UNA CEBOLLA NOS HACE
LLORAR
Ya nos los decía el poeta
Miguel Hernández
mas no trabajaba para
el llanto
sino para llevarle
al hijo el brote purísimo
de un verde lleno de luz
y para dejarle a su amada
los infinitos brotes de alegría
que esa cebolla
le entregaría a su hijo
para que nunca olvidara
la fibra más hermosa decidida
a seguir llenando el
mundo de verdes solares
de raíces que por debajo
de la tierra siguen
y seguirán para siempre
iluminando la vida
y hacer que los que
se nos marcharon y
habrán de marcharse
sigan dejando sus huellas
de amor sobre este trágico
mundo de ausencias
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
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