domingo, julio 30, 2017
CINCO POEMAS DE TIEMPO DE GUERRA
CINCO POEMAS DE TIEMPO DE GUERRA
DE MERY SANANES
Oriette D'Angelo, quien dirige la página
POETAS VENEZOLANAS
ha tenido el gesto de incluir entre sus
publicaciones estos cinco poemas
de un libro que apareció
por primera vez en 1968 titulado
que hace referencia a un tiempo que
parece no concluir en este expaís
atravesado de muerte y destrucción
Es un gesto que agradezco.
Ciertamente el tiempo pasa pero
siguen siendo terribles
las horas y los días.
Quisiera uno que la poesía,
la palabra del hombre común,
pudiera detener esa guerra continuada.
Pero sólo alcanza, ayer como hoy,
a ser un grito desde el fondo
de un pozo muy profundo,
como decía León Felipe.
Sn embargo, no nos queda sino seguir
afinando ese grito, insistir
en continuar intentando ascender
por las lisas paredes del pozo
a ver si algún día el grito se hace canto.
Me ha conmovido mucho que Oriette,
con su juventud y su conciencia,
haya rescatado este libro silenciado y
olvidado en el tiempo.
Si se quiere, no he hecho otra cosa,
en mi travesía de vida,
que persistir en levantarle
ese expediente a la muerte
sin haber dejado jamás de seguir
nutriendo una llama de esperanza
aún desde las honduras
de este tiempo,como el de ayer,
sin amén ni misericordia
Aquí el enlace a la publicación
30 julio 2017
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MS - Tiempo de guerra,
Oriette D'Angelo,
Poeas Venezolanas
jueves, julio 27, 2017
MÚSICA EN TIEMPO DE PROVERBIOS
21 de marzo de 1685 / 28 de julio de 1750
MÚSICA
EN TIEMPO DE PROVERBIOS
a juan
sebastian bach
Algo
en su música hace reverberar
el
corazón como si fuese
un
diapasón
Algo
de sus acordes se atempera en el
regazo
de los olvidados hasta hacer
florecer
el porvenir
Algo
en sus notas continuas desenvuelve
los
artilugios del alma y la hace estallar en
viento
que vibra sobre los metales
de
una flauta.
Algo
de sus kyries nos deja la consagración
de
una religión que tiene al hombre
en
su cabecera como sacerdote mayor
de
todo lo que existe
Algo
de sus cánones nos radiografía
la
vida hasta deslastrarnos de epígrafes
dejando
la materia de la humana
condición
en tiempo de proverbios
Algo
de sus corales trasiega los sentidos
como
si estuviésemos ante un océano
inmenso
invitados a ser transeúntes
en
su oleaje deslumbrante
Algo
de sus conciertos para claves
en
tiempo de imaginerías se vuelve un
espejo
en el que nos vemos a nosotros
mismos
reflejados en sus colosales
arquitecturas
de suspiros como si
encontráramos
el sentido mayor
de
la existencia
Algo
de Juan Sebastián siempre anda
con
nosotros plegado a los dedos que escriben
a
la voz que susurra al temple que batalla
incesante
por impedir que el ruido
acorrale
la música
Algo
de sus estruendos sonoros
contiene
en su exuberancia los ritmos
de
antiguos ritos y la alquimia de sones
que
se ahíncan en la raíz de lo vivido
Algo
de la dulzura que mana inefable
de
sus adagios revive las romanzas
que
el hombre deletrea en las
circunvalaciones
de sus afectos
más
hondos
Algo
de sus fugas y contrafugas
del
derroche de vientos y cuerdas
que
cincelan acordes que provienen
del
país del alma se bordan en las
petalerías
de un vivir
que
aún no hemos construido
Ojalá
que las amplias avenidas
de
sus cordajes
donde
perderse es encontrar
las
líneas que traza el universo
sobre
las perpendiculares de un
sol
que resplandece en el corazón
de
las más diminutas hojas de hierba
toque
a quien lo escuche
hasta
hacerse voz de una polifonía
del
vivir que contenga a todos
en
el resplandeciente milagro
de
lo verdaderamente humano
texto
y foto / ms / 2010
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Juan Sebastian Bach,
MS
miércoles, julio 26, 2017
HILO DE LUNA
En medio de la devastación
un hilo de luna suspendido
en el cielo
cortando la noche con su
espejo solar
traza en el cosmos la fugacidad
de un instante sin fin
y reitera la luz que
el hombre debe reinventar
para alcanzar un tiempo
un mundo y una historia
a la medida
de su humana y preterida
condición
Luna del 25 julio 2017
texto / mery sananes
fotos / The Tree Artist
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MS El Libro de la Luna - Hilo de luna
lunes, julio 24, 2017
LA OFRENDA MUSICAL DE JUAN SEBASTIAN BACH
JUAN SEBASTIAN BACH
21 de marzo de 1685 / 28 de julio de 1750
Hoy 28 de julio del 2009 se cumple un nuevo aniversario del día en que Juan Sebastián Bach, tras recuperar la vista por apenas unos instantes para divisar el rojo de una flor que Ana Magdalena le acercó a sus tumultos, se ancló para siempre en el territorio de su música.
