jueves, mayo 31, 2012

CIRCUNFERENCIA AZUL




¿Te imaginas pasar la vida
midiendo la estancia del juego
apropiándonos tu risa
para depositarla como ofrenda
a los aménes
ardiendo hogueras más altas
que la desmesura de tus sueños?

¿Te imaginas urdiéndole pasos
a los precipicios del alba
desde el pórtico de un canto
que jamás alcanzó la ajena
simetría de los dioses?

¿Te imaginas que yo tenga
que convocarte al ritual
de los abrazos desde los
escarpados intervalos
de una partitura para
violas sin cuerdas?

Lo que un día juntó tus
amaneceres al interior de mis
células no es un pasadizo
que otros pueden cerrar
no es un pozo al cual
se le pueda fugar el agua
por las cornisas de la ira

Es una raíz que crece
horizontal a la velocidad
de tus respiraciones
que se cuela por debajo
de las cercas hasta alcanzar
cada noche el recinto de
tus rizos el paisaje de tu piel
sobre la mía en tránsito
hacia tus párpados donde
le teje a tus pupilas
besos de estambre y
alas de pájaros
para que tu vuelo recobre
la circunferencia azul del
asombro usurpado


texto y foto / mery sananes
el libro de michelino
31 de mayo 2012


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miércoles, mayo 30, 2012

IMANERÍAS DE PÍCCOLO




¿Y llegará el día con noches
cargados de imanes para
todos o simplemente moriremos
sin que nadie nos haya atraído
para la vida de píccolos y
serenatas mayores?


agustín blanco muñoz
serie imanerías











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martes, mayo 29, 2012

EN EL RECINTO DE LAS PUPILAS




¿A qué cimas los llevaron
para robarles el asombro
de los párpados?

¿Qué columpios simétricos
sustituyeron el arco del
viento meciendo sus antojos?

¿Qué travesía de piedra
cambió sus pasos de
arena y de hierba?

¿Lograron acaso en medio de
la mecánica algarabía de los
fabricadores de ilusiones
guindarse del andén de las
nubes o medir la geometría
de un suspiro?

¿Pudieron contar la respiración
de una ardilla o medir las
circunvalaciones exactas
de una lágrima atrapada en
el redil de un sollozo?

¿Se asomaron acaso a mirar 
en el envés de las hojas el mágico
recorrido de los arroyitos de
savia en su tránsito hacia la flor?

¿Se encaramaron en el primer
farolito del cielo para ir a dejarle
recados de jacintos a la rosa de aquel
principito que un día se nos quedó
anclado en la risa?

¿Qué dedos recorrieron los rizos
en el paisaje de los regazos?

¿Qué abrazo les devolvió el sonajero
de la alegría derramado sobre
los rieles de la noche?

¿Qué beso despuntó el día
navegando en el milagro
de un cordaje que jamás se
habrá de desprender?

De nada de eso saben los
destrozadores del vivir
los que le sustraen la luz
a la transprencia del mirar
los dueños de designios
que jamás les pertenecerán

Yo me quedo tejiendo nidos para
los pájaros que tiñen de naranja
los atardeceres recogiendo ramitas
en el bosque para las fogatas que
arden en el recinto de las pupilas
enhebrando palabras para los cantares
de un tiempo que aún aguarda
transfigurarse en un siempre


texto y foto
mery sananes
29 mayo 2012
serie expediente


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lunes, mayo 28, 2012

IMANERÍAS DE FLOR




El imán no suena
en la luz ni en el agua
abre el camino de las
flores que nos verán
pasar ya sin imanes
ni despertares


agustín blanco muñoz
serie imanerías
foto / mery sananes


Gustav Mahler / Sinfonía No. 9
Leonard Bernstein


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domingo, mayo 27, 2012

LA SAL DE TU FLOR


Qué furias se fueron instalar
en el flanco derecho de tus ansias
en la piel de tu mirada en la
ingeniería de tus sueños desvalidos

