de las energías
¡pero qué energía tan grande y poderosa es la
Democracia y la Libertad mamá!
y qué energía tan débil tan precaria la dictadura
la ignominia y el crimen

Por eso disparan sus armas
sus odios, su violencia, su muerte
nunca podrán tenerme
nunca tendrán un perro

Porque están impedidos para entender
la energía del amor la ternur la paz
la lealtad la disciplina la valentía
la democraia y la libertad...


Jorge Delgado

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sábado, junio 10, 2017

LA AVENTURA DE LEER A RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO




EL NOMBRE OLVIDADO

INCLEMENTE RECORRIDO POR LOS
ACANTILADOS DEL AMOR
mery sananes



Leer a René Rodríguez Soriano es siempre una aventura. Asomarnos a “El nombre olvidado” (Ediciones Callejón, San Juan, PR, 2015), como a cualquiera de sus obras, es amarizar en un lago donde podemos nadar hasta sus infinitas orillas, o quedarnos detenidos en una de sus tardes, buscando aquella historia que también pertenece a nuestros olvidos o a nuestras memorias destejidas.

Y allí nos encontramos hablando un lenguaje que no conocíamos pero que suena a lengua materna. Como colocarle nombres a esos sinsentidos que se nos atraviesan en la víspera de un sueño que concluye en una noche de insomnio. La sorpresa y el asombro: el bajel en el cual quisiéramos ser tripulantes.

A veces queda uno tan enredado en la lluvia, las memorias, las imágenes que se quedaron prendidas de un solar o una ventana, que las nuestras se deshilan en esos gestos que solo los dedos pueden construir sobre una caricia.

Los escritos de RRS tienen ese ritmo. Y a la final uno no sabe si era nuestro el ojo frente al mar, o el desgarramiento sobre una línea divisoria invisible pero inmensa como una muralla.

TRECE HISTORIAS EN LAS CUALES LO ÚNICO AUSENTE ES EL OLVIDO

Este libro cuenta trece historias en las cuales el olvido es lo único ausente. René va en persecución de sus memorias, instantes que dejan huellas tan hondas, que el rostro siguiente no las ha de borrar. Un hermoso entramado que se va construyendo de escenas capaces de coparlo todo.

TODAS LAS HISTORIAS CONSTRUYEN UN AMOR DE PLENITUDES

A la final poco importa cuál de esos rostros queda dibujado en sus pupilas, o en sus dedos. Todas construyen un amor de plenitudes, que René se lleva en sus alforjas como el más preciado historial de su vivir. Y cada a una de esas aventuras inconclusas agrega una inequívoca individualidad que solo explica a través de ese torbellino de adjetivos y gerundios que dan cuenta de su estremecimiento, su sed y su indeclinable pasión por los escarpados pasajes del amor.

Y es ese ritmo cadencioso el que nos envuelve en una historia que hacemos nuestra, sin saber si quedamos habitando el mar que le cabía a Helga en sus ojos, o en el regazo de Sara con sus manos llenas del dulzor, o en el frío de ese charco caudaloso en el cual aprendió a nadar sobre los mágicos hombros de su padre y el incierto lugar de lo desconocido.

COSER CON HILOS DE AGUA UNA TRAVESÍA SIN OLVIDO

Uno sigue una trama que no es, un camino que se corta una y otra vez, pero que deja sus huellas sobre la respiración. Y uno se pregunta si ese nombre olvidado es el nuestro o el de aquel que nunca dejamos ir aunque jamás hubiese llegado. Uno se introduce entre esas navegaciones tratando de coser la travesía con hilos de agua. Y a la final René borda sobre el océano una memoria que jamás se escapará de los horcones y celosías de sus días sin sol.

RRS tiene la virtud de siempre cabalgar a rienda suelta, sobre un mundo que él construye hurgando sobre una realidad que hace fugaz todo instante supremo. Y su escritura es el ejercicio de labrar ambos, con desmesura y fervorosa conmoción. Trazos sueltos, afirma, prosa menor que ni siquiera aspira a nadar en la otra orilla. Tenues apuntes que quizás a más tardar mañana, borren las aguas.

PERSISTENTE TAREA DE LA MEMORIA

Y sin embargo toda su obra es una afanosa y persistente tarea de la memoria. De cada fugacidad retiene una historia que al sujetarla entre sus dedos, se enraíza en el aire como un canto que ya nadie va a olvidar y que él va leyendo sobre la piel y el escampado.

“El nombre olvidado” es el hechizo, a pesar de las despedidas. El bebedizo de aromas que se mastica para que el beso se siembre en sus ojos. Y el expediente a la futilidad de un corazón que no tiene ya espacios en un mundo desguarnecido y furioso.

