Todas las horas
son territorios alados
para dibujar un dintel
En la noche
el horizonte
se viste de luceros
y el universo entero
es un corazón habitado
por cocuyos
En las mañanas
el sol descubre
que el mundo
algún día será
una eterna floración
de colibríes
anidando alegrías
sobre la línea
de arbolas
de los bosques
de la tierra
ms / 2004
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