Qué te hicieron que cortaron tu
mirar hacia adentro esos silencios
tuyos en los que te ibas cabalgando
en el plumaje de un pelícano
hacia las alamedas de un vivir
que se adhería a las hojas de los
árboles y los espejos donde los
peces danzan sus suspiros de agua

Qué honduras del grito te
clavaron en la cajita de música
que guardabas en el eje de tus
lágrimas en la respiración de
una flauta que derramaba cerezas
en el andén de tus travesuras

Qué ira te sembraron en la
vasija de un paladar que destilaba
el zumo de besos dúlcimos
y que ahora se estruja sobre las
comisuras de un enigma

¿Acaso no lograron vislumbrar
la dimensión sonora de tus días
el asombro sin cercas de tus antojos
el tropel de pájaros que te habita?

¿No percibieron la mansedubre de
tus vértices rosa de horizontes en
escarcha de luna sosteniendo el
andamiaje de tu ternura?

Desde el estrecho pasadizo de las
ausencias  desde la orfandad de un
calendario claveteado de insolencias
desde este tiempo aguijoneado de
absurdos yo te restituyo cuerda a
cuerda la sal de tu flor y el
caudal rumoroso de tu huella
de música y alhelí


texto y foto
mery sananes
el libro de michelino
serie expediente
25 de mayo del 2012


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sábado, mayo 26, 2012

IMANERÍAS DE TROMPETAS




 
Vivir de imanes es
estar en la cima de
todos los altares de
trompetas para sueños
inconclusos

agustín blanco muñoz
serie imanerías





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viernes, mayo 25, 2012

UN PIANO SOSTENIDO



 
Quién le devolverá a las alas
los días robados al abrazo
que se arremolina en el aire
cuando se desborda de los
párpados un tropel de risas

Quién repondrá el sabor
a campanas en vuelo
de las horas que se
mecen en el dintel
de los asombros y la
escarcha encantada
de las flautas

Quién restituirá el ritual
de las mañanas
traspasando cristalerías
en el hallazgo
de la vida que se mece
en la danza de las hojas
que regresan al regazo
de sus ramas

Quién reinventará la
huella de aquel diminuto
escarabajo que escribía
sobre los dinteles
los secretos arrullos
de las noches

Quién responderá por los
intervalos sin secuencia
que sustituyeron las
travesías por el canto
de los cardenales
la corteza de los árboles
y el festín del agua sobre
el laberinto de una
mágica alcantarilla
por donde navegaban
bajeles de fantasía

Quebraron el engranaje
de un tiempo sin agujas
y le colocaron alambradas
a los suspiros
trampas a un andar sin
naufragios
portales a la incandescencia
de los rayos que le tejen
enjambres de miel a los rizos

Hoy la minutería se detiene
cada siete días como si
alguien pudiera corregir
los ejes lunares o las
circunvalaciones de un
sol en su ocaso
como si el viento se
pudiera partir en dos
o alquilarle una lágrima
a la noche de las ausencias

Hay sin embargo algo en 
el entramado de la vida
que no se deja seducir
por las sonoridades
de lo inútil que no se
esparce ante el mazo que
quiebra el espejo de
las imaginerías
algo que se aglutina
una y otra vez
sobre el cordaje
de donde partió

Y allí en ese recinto
deslumbrante donde sólo
rige la asimétrica movilidad
de un piano sostenido
sobre una partitura única
y eterna se grabará
con brotes de campánulas
la cadencia exacta
de los tiempos que serán 


texto y foto
mery sananes 
25 mayo 2012

Mozart, Fantasía en re menor 
Glenn Gould




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jueves, mayo 24, 2012

IMANERÍAS DE VIDA




 
Un imán es un pedazo de vida
en los pasadizos sin salidas



agustín blanco muñoz
serie imanerías
 foto / mery sananes



 
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martes, mayo 22, 2012

IMANERÍAS DE LIBERTAD


 


  

