viernes, mayo 25, 2012

UN PIANO SOSTENIDO



 
Quién le devolverá a las alas
los días robados al abrazo
que se arremolina en el aire
cuando se desborda de los
párpados un tropel de risas

Quién repondrá el sabor
a campanas en vuelo
de las horas que se
mecen en el dintel
de los asombros y la
escarcha encantada
de las flautas

Quién restituirá el ritual
de las mañanas
traspasando cristalerías
en el hallazgo
de la vida que se mece
en la danza de las hojas
que regresan al regazo
de sus ramas

Quién reinventará la
huella de aquel diminuto
escarabajo que escribía
sobre los dinteles
los secretos arrullos
de las noches

Quién responderá por los
intervalos sin secuencia
que sustituyeron las
travesías por el canto
de los cardenales
la corteza de los árboles
y el festín del agua sobre
el laberinto de una
mágica alcantarilla
por donde navegaban
bajeles de fantasía

Quebraron el engranaje
de un tiempo sin agujas
y le colocaron alambradas
a los suspiros
trampas a un andar sin
naufragios
portales a la incandescencia
de los rayos que le tejen
enjambres de miel a los rizos

Hoy la minutería se detiene
cada siete días como si
alguien pudiera corregir
los ejes lunares o las
circunvalaciones de un
sol en su ocaso
como si el viento se
pudiera partir en dos
o alquilarle una lágrima
a la noche de las ausencias

Hay sin embargo algo en 
el entramado de la vida
que no se deja seducir
por las sonoridades
de lo inútil que no se
esparce ante el mazo que
quiebra el espejo de
las imaginerías
algo que se aglutina
una y otra vez
sobre el cordaje
de donde partió

Y allí en ese recinto
deslumbrante donde sólo
rige la asimétrica movilidad
de un piano sostenido
sobre una partitura única
y eterna se grabará
con brotes de campánulas
la cadencia exacta
de los tiempos que serán 


texto y foto
mery sananes 
25 mayo 2012

Mozart, Fantasía en re menor 
Glenn Gould




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