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domingo, febrero 27, 2022
AZUL SIN NOMBRE
De madrugada
jugando a ganarle la
luz a la nieve que ya
desborda sobre los
techos y los párpados
los árboles y las alitas
de los cardenales
la luna extiende sus alas
en un azul sin nombre
como bajel acunado
en un lecho de viento
Sabe que la manana se
le encima y le roba a su
fulgor el estruendo
de su fuego
Y al saber que pronto
desaparecerá detras del
manto de nubes
se apresura a dejar el
destello nácar de su
traje invitando a que
viajemos en ella
más allá de toda bruma
Y al marcharse algo
nuestro se va con ella
mientras aguardamos
que retorne a la sonora
algarabía que se mece
en el árbol de los
cardenales
texto y fotos
mery sananes
El Libro de los Pájaros
El Libro de la Luna
26/02/22
Schubert Impromptu No 3
Kathia Buniatushvill
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El Libro de la Luna,
MS El Libro de los pájaros
jueves, febrero 24, 2022
FANTASIA MAYOR
Una gota se columpia
en una rama seca
intentando ser absorbida
por ella
Dos gotas se estacionan
con el mismo sueño
de dar de beber a la flor
que vendrá
Tres gotas
se juntan en la tarea
de ser la savia de
la rama
el zumo que
reinventará la
primavera
Hasta que gota y rama
escriben en el aire
la fantasía mayor de
un renacer de plenitudes
texto y fotos
mery sananes
El Libro del Agua
El Libro de la Música
22 / 2 / 22
W.A, Mozart
Fantasía in D Minor K.397
Glenn Gould
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El Libro de la Música,
MS El Libro del Agua
martes, febrero 22, 2022
RETRATO - ANTONIO MACHADO
Quien pudiera dejar un retrato como éste que escribiera Antonio Machado. Tener esa transparencia que retiene lo esencial dejando a un lado las romanzas de los tenores huecos.
Quién pudiera amar la hermosura de la rosa sin los afeites de la actual cosmética. Aquel que distingue entre las voces de los ecos, solamente una.
Y querer ser -como él- quien deja su verso como el capitán su espada, famosa por la mano viril que la blandiera y no por el docto oficio del forjador preciada.
Ser más que un hombre al uso que sabe la doctrina, en el buen sentido, un hombre bueno.
De sus manos, su corazón y su palabra, de su escuela Popular de Sabiduría Superior, hemos andado desde que lo conocimos. En medio del fragor de la rebeldía adolescente, Antonio Machado y Juan de Mairena nos enseñaron a mirar más en profundidad, a aprehender lo que está en el interior de lo que vemos y de aquello en que nos hacen creer.
Guiaba y sigue guiando nuestro destino hacia esa sabiduría popular, más consciente y alta, que todas las doctrinas que armadas de tanta ciencia, aún no disciernen como devolverle la alegría al hombre vulnerado.
En este nuevo aniversario le reiteramos nuestro afecto, nuestra admiracion y nos declaramos alumnos permanentes de su Escuela de Vida y Porvenir. mery sananes
Retrato
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—;
mas recibí la flecha que me asignò Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñò el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansiòn que habitò,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
ANTONIO MACHADO
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Memoriales - Antonio Mahado
lunes, febrero 21, 2022
ATARDECER
No hay atardecer
igual a otro
Cada uno traza
el temblor de su luz
sobre un cielo aturdido
Busca el lugar exacto para
despedirse de la tarde
que pobló de sus rizos
de trigo y miel
Desciende en fuga
silenciosa mientras
le abre cauce a las
estrellas encargadas
de llenar de lumbre
la noche que aguarda
su instante de ser
territorio para el sueño
de los niños y tierno
cobijo de los amantes
Mientras
teje la estela de un
lienzo irrepetible
que deja en el mirar
las señales del amor
fulgurante del planeta
texto / mery sananes
fotos / anala
22 de febrero del 2022
Ezzio Bosso
The things that remain
Etiquetas:
MS - Atrilerías
viernes, febrero 11, 2022
PALABRAS DE VIENTO Y CAMPANARIO
A quienes son violentados
hasta la muerte, por rebelarse
contra regímenes, de todos los órdenes,
en los que prevalece la continuada
y extendida negación
de la humana condición
Esta carta está dirigida al primer transeúnte que pase por el lindero de mis azares, por el precipicio de mis sinsabores, por la oquedad de la tristeza que se agolpa y acumula en el corredor de los días, como barcos sin velámenes desplegados, ni mapas de navegación.
Carta que lleva engarzada una flor que sigue desprendiendo aromerías, a pesar de que se cerraron los canales del viento. Un papel maltrecho que, sin embargo, reparta sonrisas y confettis en los rincones de la muerte, que encienda candiles en los agujeros por donde la tierra mitiga sus vacíos, que se abalance con un beso sobre el primer rostro escarnecido.
Que contenga un tropel de palabras que se vuelque sobre el silencio de los muros hasta abrirles boquetes por donde entre la luz. Una carta que pueda convertirse en vasija o que desplegada se trasmute en la imaginería de un campanario.
Una carta que hable por todas las palabras extinguidas, por los cometas que no pudieron acampar en el niño a quien le arrancaron la risa, por la miel que se escapó de las colmenas sin encontrar su recipiente en el corazón del hombre.
Palabras que el agua convertirá en la sed de un cauce reseco o que el fuego le regalará a los albores violeta del día. Mensaje sin itinerario y que es apenas un antojo de ir a contracorriente estampando florerías a los fusiles, como si algún día las balas pudieran cambiar su dinámica de pólvora por el almìbar que se desprende de las caramelerías.