Un imán más que un
pedazo de tentación
es el encuentro con la
palabra libertad


agustín blanco muñoz
serie imanerías 

foto / mery sananes


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domingo, mayo 20, 2012

ECLIPSE SOLAR



 
Cómo alcanzar el círculo mágico
de este eclipse solar
si bosques de cemento y polvaredas
de caminos olvidados ciegan la
tarde enmurallan el horizonte
detienen esa mágica travesía de
una luna opacando el sol mientras
se viste con sus fosforescencias
y se atavía de azules profundos

Cómo reinventar desde la noche
temprana de este atardecer que se
quedó sin crepúsculo el resplandor
de un sol reflejado en el espejo de
una luna que se engalanó de rubores

La palabra gira como piedra de sol
grabando en la noche una luz que aún
no existe sino en las pupilas de los
niños que mastican estrellas
y se columpian en las constelaciones
como si fuesen los hilos de un trompo

El papel se deshace ardido en la
madera que fue y que ahora de nuevo
se siembra en los volcanes inversos
de la tierra para disparar sus soles
a una noche sin estrellas

Y este querer encaramarse como
ágil equilibrista en la cuerda tensada
de un círculo que se deshizo
en diminutas mariposas celestes
en fuga hacia el plexo lunar
donde nacen los besos con sabor
a pomarrosas se vierte silencioso
en la nostalgia de un acorde que
no llegó a ser canto

mery sananes
serie expediente
20 de mayo del 2012


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sábado, mayo 19, 2012

UN ÁNGEL PARA ANGYE

Angye y Azalea


para angye gaona


El tiempo es un hilo
de alas de mariposa
que teje los días
desde el cerco de
su crisálida

El murmullo que se
escancia en el aire
cuando la estatura
de su vuelo hace nido
en el árbol de los milagros

El frágil intervalo que
quiebra en círculos el
espejo de los sueños
hasta alcanzar el estruendo
de un tropel de cuerdas
conjugando enardecidas
el ángel de la libertad

20 de mayo del 2011 / 21 de mayo del 2012
y en busca de la fecha
de tu libertad definitiva

 mery sananes





CARTA AL JUEZ QUE LLEVA EL CASO
DE ANGYE GAON


ANGYE GAONA
ANTICIPO DEL SOL


 Invitamos a visitar la siguiente página en Facebook

que recoge la multitud de adhesiones, mensajes de solidaridad, 
poemas, textos dedicados a la poeta colombiana Angye Gaona
en momento en los cuales se adelanta un juicio en su contra,
en el hermano país de Colombia.

La mayor parte de este trabajo se debe a la incansable 
y persistente labor de la poeta y comunicadora social 
quien ha coordinado este inmenso esfuerzo
para hacer conocer internacionalmente el caso
y para convertir el gesto de apoyo en una
solidaridad activa y una verdadera toma de 
conciencia colectiva 

En estos momentos Cristina Castello ha abierto
otra página en FB 
que recoge los saludos, notas y mensajes
que se le quieran hacer llegar a Angye
con motivo del día de su cumpleaños
este 21 de mayo del 2012

Actualmente se encuentra en libertad condicional
aguardando los resultados del proceso 
que se instruye en su contra

Digamos también que la causa de Angye es la de los
secuestrados políticos en todo este continente
y que ninguno de ellos debe ser olvidado ni dejado a su suerte.   

Aquí en este expaís, llamado alguna vez Venezuela,
hoy convertido en Venecuba,
hay muchos secuestrados políticos que requieren
de campañas y acciones  de protesta
y solidaridad como ésta que se realiza hoy
a favor de Angye.

Hay muchos seres como Angye lanzados a 
prisiones inhumanas por delitos que no cometieron.
A todos ellos, junto con Angye
nuestra palabra de solidaridad.

