para Anahilma
en sus 98 primaveras
Como un pájaro carpintero
adherido a la corteza de un
árbol dejando en cada latido de
su pico un allegro inconcluso
Como un cauce de agua
estremecido por el guijarro
que el niño le envía para
irse navegar en el círculo
de su oleaje
Como la flor invisible
que en su fuga viaja
hacia los pliegues de los
quereres que se quedan
prendidos en la diáspora
de las hojas
Así te alcanzamos
donde quiera que estés
para dejar grabado en el
cielo de tus ojos
tempestades de abrazos
en la vasija de tus manos
un plenilunio de cocuyos
y en el dúlcimo ajuar
de tu corazón
un canto que lleva
y llevará siempre
tu nombre de mágica hada
de los encuentros que
jamás se desvanecen
04 agosto 2020
texto y fotos
mery sananes
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