cavaré tu fosa de mar
para volver a ver
tu mirada de sal
que se junta al fuego
del almidón azul
que nunca alcanzaste
para alertarte de
la despedida del sueño
de la muerte en el
eterno mar que te
libraría de los cielos
y hasta del mismo Dios
que nunca pudo comprender
tu modo amargo de
no tener ganas de tener
ganas de vivir
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