Cuando muere
un orfeón
las nubes no
lanzan sus gritos
las voces resuenan
por dentro
las horas
pasan llorando
las noticias
llevan el trágico
anuncio
y la obsesión
se fija en un nombre
una risa un
adiós
Cuando se
queda un orfeón en
las alas del
viento y se pierde
el vivir de muchachos
así
las lágrimas
ya no son de agua
ni tienen
color de banderas
Cuando muere
un orfeón así
se nos pierden
muchas esperanzas
de ver crecer
el festival que preside
las cuerdas
del amor
Cuando un
orfeón cae en una
isla apagada y
las voces del cántico
pasan a ser
numeradas en cajas
selladas al
consuelo de las madres
en cada hombro
se nos asienta
una partitura
inconclusa
el pesar se
agiganta
y se va por el
camino
de los más
hondos silencios
Cuando este
supremo cantar se
vino a tierras apesadumbradas
la
existencia nos tomó por las
manos del alma pra llevarnos a la
amargura de la urna que se volvió
tonada en penas y vimos cómo
ese
transitar de ataúdes se hizo
manantial
de lágrimas que nos llevó
a no querer
o poder entender que
aquella balada
nacida del más
adentro de esta juventud
llegase a una
tumba de huellas y
marcas
imborrables
Pero ya en el
camino de regreso de aquel
campo del recuerdo
de mágicos sonidos
con la
tragedia subida a los ojos del corazón
y en medio de copos
de estrellas de
aquel
anochecer de septiembre nos conseguimos
a los
encargados de decirnos que de las
mismas urnas
enterradas continúan brotando
acordes que se mantendrán como
presencia enamorada de la vida interminable
Sí esta vez el
golpe de ataúd en tierra
volvió a ser
algo verdadera y terriblemente
serio pero la vida
anduvo unida a ese
duro golpe y
volvió el yo no sé
y la gran
carga del odio de dios
para que todos
estuviéramos de frente
ante la
nostalgia de un cantar destrozado
Y dentro de este
todo terrible
la remembranza
de un
arte vocal sin
presupuesto
y se hizo recolectas y se dijo
que por encima
de toda diferencia
había capacidad
y comprensión para ayudar
la expresión
de los trovadores universitarios
Entonces el
hércules llevaba la resonancia
coral de la
alegría sin presentir que la
tormenta en la
isla Terceira de las Azores
la esperaba
Ahora la
canción está en el territorio
de los
girasoles en la magia blanca y
oscuras de las
voces que miran hacia
las notas que
otros van a entonar para
que crezca la
huella y dejar establecido
que seguirán en
la dimensión de la
música y la
vida
Es la cantoría
que queda esparcida
por las tardes
de los pájaros azules
que salen de
las olas convertidas en
mensajeras
para que prosigan las
baladas del
sueño de las azules boinas
que de nuevo
avanzarán a paso de
marcha
triunfal que proseguirá en la
entrega de
amores y la celebración
por siempre
compartida será grito que
le dice al
mundo que este orfeón sigue
su propio
vuelo y que nunca nadie podrá
enlutar ni
enterrar su cantar
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