lunes, enero 28, 2019

MEMORIAL DE DESPARPAJOS


Rafael Olbinski



MEMORIAL DE DESPARPAJOS

En este memorial de desparpajos la palabra
es una oscura pendiente que hace mucho
perdió su sonoridad de piedra y remanso
y va hoy cargada de pólvora para desenvolver
acertijos en una lengua extraña con la que
nadie se comunica

Cada quien carga su propia conjugación
expedita para zaherir sellada para aprehender
vacía para contener

Con ese verbo nos hemos convertido en ajenos
y formamos parte de un enjambre
que no hemos creado pero que se agiganta
hasta que nos arropa el silencio

En cada consonante aguarda una celada
y no hay oración alguna que concluya en 
un acierto los verbos en desbandada van 
fraguando cada uno una diáspora que sólo 
deja la huella de sus ansias

El adjetivo va a sus anchas pintando cada 
rostro con la silueta de algún mal y el suspiro 
se ha quedado dormido sobre un punto que
ya ni siquiera es capaz de volverse exclamación

Así vamos despedazando los sonidos hasta 
quedarnos callados en medio de los gritos que 
socavan las gargantas inutilizadas para escribir 
oraciones en la tempestad de los haberes

Impera sólo ese invento de la malicia 
ese encono del odio que se atiza aún 
sin la conseja de la brisa
esa rabia que se agita sobre los peldaños
como agua que corre montaña arriba para 
regresar con fuerza de torbellino a inundar 
las caricias que no nacieron

Y en medio de este descalabro del abecedario
de esta tormenta de vocablos inútiles esta trágica
secuencia de la palabra muerte que avanza 
in crescendo qué nos queda para irrumpir en el 
destrozo y acompasar el tenue hilo del soliloquio 
en busca de un mar sonoro y musical

Ya no hay prédica ni predicados que sinteticen
la dimensión de la vida se nos ha olvidado la 
tarde empeñados en socavar los cimientos de 
los amaneceres y así cargamos la noche como 
una bala perdida incrustada en los deseos

No hay espacio para darle cabida a la simiente
de un abrazo ocupados como estamos 
en hazañas de vacía rebeldía y en una 
retórica de misiles disparados en una batalla 
de la que nadie saldrá ileso

En los calendarios de horror y desaliento 
la palabra se deshila hasta desaparecer 
en el andén de los desechos pierde toda 
resonancia y se despliega como un 
contingente armado aguardando 
a quien disparar

Nada nos devuelve la mesura ni la cadencia 
de una armonía perdida el hastío toma el lugar 
de los diptongos y a la final una sola vocal aúlla 
sus intemperancias mientras la lengua cumple
 certera los designios de babel

La cronología se hace trizas lo vivo se extingue 
en cada resquicio tomado por la devastación y 
el desafuero y sólo nos queda un rubor rielando 
sobre el archipiélago de noches sin amaneceres

Y si cada uno de nosotros no deshace 
esta travesía por el incesante trayecto de 
la bala hasta consagrar la resurrección 
de la semilla y la conjugación de las
palabras en porvenir todo lo demás 
hasta la más honda de las entregas y 
el más deslumbrante de los adverbios 
quedará como yesca que no enciende

Hay que invertir todo pretérito y avanzar 
por el frágil pasadizo de una lengua que 
nombre como si fuese por primera vez 
cada instancia expropiada al hombre

Rescatar las huellas estampadas en los 
agujeros encriptados de la desesperanza 
hasta que alcancen el fuelle brioso de los 
algoritmos del existir

Alcanzar la ingeniería de una lengua 
conjugada en la octava clave de los misterios


Publicado en Palabras Conjugadas
Caracas, CPT-CEHA-UCV, 2016, pp. 15-17




mery sananes
16 de agosto del 2011

5 comentarios:

Yila Mora Quiros dijo...

Un poema del silencio y del grito.
La inutilidad del no poder cambiar lo esencial, mejor mirar al cielo de noche y sus estrellas.

Xiomara Alicia Morales Rojas dijo...

Hermoso y conmovedor ..

Silvia Libkind dijo...

Bello! Abrazo de osa Polar!! Mery querida

Manoli Mañogil Ñíguez dijo...

Dios mío!... Cada vez me sorprendes más, querida Mery!...
Eres magnífica y única!...
Ese extraordinario don de poder expresar tan bellamente tus nobles sentimientos, ( que muchos de tus lectores- admiradores compartimos) es divino!...
Que suerte haberte conocido y que honor poder llamarte: amiga!...
Un abrazo inmenso!...

María García Romero dijo...

Gracias por tanta belleza, Mery Sananes