Una verdadera ofrenda musical al hombre que aún no nace y que sin embargo se anuncia, se revela, se descubre en acordes en cuya escritura es posible anticipar la gigantesca dimensión de la creación.
Escucharlo es como asomarse al interior de una flor de baile. Como detenerse en los naranjas de un atardecer que queda para siempre anidado en los párpados. Como navegar en las pupilas de un niño que ríe.
Por eso Ana Magdalena dice que esta música viene pura del país del alma. Esa geografía que aún ignoramos, que a veces confundimos, que solemos dejar en los roperos del día, mientras agitamos razones que nos han robado la vida.
Por eso cada julio y cada marzo desde estas Embusterías invitamos a escucharlo, a detenerse en sus acordes y dejar que éstos fluyan hasta el país del alma, para hacer que allí aflore todo lo que los días llenos de prisas y sinsentidos nos arrebata, hasta dejarnos hechos de ruidos y de lejanías.
No es un oficio para iniciados. Es una travesía por un océano en pleno florecer. Una caminata al aire libre por los secretos del bosque. Un vuelo de mariposa entre constelaciones. Allí donde el corazón alcanza su propio lenguaje y se deja ir como un pájaro en busca del viento.
JUAN SEBASTIAN BACH- LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO
JUAN SEBASTIAN BACH, SIEMPRE
EMBUSTERÍAS DE ANA MAGDALENA
JUAN SEBASTIÁN BACH, 257 AÑOS DESPUÉS
texto y foto / mery sananes
28 julio 2009
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Juan Sebastian Bach
viernes, julio 21, 2017
MUDANDO EL CORAZÓN
Mudando el corazón
a hilario
regalador del corazón
que se estaba mudando
y que llegó a mis predios
Hoy
cambió mi corazón
La
partitura en tiempo de adagio
escrita
para su latido
venía
fragmentada
en una
disonancia de notas
desde los
días de mi nacimiento
No hay
armonía posible
cuando el
viento está
cuajado
de disparos
Había
perdido su cadencia
en el
trazado de una historia
que nada
sabe del scherzo
que
dibuja el albor
entre la
noche y el día
para que
a nadie se le
expropie
el asombro
de su
vivir
Andaba a
veces a prisa
como
corcel en el mar
y otras
se aquietaba
como el
espejo de un lago
aguardando silencioso
a la luna
Yo lo
arrullaba con el rítmico
canto de
los cardenales
y en las
madrugadas
lo ponía
a reposar
con las
ventanas abiertas
al
silencioso canon de los grillos
Y de
pronto un ser luminoso
vibrante
de colores
estremecido
de arcos
se
apareció en mis predios
mudando
su corazón
Y me dijo
toma éste
que acabo de
descoser de mi traje de yerbas
y
cerbatanas
Aún late
como el pétalo
que se
esconde en la llovizna
de una
rosa
que busca
una guarida donde
ir a
aposentar su arpegio
enamorado
Y ella
misma sin aguja ni
bisturí
con su mágica inocencia
lo colocó en mi pecho
Y
ahora tengo
un
rumor de cuerdas
que
resuena en mi respiración
un pincel
que restaña heridas
y un
latido que se despliega
amoroso
sobre las alas
de este
tiempo de destrozos
21 julio 217
texto / mery sananes
pintura / hilario barrero
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Hilario Barrero,
MS Atrilerías / Mudando el corazon
lunes, julio 17, 2017
EXPEDIENTE A UN ESTADO DELINCUENTE
Una vocinglería es un grito que asciende por los arrecifes del esternón, se estaciona sobre las cuerdas vocales y allí cincela, con la garúa de los suspiros contenidos, un expediente de arcilla, que como una honda se dispara hacia el aire, hasta escribir en el tiempo un clamor irreverente y tenaz por la vida.
