amigo, hermano o simplemente
valiente
No puedo llamarte de otra manera
Arriesgaste tu vida por la mía,
por un país
La primera vez que te vi
aparecías de entre una tupida nube
de humo negro
Eran gases lacrimógenos
justo en medio de una protesta contra
la dictadura de Nicolás XIV
Y entre balazos y lacrimógenas, heridos
y muertos tú no parabas de entonar las notas
del Himno
Nacional ataviado solo con la bandera
un casco
tricolor y de arma tu violín
Te confieso Wuilly estallé en llanto
admirado por tu coraje y valentía
pues mientras arriesgabas tu vida tocando
salvabas las de miles y de millones en las calles
Al hacer retroceder la Guardia Nacional
Bolivariana ellos incrédulos, paralizados
y sorprendidos no sabían qué hacer
Retrocedieron no podían descifrar el poder
de tu poderosa arma llamaron con urgencia
al comando central solicitando ordenes
¡Lo matamos mi capitán, lo matamos!
arrástrenlo con la moto, golpéenlo hasta perder
la conciencia, róbenlo y destrócenle el violín
esa muerte le dolerá más
¡Entendido mi Capitán!
ellos no sabían Wuilly que tu conciencia
coraje y valentía es como tu violín
indestructible
Que ahora todos somos violinistas de la
democracia y de la libertad
Toca Wuilly, toca forte y toca in crescendo
cada nota que das anuncia la cuenta regresiva
de los que tienen rota el alma
los que carecen de conciencia
Cada compás
anuncia la salida de los cobardes
por eso su rabia por eso su odio
porque pronto tendrán que rendir cuentas
de sus atroces crímenes ante la ley del hombre
y ante la ley de Dios pues ellos ya
ya están destrozados Wuilly
Jorge Delgado
24 mayo 2017
Wuilly Arteaga estaba armado con su violín como su única arma, frente a las tanquetas de GNB, en el este Caracas, en la Autopista Francisco Fajardo, en una de las tantas manifestaciones de protesta que han ocupado este expaís. Tocaba el Himno Nacional. Esto fue el 24 de mayo del 2017. Quería honrar la memoria de Armando Cañizales, miembro del Sistema Nacional de Orquestas, quien fue asesinado, en circunstancias similares, el 03 de mayo del 2017. La represión decidió destruirle su violín. En este enlace se puede escuchar al joven Wuilly narrar lo vivido.
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