UN RITO PARA QUE DEJEN DE LLOVER OLVIDOS

Nada es lo que a primera vista parece. Hay un pájaro dentro de la lluvia. Y mojado como un pez trata de asirse con su pico a la ramita seca que pretende llevar a su nido, dice. Un viaje sin visa por los senderos del sueño y los cuerpos desplazándose, despiertos, a toda vela, para que el lector se encuentre o desencuentre. Quedan las coordenadas de su andar pero solo el lector descifrará si llegará al puerto previsto o si su aventura recorrerá el olvido para alcanzar la cima de un nombre indeleblemente sellado a su destino.

Con René se recorre ese ático donde aflora, febril y lúcida, la vastedad de un mundo que se niega y reafirma a cada golpe de página.

EL ASOMBROSO MISTERIO DE LAS TARDES SIN FONDO

Dice RRS: la soledad es un territorio vasto y pleno de matices que solo podemos ver los que aprendemos a descifrar los códigos y símbolos que adornan las paredes de las tardes sin fondo. Siempre he sido el mismo, el mismo solitario que entre libros, música, placas y películas he vivido en todos los lugares y todos los momentos con la misma intensidad y el mismo ritmo.

Y es en medio de esas tardes sin fondo que se van fraguando sus historias. ¿Cómo si no puede René convertir una negra cabellera en un pasto preferido para perdidas flores del naranjo? ¿Escuchar en una voz el resonar de un arroyuelo o los primarios cantos con los que lo arrullaba su mamá?

RENÉ CONOCE SU GEOGRAFÍA COMO SI NUNCA HUBIESE
SALIDO DE ELLA

Pero no nos equivoquemos. En cada uno de sus libros, sean poemas o narraciones —géneros que a él no le gusta delimitar— hay una realidad que lo define sin cercarlo. RRS es un hombre de su tierra, de sus yaraguales, de los huertos de flores de su madre, de Manuelico y el río donde su padre le enseñó a nadar. Conoce su geografía como si nunca hubiese salido de ella. Desde allí construye su universo. Y no hay rostro ni amores ni mirada que pueda hacerlo desprender de sus raíces.

UN DESLAVE DE AGUAS TRANSPARENTES

Cada historia delinea un rastro de la historia política dominicana, que él expande sin esfuerzo alguno a la Plaza Tahrir o a cualquier otra parte del planeta. Conoce bien el mal de su tiempo y tiene plena conciencia de su impacto en una sociedad que carece de rumbo y porvenir. Y eso le permite desarrollar sentidos que se prolongan en instantes inéditos. Allí le brota la poesía como si fuese un deslave de aguas transparentes.

Refiriéndose a Isabel, dice: me cortó, dejándome en la boca podridas las palabras y en todo el cuerpo un dolor ciego y una afasia de música y de lirios. Solo, desde entonces, soy, apenas, un desolado transeúnte de amor con aleteos que acaricia en sus recuerdos, aterida de dolor y frío, una bandera hecha jirones de ternura y el marrón de unos zapatos que calzarán por siempre los pies de la huella zurda y mansa que eternamente he de seguir por los zaguanes de la tarde.

LA PALABRA: UN ALUVIÓN SIN MESURA NI ESTATUTO

Allí se desata la palabra como un aluvión sin mesura ni estatuto. Migra como los pájaros de un rostro a otro desbordando una caligrafía capaz de sentir que el amor es una bicicleta, un auto veloz, y que el paisaje es tan de instantes, como respirar o partir, para saber que en la distancia alguien habrá de leerlo y escribirle mientras sueña o viaja lejos de él.

Nada es lo que parece, dice. Ni siquiera el pájaro a su canto, mientras observa las manos de Keiko despejando la niebla, lavando la llovizna. Su voz convertida en un rumor de quena india capaz de salvarlo del estío y las cuadriculadas componendas de políticos, urbanistas y burócratas mal pagados.

Y al describir ese instante único y lúcido, el lector se embebe tanto en ese derroche lírico que busca en su memoria lo que pudo olvidar para traerlo de nuevo al revuelo de un palomar enardecido.
Una sola historia para mil rostros o un solo rostro para todas las historias. Poco importa. RRS tiende un lienzo con todos los colores, aromas y ausencias del amor. Y el lector elige la suya. Pero nadie queda al margen de esa tempestad de seducciones.

“El nombre olvidado” es una memoria tatuada en la piel de los días, un recorrido inclemente por los acantilados del amor.

mery sananes

Publicado en Hoy Digital, República Dominicana 
10 de junio del 2017, en el siguiente enlace:




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