CAUCE DE PALABRAS VIVAS
No es un desafuero ni un grito sin silabeo. No es un silencio abruptamente quebrado por una herida mayor. Es un cauce de palabras vivas, paridas en los lienzos del dolor, sin otra atadura que la que alcanza al otro quien a su vez la deja ir hasta la próxima estación de los sueños.
Es una carta escrita a lo largo de la historia del mundo, enmudecida de tanto escarnio, doblada en los pliegues de una piel que nunca se curtió de penas, buscando aljibes para alcanzar la estatura de la hierba. Construyendo abecedarios para rubricar una lengua que no espante.
Una vocinglería es un susurro, apenas un rumor, que hace camino desde los estremecidos muros de la tierra que cobija la muerte, hasta el diminuto agujero que alcanza la verticalidad de una chicharra, para desde allí emprender su travesía de grito.
Es una acusación y es un clamor. Una plegaria que se fuga por los tubos de un órgano antiguo, tramonta los vitrales y va al encuentro de los molinos de viento. Es el cuero recién tensado de un tambor que sabe que su resonar llega al otro lado de la colina, como si fuera una señal de humo escribiendo el mapa estelar de la esperanza sobre los cielos del planeta.
Una vocinglería es este retazo de letras organizando la rebelión de los verbos, para que nunca más sean utilizados en contra de otro. Insurrección del espíritu, capaz de espantar la violencia mediante la cual se aniquila un corazón desarmado e indefenso.
Subversión del grito para que retumbe en el oído de los sepultureros y los asesinos, hasta que no haya manos que dejen escapar los disparos, empuñen las hachas o expulsen los detonantes de fuego y masacre por los poblados del desahucio y el exterminio.
Una vocinglería, en el fondo, no es más que un poema de amor, que va sin estruendo haciendo nido en el corazón del hombre.
TIEMPO DE SOSPECHOSOS
¿Y cómo hoy, en este expaís destrozado, en este coloniaje del odio, en esta desventura del poder, no hacer de mi voz una vocinglería, de altos decibeles, para decirles a los pretendidos dueños de la vida, que somos culpables de todos los delitos que nos acusan, y que aquí venimos a entregarnos, antes de que vengan por nosotros, con solo esta estopa en la garganta, esta gota de sangre en la lengua, esta sal que derramó sus linos desde hace mucho sobre las gravas del tiempo?
Vivimos un tiempo en el cual cada uno de nosotros se ha convertido en sospechoso para quienes dirimen la dirección de la vida y la perpendicularidad de los deberes. Sospechosos de no ser dóciles, de dejar que las pupilas se extravíen en los fuegos de las tardes.
De no querer portar armas, de negarnos a ignorar al que pasa por nuestro lado, extraviado en las órdenes que alguien ajeno le impuso. Sospechosos para quienes son capaces de acometer los crímenes y tropelías que hicieren falta para mantener en alto la ausencia de jerarquía humana.
Vivimos un tiempo que se nutre de desechos y que se aferra a la delación, a la pérdida de la brújula del hacer que nos traslade al mañana. Un tiempo en el cual los poderosos, como ayer, sólo les interesa mantener su dominio, al costo que sea.
EL ESTADO POLICÍA
Y cuando se llega a ese punto, en el cual la mentira ya no fulgura como una verdad en los ojos de los mendigos, cuando la quiebra de lo humano se derrama como un aluvión sobre el reparto de los beneficios ajenos, cuando no basta la promesa demagógica para mantener en vivo el mito del repartidor de alegrías, al Estado que se utiliza como arma represiva no le queda otro recurso que organizarse en base a instituciones quebradas y pervertidas.
