transeúnte que pasas distraído
embebido en tu pequeño mundo
de cuentas por cobrar a rostros
sin nombre ni aposento
que se detenga por un instante
en la mía a ver si puedes bordarle
una atarraya sin cerrojos a la cofradía
de peces que hacen vida marina en el
envés de mis párpados
el vuelo de mi mano extendida
hasta la tuya buscando un lugar
donde posar los sueños que aún
no se han ido
de la cigarra de tus respiraciones
que tan a menudo sueles olvidar
en el andamiaje de un mundo que
no te pertenece
Un canto nacido del cordaje de tus
días malheridos que acumulas como
si al final de tu aventura con ellos
pudieras ingresar en algún reino celestial
ata a las dimensiones de cielos que aún
no has descubierto pero que saben de tí
y de los amaneceres que nunca te
detuviste a atrapar con el dedal
de tus sonrojos
que perdure en el corazón de
los hombres que vaya más allá
de esta noche de sus ruidos
de sus puertas cerradas y de sus
estrecheces un verso solo
largo como la vida tenso como
el amor que derraman las calas
sobre la soledad de este tiempo
desprovisto hasta de sus espejos
de cincel y agualuna
25 de marzo del 2010
1 comentario:
Maravilloso poema, bellísimos versos. Me ha fascinado. He intentado pedirte amistad en facebook para leerte, pero tienes el cupo de amigos completo. Seguiré tus publicaciones pública. Un abrazo, poeta.
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