sábado, mayo 06, 2017

TU JORNADA AÚN NO CONCLUYE



ZAIRA DE LA VIDA


TU JORNADA AÚN NO CONCLUYE


Pedro Andrade Páez


HOY SÓLO TENGO TRISTEZA PARA IR
A SOCORRER LA TUYA


Tal vez esta sea una de las cartas más difíciles que me toque escribirte.

A ti, la sanadora
A ti, la curandera
A ti, la maga

Si no es de tu equipaje, si no es de tus lecciones, sino es de la extensión de tus entregas ¿de dónde podría yo sacar una palabra que te lleve abrigo, que se derrame sobre ti y tu tristeza, como una tierna lluvia de primavera?

Busco en mi abecedario, en la lengua interior que me habita, en alguna metáfora iluminada, el camino para bordarte un aliento, para aliviar ese dolor de huesos y alma, que te contrae, para entregarte un canal de comunicación con el hijo que partió, para que él te devuelva lo que se llevó, al irse como un pájaro migrando o una flor que lleva su polinización más allá de sus huertos.

Y me encuentro, Zaira de la vida, que hoy sólo tengo tristeza para ir a socorrer la tuya. Como si todos los dolores, de todos los tiempos, se hubiesen juntado trazando los designios del mundo.

SÓLO EN TUS PREDIOS PUEDE ESTAR LA RESPUESTA

Y aquí estoy, descifrando este nuevo reto que la vida nos puso por delante. Tratando de comprender el enigma, develar el misterio. Buscar las claves que nos ayuden a comprender lo incomprensible.

Y no puedo sino ir a tu interior. Regresar a tus predios, porque sólo allí es que puede estar la respuesta. En ese contraluz en que consiste la vida.

¿Cuántas veces no te he sentido trabajando silenciosamente para encauzar la tristeza del otro que te tiende la mano en su desesperación? ¿Cuántas palabras no te he escuchado derramar sobre otras penas para ahuyentar lo opaco y rescatar el deslumbramiento?

¿Y cuál ha sido tu clave, el instrumento que has utilizado, el don que pones a funcionar, cuando de sanar alguna herida se trata? ¿De qué recursos te vales? ¿Dónde vas a buscar las respuestas ocultas?

De tu propio interior, Zaira Maga. De todas tus tristezas, tus penas, tus dolores, que despertaron en ti esas ansias de viajar por el interior del alma, y por las esferas que están más allá de las cercas humanas, para comprender la razón mayor de las sinrazones.

EN EL TERRITORIO DE LAS HERIDAS ENCONTRASTE
EL SENTIDO REAL DE TU VIVIR

Allí está tu caudal mayor, el tesoro de tu aprendizaje, la trayectoria de tu vivir. Porque nada fácil ha sido tu existencia. No has vivido un logro tuyo que no haya significado una persistente lucha por superar obstáculos y dificultades.

Y en ese territorio de los golpes, de las heridas y de las estafas, es que fuiste comprendiendo la propia trascendencia de tu vivir y la labor que debías realizar.

Cada circunstancia fue para ti el proceso paciente de un aprendizaje que debía darte las respuestas no solo para superarla, sino para consolidar el propio sentido de tu andar.

Y ese arsenal de conocimientos, intuiciones y hallazgos te fueron entregando no sólo los elementos para sanarte a ti misma, sino para aliviar aquel que se te acercara buscando tu abrigo.

Nos enseñaste que ese abrigo está en el interior de uno mismo. Y que es la visión, la perspectiva que uno le otorgue a cada golpe, lo que permitirá que no se repita y sobretodo que podamos aprender de él la realización de una vida de mayor contenido.

TUS 97 AÑOS HAN SIDO UNA PERMANENTE PREPARACÍON
QUE AÚN NO HA CONCLUIDO

Y tus 97 años han sido una permanente preparación, que aún no ha concluido. Y este pasaje inhóspito que nos toca hoy tiene que ser parte de eso. Tu jornada aún no termina. Y esa lejanía te deja una pregunta a responder que sólo tú puedes encontrar.

Y allí estará la pregunta y la respuesta, el sentido y el contrasentido, haciendo de las suyas nuevamente.

¿Por qué se nos fue a destiempo ese hijo? ¿Qué ocurrió para que se adelantara a hacer el viaje hacia el paisaje de las ondas magnéticas, el cielo sin horizonte de las alas?

PARA QUE EL HIJO SEPA QUE SU PARTIDA NO FUE EN VANO

Allí debes indagar. Para que el hijo sepa que su partida no fue en vano. Porque sólo a ti podía dejarte el encargo que su ausencia producía. Y al encontrarlo y realizarlo se derramará sobre ti, no sólo la alegría del hijo, en su nuevo plano, sino la tuya, en ese hacer que te queda pendiente, en esos asuntos en los cuales debes intervenir, en ese auxilio que todavía tienes que prestar, en la realización de ese tu oficio de maga y alquimista.