Cuando se pasa por encima de un mínimo código de deberes, espejo de alguna vision que se vigila y cuida, ya el Estado se dedica a producir instancias especiales capaces de contrarrestar todo lo que pueda erigirse en su contra. La ley deja de cumplir su función reguladora para cercar al hombre en todas sus expresiones.
Y el Estado se convierte en un estado policía, un estado delincuente, que se ve en la necesidad de legislar a favor del terror, con la excusa de contrarrestar a sus enemigos. Y cuando esto ocurre es porque el Estado ya no es más que una instancia que requiere de poderes extraordinarios, instrumentos represivos, para poder garantizar su propio sueño de dominación.
Y un Estado así está por sí mismo decretando su partida de defunción, aunque se lleve por delante a muchos seres atenazados, humillados, doblegados por medio de la coacción, el miedo, la amenaza, el chantaje.
Y qué paradoja que un Estado que se autoproclama revolucionario, antiimperialista y humanitario, termine utilizando los mismos instrumentos de los imperios de los que quiere diferenciarse.
GLOBALIZACION DEL TERROR
Curiosa coincidencia que tanto en Estados Unidos como en Venezuela, casi al unísono, se decreten leyes antiterroristas, dirigidas, no a acabar con el terror, de los cuales ambos son los principales accionantes, sino contra la disidencia, contra quienes se les oponen, contra quienes no se pliegan a un hacer lleno de violencia y de muerte. Ambos agentes demuestran así su condición fraudulenta.
Después de todo, en este planeta en el cual lo único globalizado es el narcotráfico y el terrorismo, la mercancía de la guerra y la rebatiña del petróleo, de uno u otro signo, a quién pueden importarle los tales derechos del hombre, de la vegetación o del aire contaminado que respiramos.
Hay uranio suficiente para sacudir la tierra. Hay armas suficientes para organizar todas las invasiones que hagan falta al predominio de uno o de otro. Hay el suficiente naufragio del hombre para permitir que millones de niños mueran de hambrunas. ¿A quién puede importarle entonces que a un ser humano se le asesine, secuestre, torture, veje, encarcele y desaparezca entre los muros del horror?
¿A quién importa que un niño se despedace con un explosivo a su cinto para que en nombre de alguna divinidad proceda a exterminar a otros hombres que nisiquiera conoce? ¿A quién que la masacre continúe, se extienda, se multiplique en todo espacio donde alguien es ajusticiado, exiliado, corrompido o domesticado por el simple hecho de existir? ¿Cómo, cuándo, quiénes detendrán este horror inacabable?
AQUÍ MI EXPEDIENTE
Y en ese sentido, señores cómplices de estos poderes, en todas las instancias en las que estén, antes de que se inicie una nueva etapa, ahora legalizada, de muerte y persecución, antes de que el miedo y el horror se instalen en cada esquina de este expaís en pleno destrozo, antes de que el vecino a quien me unían vínculos de amistad me delate, el señor de la esquina que cada día me ve pasar me mire de modo extraño, antes de que algunos de mis antiguos compañeros de viaje me comience a ver como si yo fuese su enemigo, antes que nadie me acuse porque profeso un credo libertario y un código de deberes, como el que sostuvo Pío Tamayo, de mejoramiento moral para con nosotros mismos, de ternura para con los nuestros y de solidaridad y sacrificio para con la humanidad, levanto aquí mi propio expediente.
Soy sospechosa de estar contra las tiranías, las dictaduras, las falsas democracias, las revoluciones mentirosas, y todo engranaje caudillo-mesías, que pretenda suplantar la vida de los pueblos por sus nefastos beneficios
Soy abiertamente culpable de enfrentar toda autocracia y toda expresión de violencia.
Soy culpable de negarme a ir a votar porque me opongo a legitimar el totalitarismo de este régimen y su carácter criminal.
Soy culpable de hacer y estudiar la historia actual con el fin de levantarle un expediente a este tiempo de asesinos.
Soy culpable de fabricar Embusterías cada día para poblar el horizonte de mandarinares.
Soy culpable de no conciliar, y de hacerlo con el único instrumento que tengo para combatir: una vocinglería, que es un grito, una denuncia, que resonará hasta los confines de este expaís, aunque me enmudezcan.
