domingo, agosto 08, 2021

EL DON DE LA ALEGRÍA


Nunca supo la hondura de la ausencia
que dejó aquel agosto de penumbras
porque ocupaba su tiempo en macerar
 hierbas para mágicos brebajes
en aliñar los días con la sazón de 
sus pasos en preparar viandas 
que repartía en todos los
vecindarios que le cabían 
en el corazón

Experta en el arte de las confituras
convertía la piel de las toronjas en un
derroche de mieles y procesaba 
pacientemente el aromado equipaje 
de las guayabas hasta convertirlas
en un río de azúcares que tomaba 
por asalto los techos las paredes el fogón
hasta que la larga paleta de madera
cumplía sus labores de cuajar
aquel hervor en generosa ofrenda
de conservitas que ofrecía a los
visitantes que se detenían en 
el umbral de su memoria

Conocía mejor que nadie la ciencia
del maíz de donde emergían 
empanadas rellenas de un guiso 
de amor cuya receta quedó estampada 
en la mazorca que desgranaba 
como un ritual de madrugada

Guardaba celosamente en el costado
de su vestido un diminuto pañuelo
capaz de escanciar todas las lágrimas
y que cuando lo desenvolvía dejaba salir
de sus pliegues cantos de pájaros
y cuentos de aparecidos que a veces 
emergían en las calles de su barrio

Aprendió del maestro esteban 
el oficio de albañil y del primer amasijo 
de barro fue haciendo florecer 
una casa de tantos cuartos como
niños iban llegando a su regazo
nunca faltó el guarapo que mitigaba 
las carencias ni el mango maduro 
que destilaba sus dulces hilachas 
entre los mordiscos
que lo devoraban

Tenía el don de la alegría construido
sobre las más terribles de las tristezas
un día se le fue marcos cuando apenas 
iniciaba su travesía por los sacos de samán
y luego se le fue rafael el mayor de todos
cuando el frágil andamiaje que lo sostenía
alzó vuelo con su sonrisa de niño a cuestas

Sobrevivió tantas batallas anónimas
que sería imposible enumerarlas
pero su rostro jamás cambió su temple
porque en el anverso de sus manos
cabían todas las caricias

Se nos fue un agosto que jamás 
ha terminado y sin embargo regresa 
cada mayo a encender las catedrales 
de luz dondequiera que estemos 
y vuelve cada julio a inundar
los anocheceres con su aroma 
de espigas solaresy entonces 
es como si renaciera la vida
en el polen que da cuenta de la 
eternidad como si de nuevo 
pudiésemos cobijarnos en su
regazo de azahares a deletrear 
el futuro que nos regala cada vez
 que en las madrugadas
se encienden las lámparas 
de tierra


mery sananes
 08 de agosto del 2007

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16 comentarios:

Luis Alejandro Contreras dijo...


Cuán bellos versos, Mery, son como vasijas atesorando un alma...

Administrador dijo...

Mucho de esas vasijas sabes tú, mi querido LA. De allí sacas siempre esas hermosas palabras que brotan sin rima al hablar de los tuyos, de todos aquellos que nos dejan huellas indelebles. Gracias.

Silvia Helena Failache dijo...

Muy hermosa tu homenaje. Abzs y saludos.

Suglen Claret Bueno Teran dijo...

Demasiado hermoso ese escrito 🍊🍠🍍🍓
Me provocó y me puse hacer mermeladas 😸

Administrador dijo...

Mi querida Suglén no puede haber una respuesta mas amorosa que la que has dado. Lo que nos ha enraizado esa manía de no dejar que nadie se vaya de casa sin haber probado o llevado consigo algún manjar dulce hecho por nuestras manos, aprendidas de nuestras abuelas. Gracias, me emocionaste.

Silvia Libkind dijo...

Hermosura! Lo dedico con tu permiso a la mía!presencias tan necesarias.
Que siguen habitando en nuestros corazones como caricias.

Administrador dijo...

No requieres de permiso. Todo lo contrario que se lo dediques a tu abuela es ya un hermoso regalo que me haces y te o agradezco de corazón.

Nelly Attias Puterman dijo...

Muy bello y emotivo prima

Juan Martínez Iglesias dijo...

Nos ofreces el barro de tu cántaro para embriagarnos, dulces, con tu canto: el canto de la vida y la alegría que tanto nos alegra nuestras vidas.
Gracias, Mery.

Administrador dijo...

Ay, mi tan querido Juan, eres un árbol de dulzura que siempre vas regando hojitas de abrigo y cariño. Y cuanto bien nos hace recibirlas.Gracias, poeta.

Ulina Fadul dijo...

Ternura! Hondura! Sentimiento!
Belleza total la de este poema! Felicitaciones, Mery. Mi abrazo grande para ti.

Miriam Maura Mallorquin dijo...

Qué maravilla relatada en ese dulce de guayaba, que me lleva hasta el patio...ese azul de despedidas y esa presencia de carácter y valores humanos. Gracias Mery Sananes, porque nos traes a la abuela de vuelta, a muchas abuelas de tantos y reafirmas en la paleta de madera la esencia de su ser.

Margarita Roufogalis Lopez dijo...

Bellísimo...🥲

Rosa Esther Lamarche dijo...

Que preciosa !!

Margot Sananez dijo...

Que poema más tierno , destila un gran amor 💕 a una abuelita comparada a la Dama de Noche y sus quehaceres 🧺 del vivir

Myriam Iturra Ampuero dijo...

Hermosa manera de recordarlo, con sus manos generosas para dar.