Un día hace mucho tus ojos
se abrieron por primera vez
a la corriente silenciosa del viento
trazándole filigranas a las hojas
y te detuviste asombrado en la ingeniería
musical de las mariposas
en el trayecto paciente de los caracoles
en los círculos de agua que dibujan
los guijarros cuando pretenden alcanzar
el aleteo de los peces
Desde entonces hiciste residencia
en el corazón de los pájaros
migraste hacia el interior
de la savia que destilan los geranios
navegaste en la circunvalación de la luna
en busca del trazado exacto
de los rayos del sol
y viajaste hasta los confines
de las constelaciones en busca
de una estrella que le bordaste
a tus noches como un farol
para poder deletrear en tus sueños
la incandescencia de la vida
Hoy alcanzas la estatura de tu risa
y te columpias en las nubes para alcanzar
la mágica dimensión de los escarabajos
conoces el abecedario de la lluvia
y has seguido su itinerario desde
la lágrima hasta el copito de nieve
que se hace flor entre tus manos
Hoy reconstruyes en acordes
las sílabas musicales que se derraman
sobre un piano
y tejes palabras con los engranajes
de tu fantasía para escribirle
cartas astrales a los azulejos
Hoy haces de tus eneros
el calendario festivo de tus días
y asciendes vertical en los horizontes
naranjas de los atardeceres
sembrando estaciones espaciales
en el anverso de los espejos
para la celebración de los vivires
en el amén que consagran las fugas
sobre las cuerdas violetas
de los clavecines
15 de enero del 2007
1 comentario:
una vez emprendido el viaje
sigue púntualmente al sol
p. m.
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