Y si eso ocurre, estas vocinglerías, que son mi carta de identidad, mi ADN, mi genética celular y astral, y las que seguirán surgiendo desde todos los parajes donde el hombre se sienta ofendido, disminuido, recriminado, se regarán por el aire y por el agua, haciendo sentir sus furias y sus sueños de un tiempo distinto.
ME DECLARO EN REBELIÓN PERMANENTE
Por ello, me declaro en rebelión permanente contra la injusticia, la privación de libertades, el atropello, la complicidad, las negociaciones, el abuso, el crimen, la superioridad de unos contra otros, el chantaje, la tortura, el vejamen, el hambre, la miseria promovida y mantenida.
Me distancio de los aduladores y traficantes de oficio, los que medran a la sombra de los poderosos, para alcanzar vergonzosos beneficios, los que se autocensuran y los que censuran, los carceleros, los pulidores de aldabas, los demagogos y los mentirosos, los que disparan sin misericordia, los que venden las armas y los que la revenden.
Confieso que trabajo a la luz del día, con las puertas abiertas y los teléfonos intervenidos, para abrir conciencia sobre el proceso de destrucción que vivimos, para convocar una conciencia colectiva capaz de oponerse, por la vía pacífica, al viejo orden que con nuevos nombres, nos ha convertido en expaís y en exseres humanos,
Y por todos esos cargos y antes de que me acusen de algo distinto a las faltas que he confesado, antes de que me siembren con alguna arma, droga o explosivo oculto, antes se me expida una orden de captura, o se me quiera sorprender en alguna esquina oscura, aquí presento mis señas y me pongo a disposición para que se me abra el juicio que a bien tengan.
ADVIERTO: MI JUICIO SERÁ COLECTIVO
Sólo advierto que mi juicio será colectivo. Y que si logran acallarme, detrás de mi, vendrán nuevas vocinglerías hasta refundar este tiempo de miserias que nos quiere convertir en verdaderos desechos.
Y que, con Whitman y León Felipe, he aprendido en mi tránsito por el dolor, que la luz viaja en una gota de lágrima que el corcel del viento toma entre sus alas para depositarla en las tierras baldías. Y que lo seguirá haciendo persistentemente hasta que al fin reverdezca la vida y los hombres puedan ser sacerdotes del hombre y sus propios sacerdotes, en un tiempo ungido de verdadera humanidad.
lunes, julio 10, 2017
DE LOS SUEÑOS QUE SUEÑO PARA TI
DE LOS
SUEÑOS QUE SUEÑO PARA TI
Carta de
Alberto a su hijo
George
Henrique en otro de sus julios
Hijo
Otro siete del siete se cumple en este año 17. Y una vez más nos reunimos
para cumplir los rituales de amor que aprendimos a ejercer juntos desde que
naciste.
No ha sido fácil el recorrido. Ni para tu madre, a quien no pude
acompañar el tiempo que debía, ni para ti que tuviste que crecer antes de
tiempo y alcanzar una seriedad que no correspondía a tus años.
La vida me despidió físicamente de tu lado y el de tu madre. Y cuando
eso ocurrió no habían aún comenzado a madurar los granos en el campo, y la
leche para llenar las taparitas todavía no había brotado de las ubres. Ya se
anunciaban los tiempos que habrían de venir. Y la angustia y la congoja eran
las coordenadas que rodeaban nuestro vivir.
Y sin embargo, era nuestra la alegría de descifrar el mapa de los
números y aprendernos los nombres de las nubes que nos conducían montaña arriba
hacia el territorio de los inviernos. Pude verte crecer a mi estatura y grabarme
esa sonrisa que me prodigabas cada vez que me dabas un abrazo, como queriendo
que nunca partiera de ese lugar.
Pero ni tú, ni yo, ni tu madre estábamos preparados para dejar vacante el
puesto de los sueños que jugábamos a construir con tu tía mery. Con ella
viajábamos al emporio del asombro y las imaginerías, como una manera de doblegar
las fuerzas que coaccionaban la brisa, los
aromas y el sabor del trigo y el maíz.
Y yo me fui cuando ella no estaba, intentando a su vez reconstruir un
mundo roto. Y tu madre, campeona en el
arte de las batallas perdidas, hizo de sus lágrimas un río que diera de beber a sus hortalizas,
un puente para cruzar las aguas los días de inundaciones y un pozo de agua
dulce que nutriera tus memorias con el sabor de las golosinas, los confetis y
la algarabía que poblaron tu nacimiento.