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jueves, mayo 17, 2012

PARA AQUILES NAZOA, EL ALQUIMISTA

Aquiles Nazoa
17 de mayo de 1920 y sin fecha de despedida


En 1982 le escribimos un poema que, por un inolvidable gesto de fraternidad y de afecto, mis alumnos de la Escuela de Letras decidieron estampar en una de las paredes del segundo piso de la Facultad de Humanidades y Educación. En manos de ellos los versos se hicieron tropel y se fugaron en una ventisca hasta los predios donde cada mañana despierta un niño, descifrando el misterio de las libélulas. Y a ellos y a los que vendrán, se los vuelvo a entregar, para ese reencuentro con Aquiles, con su magia, con su canción de porvenir.

mery sananes


Para encontrarte aquiles
tendríamos que caminar de regreso
de las sombras y cabalgar
en un arco iris hasta tu alegría
tendríamos que hacer trayecto de
chicharra hasta tu canto
aprender oficio de farolero
para alcanzar la luz de tu traje
blanco traspasado tan sólo por el
fuego vivo de un clavel rojo
para subirnos hasta tus sitios
tendríamos que hacer nuestros
los secretos del mago y del alquimista
para correr hasta ti en un
caballito del diablo y detenernos
en tu ternura como un colibrí
para alcanzarte aquiles
hace falta que sepamos sonreír
que debajo de los rostros sombríos
hayamos aprendido a amar la dulzura
que se prende del corazón de los hombres
a escuchar los sonidos del
mar a ver el sol a través de una gota
de lluvia y detenernos en el rocío
que moja las hojitas más pequeñas de hierba
tendríamos aquiles que maravillarnos
con el lenguaje amoroso de tus muñecas
con el engranaje perfecto de la cajita
de música con el hilo que desenreda
el titiritero con los giros que baila
el trompo y la metra andariega
de barro y de tierra
tendríamos aquiles que enredarnos
en la clara mañana de tus sueños
para hacer allí equipaje de caballero
y armados de música y poesía emprender
el camino hacia el país en el que
estás en el mundo que habrá de venir
sabemos que andarás encendiendo estrellas
y esparciendo serpentinas por toda la tierra
y que en el hondo recipiente de tu corazón
andarás amasando pan de horno para todos
pero por más que nos tardemos aquiles
no dejes de aguardarnos entre cocuyos y risas
que estamos aquí cavando en las sombras
abriendo poco a poco túneles en la oscuridad
golpeando duro en todas las murallas para
alcanzarte y abrir contigo ese boquete ancho
por el que pasen todo los hombres hasta
la mesa puesta de tus sueños



1982

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miércoles, mayo 16, 2012

CARLOS FUENTES SOBRE SU HIJO CARLOS



Este texto, publicado el 15 de mayo, en El País, fue difundido en el portal de Noticias Universitarias, por Luis Montes, un permanente cazador de palabras que no se desvanecen sino que se insertan en la corteza de la vida. Hoy Carlos Fuentes, el padre, es noticia. Su despedida, si es que en verdad se despiden quienes han dejado huella, hoy ocupa primera plana. Una obra, una vida dejan el testimonio de su hacer y su escribir.

Más allá o más acá, en medio de esa escritura que no cesá nunca de ser pregunta y herida de un tiempo de mortajas, está la tragedia personal de quien ha perdido sus dos hijos: Carlos y Natasha. El primero sobreviviente de una enfermedad que selló sus límites. La segunda, una herida que se detuvo en un  pavimento cualquiera, sin que ni transeúntes ni nubes pudieran descifrar qué tristezas apagaron sus voces.

Este escrito del padre sobre su hijo, ido un 05 de mayo de 1999, y escrito el 15 de mayo de ese mismo año, nos da la claves de uno y de otro, de una estirpe que le dio a la vida la urgencia y el contenido que reclaman en tiempos difíciles. Por eso puede decir: no hay frustración en su obra, aunque su vida quede trunca.



Aquel joven para vencer la muerte se enraizó en la vida, en la palabra y en la imagen, plasmando una fuerza que sobrepasa toda ausencia. Y dice el padre de esta rebelión creadora del hijo: Me di cuenta de que en la lectura, Carlos trascendía la imagen para buscar afanosamente -no sé si para alcanzarla- la metáfora, es decir, la encarnación de las cosas del mundo en su parentesco más misterioso, más lejano pero más cierto; la relación más olvidada pero más natural, simplemente, entre esto y aquello.