Un papel estrujado y arrugado que no lo sostiene la mano pero cabe en la irrupción de un suspiro que conjuga lo que no pudimos respirar ni alcanzar con el arco de un abrazo.
Una señal de esas que van a parar al olvido o que se consignan en las esquinas de una lágrima que nadie enjuga. Un verso que no adquiere la sonoridad del poema. Un adagio sin cello. Como quien quiere alargarle la mano abierta a un hombre desarmado, sacudido por odios de los que no tenía conocimiento alguno.
Palabras que cabalguen por encima de la gramática, de los sujetos y predicados conocidos, para adentrarse en el territorio abrupto de las perplejidades, en el campo atrincherado del otro, en los espacios de un infinitivo que aún no hemos aprendido a conjugar.
Un recado de amor que convoque al hombre sin palabras a que desate el caudal de su dulzura, el arpegio de sus imaginerías, los sinsentidos de sus asombros, hasta robarle a la muerte los escenarios de sus antojos.
Carta escrita una y otra vez en la nervadura inquieta de los gajitos de mandarinas o en la humedad trivial de los nísperos. Pero que no alcanza a ser esculpida por la deforestada condición de un hombre sin vocales.
Un gesto que detenga la migración incesante del sufrimiento, que le ponga fronteras al desahucio, que repele toda agresión y exilie del planeta la forzada servidumbre de los expropiados de sus raíces, cantos y nostalgias.
Una carta dirigida a los mandatarios del mundo, para que cesen en sus funciones destructoras y dejen lugar a que el hombre se descubra a sí mismo, en el espejo de sus propias pupilas hasta que ejerza el oficio creador que lo sustancie, y derrame sobre los huertos desvalijados la mágica espiga del grano que se multiplica.
Palabras hechas de hilos de madera para buzones de nubes viajeras, que avance libre por las frondas de los párpados, descienda por el canal naranja de los sueños y haga estallar la risa contenida de una humanidad arrebatada.
Una carta inacabada dirigida a cada transeúnte inerme, desde Haití hasta Chile, desde la rota circunferencia polar hasta el sol devastador de los ecuadores, desde este expaís destrozado hasta el corazón de los peces aventados hacia un vuelo para el que no fueron hechos.
A cada uno de esos seres sometidos a un designio de horror. A los asesinados con la saña de quienes perdieron toda humana condición para convertirse en maquinarias de muerte y destrucción. A quienes les secuestran hasta la muerte, para que no quepa duda de quién decide el destino del odio.
A los prisioneros de todas las cárceles en las cuales ni la migaja de hombre que queda, vale la condescendencia de los asesinos. A los que amordazan con los colores del desatino para marcarlos como reses de matadero. A los atribulados, los desesperanzados, a los que les robaron el horizonte, la aurora y hasta el espejo de plata que dibuja la noche sobre los mares.
Una carta silenciosa que ronde como una conciencia sobre los territorios letales en los que se fragua la muerte en todas las instancias de este vivir vuelto tan poca cosa.
Palabra en vuelo que como el sueño de un papagayo se refugie en el viento para alcanzar el anverso del llanto y acunarse en la risa que habrá que inventar.
Una simple y solitaria hoja de papel con la cual se pueda envolver un suspiro o construir un andén, del cual manen caricias capaces de aquietar todo desasosiego, si tan sólo pudieran acampar en las alas estremecidas de un rubor.
Una palabra tan semejante a la hierba que aparezca en cualquier grieta para asentar la existencia de la vida y enamorar el paso del peregrino que huye del desconsuelo sin saber de dónde viene ni a donde ir.
Una carta en fin, inconclusa, cuyas palabras a veces remontan y se diluyen en el azul como pájaros efímeros que, sin embargo, le entregan su razón de ser a los bosques.
Una carta que contenga, en el plexo solar de sus honduras, unas ganas infinitas de volverse campanario, de desafiar la tristeza en la instancia de un beso, de extenderse como un oleaje caribe sobre el tormento de los continentes, hasta que no exista sobre la tierra quien no la junte a la espiga de su risa, para convertirla en granjería de almácigos para la vida, el amor y el porvenir.
mery sananes
Publicado en Media Isla
el 06 de marzo del 2010
Etiquetas:
MS Cartas,
MS Imaginerías
domingo, febrero 06, 2022
SI DE NOCHE VES QUE BRILLAN.....
Esta hermosa canción anónima
fue escrita en Venezuela,
a finales de 1880,
y recogida y dada a conocer
por Vicente Emilio Sojo
y la subimos a estas
Embusterías
por su belleza
por la inmensa ternura de
sus versos
y por la maravillosa interpretación
de El Taller de los Juglares
Andrés Barrios / Voz y Serrucho (Musical Saw)
Bartolomé Díaz / Guitarra Sintetizada
Grabado en vivo en el auditorio de la Escuela de Enfermería,
Facultad de Medicina,
Universidad Central de Venezuela,
Caracas, Venezuela, el 17 de mayo de 2017
Producido por:
Jose Luis Peña Martínez
Un canto que es un poema
un poema que nace
del corazón puro
de los campos
de los cielos llenos de
estrellas que en las
noches se besan
de la danza de las nubes
que en los días de lluvia
suben en el aire al sentir
el beso de otra nube
de ese mirar con ternura
y embeleso que habita
en los seres sencillos
y que los esparcen en
los besos que sólo
sabe dar el alma
Y esta interpretación
lo recoge en su más pura
belleza
Lo entregamos como una
ofrenda de esta tierra
de milagros que algún día
recobrará su alma
05 de febrero del 2022
martes, febrero 01, 2022
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