viernes, junio 08, 2012

A ROBERT DESNOS - ESE CORAZÓN QUE ODIA LA GUERRA

04 de julio de 1900 – 08 de junio de 1945
Nacido en París y muerto en el campo de concentración de Terezin, en Checoslovaquia




Erase una hoja, con sus lineas
Linea de la vida
Linea de la suerte
Linea del corazón
Erase una rama justo al borde de la hoja
Linea salvaje, símbolo de vida
Símbolo de suerte
Símbolo del corazón
Erase un árbol justo al borde de la rama
Un árbol digno de vida
Digno de suerte
Digno de corazón
Corazón grabado, perforado, reperforado
Un árbol que nadie ha visto jamas
Eranse raíces justo al borde del árbol
Raíces viñas de vida
Viñas de suerte
Viñas del corazón
Al borde de las raíces estaba la tierra
Solamente la tierra
La tierra redonda
Solamente la tierra a través del cielo
La tierra.

Robert Desnos

A Robert Desnos

Desde la inclemencia
de una noche eternizada
en milenios de espejos
destrozados
irguiéndote como raíz
de la vida
al borde justo de un árbol
que se enhebra en la tierra
sobre los erizos del odio
el poema inédito que quedó
grabado en tu pecho
cada día estalla en versos solares
para recordarle al mundo
que el corazón del hombre
se alimenta de estaciones
y de mares
de días y de noches
y que la guerra es un ejercicio
ajeno a su existencia
distante a su vivir
que el salitre sirve para endulzar
las olas y nunca para aceitar
los engranajes de las armas letales
que las campanas tienen sabor
a campiña cuando convocan
al festejo de las cosechas
y que el concierto de latidos
asaltará siempre los acantilados
para devolverle sus pupilas de agua
a los pelícanos
mientras
este corazón que como el tuyo
odia la guerra
y ama las estaciones
y las mareas y los pájaros
y las arbolas de brazos extendidos
no cesará de batallar desde su ternura
hasta acallar por siempre
las cóleras desafiantes
de los guerreros y asesinos
de todos los tiempos

mery sananes


Este corazón que odió la guerra,
hoy anhela el combate y la batalla.
Este corazón que sólo latió al ritmo de mareas y estaciones
de las horas del día y de la noche,
se inflama ahora y manda a sus venas
una sangre palpitante de salitre y de odio.
Tanto ruido lleva al cerebro que los oídos silban,
Y no es posible que ese ruido no invada la ciudad y aún los campos
Como el sonido de una campana llamando a la rebelión y al combate.

Escuchad cómo vuelve en la repetición del eco.
Pero no. Es el ruido de otros corazones.
Es el ruido de millones de otros corazones que laten como el mío en toda Francia.
Todos esos corazones palpitan al unísono con la misma mística.
Su ruido es el del mar al asalto de los acantilados
Y toda esta sangre lleva a millones de cerebros la misma consigna :
¡Todos contra Hitler y muerte a sus secuaces!
Sin embargo este corazón odiaba la guerra y palpitaba al compás de las estaciones,
Pero una sola palabra : Libertad
despertó las cóleras antiguas.
Y millones de franceses se preparan en la sombra para el alba que le devolverán.
Queridos corazones que harán la guerra y lucharán por la libertad
con la certeza de las estaciones y de los mares
Con la fuerza del día y de la noche.

Robert Desnos

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinario. Abrazos. Gracias. Muy oportuno. Rosina Valcárcel

Juan Ruiz dijo...

Bella forma de tejer un nido de versos desde la rama, un gran poema y homenaje a Desnos.
Abrazo fraterno Mery

Navil Naime dijo...

Benditos quienes cantan y abogan por la vida

Marcelo Sztrum dijo...

Gracias Mery. Otra de nuestras numerosas coincidencias: amar a Desnos... ¡Desde el vamos...! -en mi caso, desde una adolescencia porteña y surrealista ya, con un grupo de amigos queridos a quienes la importancia del surrealismo argentino -el gran Aldo Pellegrini, sin ir más lejos- les daba buen lugar y buen cobijo.

Administrador dijo...

Así es, mon cher Marcelo, desde siempre nos han juntado visiones similares, sueños y destemplanzas también semejantes. Recibe mi abrazo jamás interrumpido.

Carlos Morales del Coso dijo...

Hasta el último momento de su vida encontró en la evocación de su amor el último muro tras el que protegerse de los infortunios de los campos de la muerte.

Concha Palafox Lopez dijo...


Gracias por esta muy personal poesía

Juan Martínez Iglesias dijo...

También él mío,
corazón fisurado por los odios,
ama la misma paz que él amaba.
Hoy me siento feliz, acompañado,
por esos corazones que son árbol
y pájaro y simiente verdadera.
La misma que él sembró,
flores eternas.

Administrador dijo...

Gracias Juan por dejar, como siempre lo haces, estas hermosas palabras a orillas de los latidos infinitos de Desnos.

Margot Sananez dijo...

Poemas hermandados con unas gran coincidencia. Que reflejan Amor , Libertad, Amistad, Muerte qué se entrelazan entre sí

Idbelty Lugo Marmignon dijo...

"...que la guerra es un ejercicio ajeno a su existencia..." Transtextual poema el suyo a Robert Desnos, poeta Mery, como si un sólo árbol los tres poemas: el suyo el poema del centro , y una misma esencia la savia de cada uno a los tres circulándoles por sobre todas las guerras sólo las primaveras.


Administrador dijo...

Gracias Idbelty por esas palabras que conjugan con precisión y belleza los textos que dejamos en homenaje a Desnos.

Anónimo dijo...

Gracias a tí querida Mery, tu luz en el poema hasta el corazón...