¿No fue acaso lo que hizo el padre a través de sus obras: indagar, reinventar, desarmar y armar las cosas del mundo en su parentesco más misterioso?

¿Viviré mañana? No lo sé decir.  
Pero no me iré sin resistir.  
Esta recámara es mi núcleo.  
Pensar bajo las cobijas es mi fuga,
con los ojos cerrados,  
para escuchar mi miedo escondido en el silencio,  
mi miedo que al romperse se vuelve el desconocido mal.  
Sea bienvenido el misterio,  
pero mi reacción, desconocida también,
también por ello me aterra.  
Entonces mi temor no tiene tiempo  
de pensar su terror
y la belleza me embarga toda entera.


En homenaje al padre, invitamos al hijo para que nos enseñe a resistir la muerte, tan cercana, tan cotidiana, tan abismal, que nos circunda, cerca, hasta destruir cada fragmento de lo que no hemos podido ser ni alcanzar.

Para que nos diga cómo hacer para que nuestro temor no tenga tiempo de pensar su terror, sino que logre dejarse embargar por la belleza, hasta darle la bienvenida al misterio. 

Para aprender a ser hombres de verdad hasta el final. Y así sobrevolar los muros que nos limitan e invalidan, hasta alcanzar los bosques donde mora el canto sagrado de los pájaros que invoca el tiempo infinito del vivir. 

mery sananes




El País

Sábado, 15 de mayo de 1999
Tribuna:RECUERDO DE UN JOVEN ARTISTA

Mi hijo: un hombre hasta el fin

El pasado 5 de mayo murió Carlos Fuentes Lemus, hijo del escritor mexicano. Su padre evoca la difícil existencia de este joven artista, marcada por la enfermedad

15 MAY 1999
CARLOS FUENTES

Fue un joven artista iniciando un destino que nadie podría deshacer porque era el destino del arte, de obras que al cabo sobreviven al artista. Tocando la frente afiebrada de su hijo, la madre se preguntaba, sin embargo, si este joven artista que era su hijo no hermanaba demasiado la iniciación y el destino. Las figuras torturadas y eróticas de sus cuadros no eran una promesa, eran una conclusión. No eran un principio. Eran, irremisiblemente, un fin. Entender esto le angustiaba porque la madre quería ver en el hijo la realización completa de una personalidad cuya alegría dependía de su creatividad. No era justo que el cuerpo lo traicionase y que el cuerpo, calamitosamente, no dependiese de la voluntad"."Miraba trabajar a su hijo, abstraído, fascinado, mi hijo va a revelar sus dones, pero no tendrá tiempo para sus conquistas, va a trabajar, va a imaginar, pero no va a tener tiempo para producir. Su pintura es inevitable, ése es el premio, mi hijo no puede sustituir o ser sustituido en lo que sólo él hace, no importa por cuánto tiempo, no hay frustración en su obra, aunque su vida quede trunca...".

Cuando escribí estas líneas, hace pocos años, las imaginé como un exorcismo, no como una profecía. Pensaba en mi hijo Carlos Fuentes Lemus, nacido en París el 22 de agosto de 1973 y muerto en Puerto Vallarta, Jalisco, el 5 de mayo de 1999. Apenas empezó a caminar, cuando su madre Silvia y yo vivíamos en una granja en Virginia, su cuerpo se llenaba de moretones y sus articulaciones se hinchaban. Pronto supimos la razón. Carlos, a causa de una mutación genética, sufría de hemofilia, la enfermedad que impide la coagulación de la sangre. Desde muy pequeño, debió someterse a inyecciones del elemento coagulante que le falfaba, el Factor Ocho. Pensamos que, aunque molesto, en este procedimiento se encontraba un alivio para toda la vida. La contaminación de las reservas sanguíneas por el virus del sida desprotegió a los hemofílicos, a veces por decisiones médicas equivocadas, a veces por actos de irresponsabilidad criminal de las autoridades en Europa y en los EEUU. El hemofílico quedó desamparado, abierto a terribles infecciones y al debilitamiento de su sistema inmunológico.

