desde la propia gota del llanto agigantado que nace en tus cuerdas
y sigue hasta los más elevados promontorios de amor
para pedirte que te detengas un instante en tu permanente misión
de entregarte a los planos de las corcheas de aventuras
para ayudar a que todos alcancemos la hora obligada
Sabremos entonces lo que significan las prolongaciones de timbales
que se nutren de las muertes que cruzan en las trompetas
Y desde este avatar te pido que vuelvas sonido
llegue a quienes se les ofreció el pan y la vida multiplicados
Pero también te pido Anton que no dejemos que la muerte de
que los llevará a morir por los siglos de los siglos
a partir de las celebraciones
Por eso hoy al encontrarte en medio de una música para un fiel difunto que al tercer día se consagró entre los muertos de los muertos
que nunca morirán te pregunto por tus escrituras de la existencia
Entonces el hombre del hombre estará lejos de los guerreros
mata amores de todas las masacres y destrucciones que niegan
todo instante de la resurrección que se eleva desde el píccolo
encuentro hasta los cornos del estremecimientos
Y frente a estos tiempos y siglos te digo Antón
que ha llegado la hora del hombre que expresa su propia condición
y que reclama el lugar de crucifixión que le corresponde
a quienes han hecho de la vida el sonido resurreccional
Por eso te pido sacerdote del canto y la oración de siempre
que hagamos del faro de la vida en resurrección
y que esos largos y altísimos sonidos que nos llevan más allá
de todos tus Tedeum inicien la dimensión de un hombre
de trompetas de resurrección llamado a alcanzar el vuelo del amén
de los cielos aún no resucitados
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