domingo, junio 03, 2012
DE LAS PALABRAS - NAZIM HIKMET
Nazim
Hikmet
(Salónica, 15 de enero de 1902 / Moscú 03 de junio de 1963) verso y palabra
tejidos en el interior del corazón, desde la primera vez que vimos deletrear la
libertad desde el fondo de un pozo que jamás fue almácigo de agua. Desde
entonces nos acompaña dulcemente como una banderola extendida de sueños, como
un suspiro que se nutre de la lluvia, como un tiempo que algún día se
construirá sin cárceles ni carceleros, hecho a la medida de sus agigantías de
amor.
Invitamos a recorrer
sus recintos amurallados desde los cuales dibujó los horizontes sin límite del
infinito oficio de vivir. Hizo del planeta su casa, y del grano de trigo que no
fue pan para su mesa, un campo servido
de flores para festejar la vida. Delineó la condición humana, desde donde le
quitaron hasta el aire. Y dibujó sobre paisajes invisibles el paso del viento,
el sonido de las aguas, el concierto de la alegría cuando el hombre ama. Surtió
la vida con el manantial de su dulzura,
como si lo terrible no existiera derramado como un precipicio sobre las
pupilas desencajadas de un tiempo sin futuro. Y abrió boquetes como quien
siembra membrillares en el huerto imaginario de los espacio de la luz.
Sus versos son
andanzas para establecer con ellos un estatuto del vivir. ¿No bastaría acaso para dejar de vivir sobre la tierra como un
inquilino, para vivir como una ardilla sin esperar nada fuera y más allá del
vivir? ¿No será suficiente comprender que en las cuatro estaciones se encierra
todo el secreto de lo vivo y que en las estrellas más lejanas está escrita la
lección del vivir? ¿No podremos acaso, armados de flor y arcilla, brisa y rama,
aldea y universo, comenzar a edificar la casa del hombre, sin muros ni
murallas, sin alcabaleros ni gendarmes,
sin legiones de sepultureros, tan solo con la mano extendida hacia
el hermano hombre, para sembrarle amaneceres a la muerte? mery sananes/ 2006
No vivas en la tierra
como
un inquilino
ni
en la naturaleza
al
modo de un turista
Vive en este mundo
cual si fuera la casa de tu padre
Cree en los granos
en la tierra, en el mar,
pero ante todo en el hombre.
Ama la nube, la máquina y el libro
pero ante todo, ama al hombre
Siente la tristeza
de la rama que se seca
del planeta que se extingue
del animal inválido
pero siente ante todo la tristeza del hombre.
Que todos
los bienes terrestres
te prodiguen la alegría
Que la sombra y la luz
te prodiguen la alegría
Que las cuatro estaciones
te prodiguen la alegría
Pero ante todo, que el hombre
te prodigue la alegría
Duro Oficio el Exilio, Buenos Aires,
Editorial Lautaro, 1959. La traducción al español de Alfredo Varela, realizada con la
colaboración del autor.
ACERCA DEL VIVIR
El vivir no admite bromas.
Has de vivir con toda seriedad,
como una ardilla, por ejemplo;
es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir;
es decir, toda tu tarea se resume en una palabra:
VIVIR.
Has de tomar en serio el vivir.
Es decir, hasta tal punto y de tal manera
que aun teniendo los brazos atados a la espalda,
y la espalda pegada al paredón,
o bien llevando grandes gafas
y luciendo bata blanca en un laboratorio,
has de saber morir por los hombres.
Y además por hombres que quizás
nunca viste,
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,
y además sabiendo que la cosa más real y bella es
VIVIR.
Es decir:
has de tomar tan en serio el vivir
que a los setenta años, por ejemplo,
si fuera necesario plantarías olivos
sin pensar que algún día serían para tus hijos;
debes hacerlo, amigo, debes hacerlo,
no porque, aunque la temas, no creas en la muerte,
sino
porque vivir es tu tarea.
II
Sucede, por ejemplo,
que estamos muy enfermos;
que hemos de soportar una difícil operación;
que cabe la posibilidad
de que no volvemos a levantarnos de la blanca mesa.
Aunque sea imposible no sentir
la tristeza de partir antes de tiempo,
seguiremos riendo con el último chiste,
mirando por la ventana para ver
si el tiempo sigue lluvioso,
esperando con impaciencia
las últimas noticias de prensa.
Sucede, por ejemplo, que estamos en
el frente,
por algo, por ejemplo, que vale la pena que
se luche.
Nada más comenzar el ataque, al primer movimiento,
Puede caerse cara a tierra, y morir.
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,
y a pesar de todo, preocuparnos
apasionadamente
por esa guerra que puede durar años y años.
Sucede
que estamos en la cárcel.
Sucede
que nos acercamos
a los cincuenta años,
y que falten dieciocho más
para ver abrirse las puertos de hierro.
Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera,
con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,
es decir, con todo el mundo exterior que se halla
tras el muro de nuestros sufrimientos;
es decir: estemos donde estemos
hemos de vivir
como si
nunca hubiésemos de morir.
Se enfriará este mundo,
una estrella entre las estrellas;
por otra parte una de las más pequeñas del
universo,
es decir, una gota brillante en el terciopelo azul,
es decir, este inmenso mundo nuestro.
Se enfriará este mundo un día,
algún día se deslizará
en la ciega tiniebla del infinito
-no como una bola de nieve,
no como una nube muerta-,
como una nuez vacía.
Desde ahora mismo se ha de sufrir por todo esto,
ha de sentirse su tristeza desde ahora,
tanto ha de amarse el mundo en todo instante,
se le ha de amar tan conscientemente
que se pueda decir: "HE VIVIDO".
Traducción ©1970 Soliman Salom
De "Nazim Hikmet: Antología", Alberto Corazón, Editor, 1970, Madrid
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2 comentarios:
Genial, gracias, Rosina Valcárcel
Maestro, el poeta turco comunista quien padeció cárcel muchos años. Gracias, saludos. CARLOS OSTOLAZA
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