Carlos tuvo una infancia de dolores pero muy pronto, de una manera más que intuitiva, como si su precocidad fuese un anticipo de la muerte y un acelerador de su vida creativa, concentró sus horas en el arte de las palabras, la música y las formas. A 1os cinco años de edad, ganó el Premio Shankar de Dibujo Infantil otorgado en Nueva Delhi, India, sus maestros en la escuela primaria a la que Carlos asistía en Princeton enviaron sus obras iniciales sin que él o nosotros lo supiésemos, al concurso. De allí en adelante, Carlos nunca abandonó el lápiz primero, el pincel enseguida y sus tempranas adoraciones artísticas nunca: Van Gogh y Egon Schiele. Lo recuerdo, durante un viaje de verano por Andalucía, exigiendo que el auto se detuviese a cada momento para fotografiar, admirar y a veces recoger girasoles, como si se llevase con él un cuadro del pintor holandés. Plantó semillas de girasol en el jardín de nuestra casa en la Universidad de Cambridge, pensamos que perecerían en el frío inglés, pero al regresar una primavera, florecían como dentro de un cuadro... Luego, en un notable salto al pasado, Carlos descubrió el arte preciso y luminoso del renacentista Giovanni Bellini y la formalidad expresiva del pintor japonés Utamaru. Éste era su acervo pictórico.

La imagen empezó a ocupar el centro de la vida de Carlos. La imagen pictórica primero, enseguida la imagen literaria, al cabo la imagen fotográfica, inmóvil, y la cinematografía fluida. Fue como si entendiera que la imagen escapa a toda definición reductiva y abarca, en un acto casi amoroso, los sentidos visuales, auditivos, olfatorios, gustativos... Por eso fue tan dolorosa para él la meningitis que casi lo destruyó en enero de 1994, privándolo prácticamente de la vista y de1 oído que era para él la compañía más íntima y sensual de su cuerpo enfermo. Sus pasiones eran Presley, Elvis Presley, Bob Dylan, los Rolling Stones, sobre todo Elvis: cada año, cada 16 de agosto, Carlos viajaba a Memphis para conmemorar el aniversario de la muerte de Elvis. Su colección de fotografías tomadas por él mismo constituye un singular archivo de la importancia del rey del rock.

Como a muchos padres que nos quedamos en Agustín Lara y Ella Fitzgerald, a mí me resultaba difícil seguirle a mi hijo por los meandros de sus gustos musicales. En cambio, sentía una identificación amorosa con sus gustos literarios, la poesía de Keats, Baudelaire y Rimbaud, el teatro de Oscar Wilde, 1as novelas de Jack Kerouac y la filosofía de Nietszche... Me di cuenta de que en la lectura, Carlos trascendía la imagen para buscar afanosamente -no sé si para alcanzarla- la metáfora, es decir, la encarnación de las cosas del mundo en su parentesco más misterioso, más lejano pero más cierto; la relación más olvidada pero más natural, simplemente, entre esto y aquello.
Here is the beginning of my post. 
Carlos, desde los lechos de los hospitales que debió frecuentar a medida que recobraba milagrosamente la vista y el oído pero perdía, a veces por errores irresponsables e imperdonables de la cirugía, otras funciones mentales, no abandonaba nunca el papel y la pluma, el dibujo y el poema, en una búsqueda febril del sentido profundo de todas las cosas que le iluminaban la vida al tiempo que se la arrebataban. Digo "milagro". Tiene un nombre: la atención de un eminente epidemiólogo mexicano, el doctor Juan Sierra, devolvió a Carlos, una y otra vez, a la vida creativa.


