Te
conocí un día recorriendo vagones vacíos sobre rieles deshabitados. Te vi
destejiendo los hilos de una planta en busca de la flor que cobijaba, sin poder
encontrarla. Y me bajé en la estación de la tristeza para descifrar la dimensión
del dolor que te atormentaba.
Advertí de inmediato que con los hilos ibas bordando palabras que parecían bajeles sobre un mar sin oleaje que se convertían en versos que recortabas de velámenes rotos.
Nada te pregunté. Pero me fui al territorio donde anidan las penas y allí volví a encontrarte alojado en el interior de una lágrima que jamás se desbordaba.
No se pregunta por las ausencias. Se acompañan en un soliloquio que quiere ir dejando a orillas del tiempo, alguna hierba mágica que deshaga los maleficios.
Y comencé a conocerte en la sonoridad que dejaban los versos después de leerlos. Y te vi rediseñando la vida extraviada. Y aliñando con barro el cántaro de tus adioses.
Lejos de irme me sembré en las estafetas que conservan las memorias que se marcharon y me puse a reinventar un alfabeto que tuviese la virtud de alcanzar al otro.
A ratos te marchabas y luego regresabas con otro cargamento de palabras de lluvia y verbos desarraigados de toda movilidad. Yo acampaba en las afueras y te devolvía, dibujado sobre el pétalo de una cayena, el sueño de una esperanza, agitada como un pañuelo sobre un torbellino de arena.
Y de pronto reapareciste esculpiendo jardines de algarabía sobre rostros olvidados. Y se desató tu verso como una tolvanera de adjetivos y adverbios devolviéndole la presencia a quienes siempre fueron y siguen siendo los sembradores de risas sobre tierras resecas.
Te escuché redescubriendo un aroma de lunas, la más fina terracota, el primer rubor en las mejillas del alba y el pasaje donde habitan los pistilos de la luz.
Te conseguí imantando la palabra con una orfebrería de sístoles destilando sueños de justicia y belleza sobre tiempos rotos. Adornando tu decir con guirnaldas de geranios y mazorcas de pan y viento.
Y me quedé sorprendida con los revuelos de tu palabra danzando sobre un mar de lirios.
Hoy supe que cumples años y quise escribirte esta carta que era una antigua deuda con el desbordado afecto que me has dejado sobre la estructura rota de una viga que sueña ser palabra de azules.
Mis deseos: que no se detenga el vuelo de tu pluma, que sigas recogiendo la flor que se oculta, la fugacidad del rayo, la dulzura del panal y el eterno trino de los pájaros jugando a hacerle coro a los grillos.
texto y foto / mery sananes
Serie Cartas
06 de mayo 2021
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6 comentarios:
Gracias por tu publicación .
Que belleza infinita!! Que hermoso recibir una carta tan singular y amorosa.
Tu poesía es pura Vida...imágenes poéticas que calan hondo en los corazones sensibles y humanos.
Hermoso leerte.
Poeta de la palabra y el verbo justo.
Mi Abrazo entrañable Mery querida.
Gracias!!
Siempre me conmueves con tus palabras. mi querida Silvia. Y te las agradezco inmensamente desde ese sitio donde descubrimos de pronto que andábamos por senderos similares, y que nos juntábamos en la percepción del dolor y de la belleza. Gracias por tu compañía y tu presencia. El cariño ya quedó más que establecido. Como el abrazo que ahora te dejo.
Las ausencias son duras....pero tu tienes el don de endulzarlas.
Gracias infinitas Mery Sananes por tan hermosa carta a mis cumpleaños, a toda una vida de entrega y resistencia. En ingles podría decir that you are an stardust Memory. A Memory made into the finest poetry, the one that is a forestas: 100% chance of mansedumbre de lluvia fértil de mayo. Asi como en las lineas de esta carta, asi es tu poesia en donde uno se llega a dar cuenta de los secretos que hay en la victoria de la sangre derramada. Es una carta sobre un mar de lirios tan íntimamente tejida que mi alma que iba hacia una rentada cantina por un bote de cerveza.... se detuvo en seco como fulminada por un rayo. El alma regreso sus pasos hacia la calurosa noche de los veranos donde todos los niños del planeta tenían una cita con sus sueños .....Gracias poeta Mery Sananes, tejedora de cantos de las latitudes. La mas liviana de tus poesías, respira, como en esta carta sobre un mar de lirios la fontana fundación del aire fresco que siempre va de viaje hacia las auroras. Gracias, Gracias.
Gracias poeta Lionel por esta hermosura de comentario que me has dejado. He reflejado un encuentro, un tránsito y una esperanza. Todo leído en los intervalos que dejan los versos entre ellos, para que quien los lea, se detenga a suspirar antes de continuar. Porque solo así la palabra puede devolver en algo lo que recibe. He procurado pintar tu retrato, pero no a la manera de los paisajistas sino más bien con los pinceles de Monet, o con el girar de Van Gogh renombrándolo todo. Gracias emocionadas.
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