domingo, octubre 10, 2010
LO QUE EL CORAZÓN QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA
Muchos se preguntarán qué hace esta entrevista en Embusterías. Trataré de explicar las razones a quienes pudieran estar
interesados en escucharlas.
Y lo primero sería afirmar que lo que dice el cientifico, el académico, acreditado ante instituciones prestigiosas, siempre es más creíble que lo que dice el poeta. El primero estudia, investiga, somete a ensayo y error sus hipótesis, y finalmente cuando éstas se vuelven comprobables, las difunde para el conocimiento publico.
El poeta carece de esos instrumentos. El poeta intuye, imagina, sueña, recrea, fantasea, predice, se adelanta, se equivoca, retrocede, y sentencia, sin ánimo de convencer a nadie de todas las adversidades que lo llevan a escribir sus verdades. Simplemente las delinea, las traza como si fuese un pintor impresionista, o las desdibuja como si fuese un enigma por descifrar y deja así sus palabras, con la ilusión de que se conviertan, por arte de algún viento gigante, en semilla de vergel.
¿Y quién va a escuchar a un ciego?
Pero resulta que, como bien lo decía León Felipe, el poeta prometéico, no el doméstico, habla antes que nadie, intuye antes que el político, el religioso y el historiador, y aguarda que su paso se haga señal en un carrera de relevo hacia la vida, que aún no se vive.
¿Y qué es una embustería sino la verdad que
se refleja en la pupila de un niño?
Leyendo en este día diez del mes diez del año diez, a este joven médico, reflexionar, en el 2004, sobre lo que el corazón quiere con tanta fuerza que la mente se lo muestra, uno encuentra en sus palabras la esencia de la poesía y en la ciencia la capacidad para traspasar las fronteras de lo formal para adentrarse en las misteriosas razones de la existencia.
Porque lo que actúa con tanta fuerza sobre el individuo, sin duda que ejerce su función en la sociedad, cuando el colectivo decide inventar su propio futuro. Porque cuando eso ocurre, los caminos se abren paso, allí en ese vértice del que hablaba Saint John Perse, que junta ciencia y poesia ante un mismo asombro.
Después de todo la psiconeuroinmunobiología, materia sobre la cual
ha hecho un amplio trabajo la Dra. Marianela Castés desde hace
muchos años en Venezuela, no hace sino descubrir de manera científica lo que los poetas, los creadores llevan milenios diciendo. Sólo que esa visión hacia el porvenir, esa capacidad visionaria para ir más allá del propio sufrimiento hasta ahora sólo ha podido dejar una palabra escrita, un testimonio irrefutable, un expediente abierto, aunque no haya
servido para su propia causa.
Porque ¿cómo ha de servir la sanación individual
en medio de
una sociedad enferma, de un planeta
condenado
a todas las extinciones?
Sólo que hoy la ciencia que logra deshacerse de la mercancía
y coloca la salud en el centro mismo de un corazón que siente,
puede entregarnos instrumentos dimensionales,
posibilidades infinitas, para avanzar simultáneamente
en ambos sentidos: el individual y el social,
para converger en una ilusion de vida creativa,
imaginativa, afectiva y profundamente humana.
Vale la pena intentarlo, en la paleta del pintor,
en el escenario del político, en el laboratorio del científico,
en la soledad abismal del poeta,
en los decibles sin fin de una música que aún
no se ha compuesto, en el corazón de las madres
y en el milagro de cada niño que adviene a la vida
disparando su fusil de ilusión sobre las fronteras de los otros.
Dice este médico que la palabra es una forma de energía vital.
¿Y quién puede dudarlo? Sólo que nos hemos acostumbrado
a utilizarla para dinamitar no para construir,
para arengar, domesticar y atrapar, no para liberar.
Para someter no para compartir.
Para disgregar, dividir, separar
más que para
juntar, abrazar.
Y esas palabras han inventado a su vez
una innumerable terminología llena de guerra,
exterminio y muerte. Hasta habernos robado casi en su totalidad
el misterio y el milagro de la palabra que se escribe o se dice,
en grito o en susurro, para aromar los días.
Y si ni siquiera ya el silencio nos queda para
conjugar el verbo vivir, eso quiere decir que hay que
reinventar esa energía vital hasta que recobre
sus espacios naturales, hasta que recupere su territorio esencial,
hasta que retome su travesía de pájaro, su vuelo de pez,
su corazón de florerías. Y a eso hemos invitado y seguiremos
invitando desde estas embusterías
que hoy se ponen traje cientifico para seguir
iluminando sus travesías de porvenir. ms
Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.
Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente
Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas. Soy católico. Acabo de publicar Madera líder (Empresa Activa)
IMA SANCHÍS - 18/10/ 2004
- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.
- ¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.
- ¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.
- ¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.
- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
- ¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
- Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretació n de la realidad.
- Más recursos...
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con transtornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.
- ¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".
-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado.No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.
- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.
- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.
- Deme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
- Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
Etiquetas:
Mario Alonso Puig,
Psiconeuroinmunobiología
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1 comentario:
Poeta: viste? Tus nos da la medicina de las palabras y eso nos hace sonreir y soñar. Un abrazo Ro.
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