Y durante todos estos años tu madre ha sido tu viga, tu muro protector y
tu cajita de música. Te fue fortaleciendo las alas para que pudieras salir a
volar por tu cuenta. Sabía bien que yo te había dejado mi corazón plegado al
tuyo. Y que tu tía te cubriría siempre con esas alas que ella se inventa que
sirven para echar a volar todos los rituales de amor que ella vive derramando
como secretos talismanes.
Hoy estas cumpliendo 19 años, hijo. Y me parece que el tiempo no se
detuvo a contemplar la montaña donde me
guarezco en las noches. Que pasó raudo entre las colinas. Y en todo ese
transcurrir superaste las pruebas. Concluiste tu etapa primera de aprendizaje y
te dirigiste a conquistar nuevos espacios armado sólo con el equipaje de amor
que dejé cosido a tus aperos. Y sé que los has hecho muy bien.
No te han detenido tropiezos, dificultades ni la angustia de este tiempo
que se ha vertido sobre nosotros sin misericordia para dejarnos ver la parte
más inclemente del hombre y a la vez al hombre más vulnerado.
Hemos tratado de protegerte, no alejándote de la realidad, sino con esos
escudos protectores que los padres tenemos para los hijos donde quiera que
estén.
La tierra tranquila que conocimos perdió su verdor. Los ríos dejaron de
ser cristalinos. Los vientos quebraron las ramas de los árboles. Los rostros de
los hombres se volvieron turbios. Y perdimos la posibilidad de confiar en el
que siempre tuvimos al lado.
Veo desde mis montañas de este hermoso pueblo de Boconó, que conocí teñido de verdes, aromado de hortalizas, pletórico de esos rostros anónimos que conocen la magia de la niebla, el camino de las constelaciones y que leen en las estaciones de la luna el tiempo exacto del nacimiento de sus cosechas, todo lo que
ocurre y me entristezco profundamente.
Soñaba para ti un porvenir más amable. Y
para tu madre menos dificultades que las que ha tenido que confrontar. Pero sé
que ambos tienen material del bueno para enfrentarlas. Y en eso confío.
Pero como nunca te toca acerar tus convicciones, los principios de vida
que han guiado nuestros pasos. Los valores esenciales para hacer del vivir un ejercicio
profundamente humano, en medio de un tiempo que ha cambiado sus coordenadas
espirituales por geografías de guerra, estafetas de odio y circunvalaciones de
terror.
Hay que erguirse contra toda destrucción y jamás olvidar el más primitivo
de nuestros oficios: el de sembrador de semillas, ideas y acciones guiadas por
la justicia, la libertad y el amor.
Llegas a una edad adulta enfrentado a serias vicisitudes. Superarlas te
hará crecer en fortaleza, en claridad y en esa sabiduría que no se adquiere con
títulos académicos sino en la escuela diaria de una sobrevivencia que no
atropelle al otro que subsiste junto a nosotros.
Tendrás que exigirte más a ti mismo, tensar tus cuerdas al máximo,
comprender a cabalidad, como dice tu tía, que la vida es una difícil travesía,
pero que ella, si entrenamos el ojo para mirar y no sólo ver, nos entregará instantes
de plenitud, más valiosos que todo contratiempo.
Yo seguiré, en los términos el viento, acompañando tu andar. Procurando
que los huertos den sus frutos y que tengan tiempo de madurar. Soplando siempre
en dirección al porvenir, desde un presente que hay que construir, cincelar y
armar, casi como si se tratara de un gigantesco rompecabezas cuyas piezas
completas sabemos que no tenemos.
Sólo quiero concluir, hijo, con tres cosas. Estoy profundamente
orgulloso de ti. Cuídate y cuida a tu madre. Y no olvides jamás que
desde mis predios de neblina, mis cauces de agua, los territorios de los sueños
que cada día sueño para ti, voy a tu lado, sin espejo de sombra, y con la iluminacion de un diminuto farolito que me nombra, para entregarte una
presencia que queda conjugada a tus latidos, cada día, para siempre.
Tu padre
07 julio 2017
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