de los niños que enarbolan en su andar
las embusterías mayores de la vida
ascenderán la cúspide de los saltamontes
descenderán por el alero de las mariposas
deletrearán el abecedario de los sapitos
descifrarán el enigma del canto cristofué
o cabalgarán diminutos en el lomo
de las tortuguitas escapadas del estanque
de las marinerías del amor
Sé que sobre la hierba dibujan filigranas
que emigran a las circunvalaciones de los cometas
mientras trazan elipses en la danza sin fin
de sus travesuras para abrirle boquetes
al viento de las tempestades
Sé que sus pasitos destilan antojos
para anclar sus titireterías al borde
de un suspiro que se resquebraja
en el abrigo del abrazo que los contiene
que no se detienen en las noches
que convocan al encantamiento de los silencios
y que adivinan el salto de los pájaros
en los linderos del bosque que los habita
Sé que somos espectadores que escudriñamos
en esos pasos la levedad del viento
el tintineo que huele a aguacerito
la nostalgia de aquellas aves que deben dejar
su vuelo celestial para regresar a los nidos
de alpiste y de sol
Y que lo hacemos manteniendo a raya la tristeza
sujetando con hilos de cobalto la melancolía
anudando la noche en la franja naranja
de los horizontes para que no opaquen el espejo
de sus ojos ni la transparencia de sus andares
apostando a que no habrá de apagarse
el resplandor que las centellas le regalan cada día
a sus párpados sino que habrá otro bajel
donde navegar en el siempre para
reencontrarnos con los amores que nunca cesan.
Sé sin embargo que se agostan cada vez más las veredas
donde danza la grama su canción de primavera
que se van haciendo diminutos los cielos
que respiran estrellas los pastos que hacen crecer
las móviles espigas de sus manos
que nacen colmadas de confiterías
los sentimientos que no se dejan sujetar
por cordeles que quiebren la tesitura de los sueños
Y entonces la armonía se torna un crescendo
de cuerdas mientras hacemos rituales
desde el recinto acuático donde los lirios
escriben el estatuto frugal de la vida
desde los pliegues acorazados de un plumaje
cardenal en alianza de amor
para que mañana ellos recreen por nosotros
el lenguaje con el que hoy festejamos
este andante con brío en continuo vivace
05 de junio del 2008
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