Y porque además, Zaira del Alma, te toca continuar tu papel de sanadora y encauzar la pena de tus otros hijos, los que como tú, lo vieron partir, sin tiempo siquiera de hacer preguntas.

Tú debes darles las respuestas, como siempre lo has hecho. Entregarles de nuevo el tesoro del amor que le infundiste al hijo que partió, para que ellos estén mejor preparados para enfrentar sus tristezas, sus quebrantos, sus angustias.

No puede haber casualidad en esto. Tú, lectora de los mapas astrales, de la geografía cosmogónica, de los equinoccios y los solsticios, tú curadora de colibríes, la que percibe en sus dedos el alma de los que han partido. Tú la que dialogas con los árboles y has compartido tu dulzura con los mangos que habitan tus huertos.

TÚ FUISTE LA ELEGIDA
EL ENIGMA DESCIFRADO DEL VIVIR

Tú fuiste la elegida para ser la fuerte, la protectora, el cobijo, el sitio a donde llegar y de donde partir para un viaje seguro.

Tú la escalinata hacia las respuestas más difíciles, la que festeja la vida en todas sus dimensiones, y es  capaz de navegar en un canto como si estuvieras a orillas de un mar distante.

Tú la que siembras risas en los ojos dormidos de los niños y con tu solo verbo puedes escalar las cimas más altas. Tú, la Nona, la Maga, enigma descifrado del vivir.

Y este instante, de los más dolorosos que se haya hincado en tus costados, hay que rescatarlo de las cajas de madera y de los humos funerarios. Hay que devolver al hijo a las brisas de las mañanas, a las estaciones de la luna, hablarle en el lenguaje de los árboles, que tanto conoces, para que te dé sus señas, que serán las tuyas.



LA TRISTEZA ES ESE RIEL IMAGINARIO POR DONDE
CORREN LAS LÁGRIMAS

La tristeza, lo sabes mejor que yo, es ese riel imaginario por donde corren las lágrimas. Y la alegría también lo es. Y cuando ese contraluz se encuentra, como en ese instante del alba que irrumpe en la oscuridad y ese momento crepuscular que se incendia justo antes de entrar en la noche, la armonía retorna a los ciclos.

Y la vida asume que su resplandor depende justamente de la dimensión de sus sombras. Y la noche se convierte en ese envés espejado del vivir, que en su nocturnidad puede tener más brillo que un mediodía.

Y ESE ES EL MILAGRO QUE TE CORRESPONDE REALIZAR

Y ese es el milagro que te corresponde realizar. Y tienes todos los instrumentos para hacerlo. El hijo que partió lo requiere tanto como tú. Los hijos que te acompañan lo necesitan. Restituir tus fuerzas creadoras, mi Zaira, para que todo adquiera y revele su dirección y sentido.

TU ESCUELA ALCANZA AHORA SU FACETA MÁS ALTA Y MÁS DIFÍCIL

No hay otra manera de sobrevivir este vivir resquebrajado que reta a cada instante nuestras posibilidades de resistencia.  Tu escuela de fortaleza es ahora cuando alcanza su faceta más alta y más difícil.

Este tiempo devastador que nos ha tocado y toca vivir, nos invoca y exige esa entereza. En este abril-mayo del 2017 de nuevo la masacre deja a muchas madres sin sus hijos, nos muestra este expaís con sus peores expresiones de odio y violencia, y a la vez con esa valentía y ese fervor de quienes desarmados no tienen para aferrarse sino ese grito tuyo, exclamado a tus 97 años: "yo la de la protesta que grita !Ya Basta!!" Y ese credo que tu misma escribiste:


Creo Creo Creo

En el Amor
En la Conciencia
En la Vida

Allí están las claves. Por creer en el amor, la conciencia y la vida, eres maestra en todas las artes de sanación. La vida una vez más te llama a ejercer aquello para lo cual te has formado desde niña. 

Y al lograrlo, mi Zaira de la Vida, verás cómo quienes te rodean con profundo amor, atormentados a su vez, por tanto vacío que nos envuelve, encontrarán en tus pasos la guía para los suyos.

AL HABITARTE ME HABITO

Como lo he hecho desde siempre, al habitarte me habito. En el nombre del hijo, abraza a todos los que te rodean, mientras ellos te abracen. Y entre todos sabrán ahuyentar toda ausencia y recibir a Pedro en esa otra dimensión del vivir.

Y sé que lo harás como siempre. Leve como una hoja de invierno. Resistente como las raíces de los árboles. Amorosa como el pájaro que cuida su nido.

PERO NO OLVIDES QUE
A TI TODOS ESTAMOS COSIDOS

Pero no olvides: a ti todos estamos cosidos. Y por más fiero que sea el viento, te toca asegurar cada hilo a tu estambre madre. Porque sólo así perdurarán los sueños, las esperanzas, las ilusiones de un tiempo verdaderamente humano.

Te quiero
Mery
05 de mayo del 2017



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