Carlos realizó su trayecto artístico con urgencia, con alegría, con dolor, pero sin una sola queja. Sus ojos profundos, brillantes a veces, ausentes otras, nos decían que el dolor individual de nuestro cuerpo es no sólo intransferible, sino inimaginable para los demás. Si no lograba transmitirlo en un poema o una pintura, el dolor permanecería para siempre mudo, solitario, dentro del cuerpo sufriente. Hay una gran diferencia entre decir "el cuerpo me duele" y "el cuerpo duele". Cómo darle voz a uno y otro dolor es el enigma planteado por Elame Scarry en su gran libro El cuerpo adolorido. Mi hijo Carlos se lo propuso a sí mismo en términos de urgencia verbal y visual. "¿Viviré mañana?", se pregunta Carlos en uno de sus poemas.

"¿Viviré mañana? No lo sé decir. / Pero no me iré sin resistir. / Esta recámara es mi núcleo. / Pensar bajo las cobijas es mi fuga, / con los ojos cerrados, / para escuchar mi miedo escondido en el silencio, / mi miedo que al romperse se vuelve el desconocido mal. / Sea bienvenido el misterio, / pero mi reacción, desconocida también, / también por ello me aterra. / Entonces mi temor no tiene tiempo / de pensar su terror/ y la belleza me embarga toda entera. / No existe lo predecible. / Y éste es el temor mayor./ Quiero verte / en la misma posición, sacudida en llanto, / despojada por una semana más / de tus débiles apoyos. / "Cada hombre mata lo que más quiere". / Cada mujer se dejará amar hasta la muerte. / ¿Cuál es el amor hasta la muerte? / ¿Es sólo un peregrino de todas las semejanzas?".

Mi hijo sentía una gran identificación con los artistas que murieron jóvenes, John Keats, Egon Schiele, James Dean, Gaudier-Brezka... No tuvieron tiempo, me decía Carlos, de ser otra cosa sino ellos mismos. Alguna vez le hable de su tío desaparecido, Carlos Fuentes Boettiger, el hermano de mi padre, muerto de tifoidea al iniciar sus estudios en la ciudad de México a los 21 años de edad. Como Carlos mi hijo, Carlos nuestro tío empezó a escribir muy joven y publicó en Xalapa, Veracruz, una revista literaria que contó con el apoyo del poeta Salvador Díaz Mirón. Hay una extraña similitud entre el poema de mi hijo muerto a los 25 años y otro de mi tío muerto a los 21 años. Encuentro en la revista Musa Bohemia un poema escrito por mi tío Carlos Fuentes en 1914: "Tengo miedo al reposo, aborrezco el descanso... / Me acobarda la noche / porque entonces mi vida se yergue en un reproche, / me mira gravemente y me muestra después / el fantasma tremendo, la terrible vejez".

Ninguno de los dos Carlos llegó a la "terrible vejez", pero el temor de lo impredecible nos acerca a mi mujer y a mí, padres de Carlos Fuentes Lemus, al dolor que hoy entendemos mejor de tantos amigos nuestros que perdieron tempranamente a un hijo, Tola Miranda y René Creel a su hija Sofía, Isabel Allende a la suya, Paula; al dolor de Nina Zambrano y el de los artistas Ben Yakober y Yanick Vu, cuya joven hija pereció en la hermosa isla de Mallorca donde Carlos dejó su obra pictórica inicial al cuidado de un gran artista y amigo, Ramón Canet. Recordamos sobre todo a Ana María Icaza y a Ramón Xirau, cuyo hijo, otro joven talentoso y de gran promesa, Joaquín, murió a los 27 años, igual que mi hijo Carlos, un 5 de mayo. Y el otro Carlos, Carlos Fuentes Boettiger, murió también un día de mayo, en 1916... Junta de sombras, fatalidades entrelazadas y muerte, junto con las personas, de todo lo que dejan, inerte, en un cajón, en un ropero, en un lienzo vacío o una página en blanco. Y a pesar de todo, pugnamos por mantener el calor del objeto, la vigencia del trazo, la huella del caminante... Qué alegría nos dio saber que la última noche de su existencia, desde Puerto Vallarta, Carlos, dotado de una intuición feliz y terrible a la vez, estuvo llamando por teléfono a todos sus amigos en todo el mundo, contándoles sus planes para terminar su película, publicar su libro de poemas, exponer sus cuadros, decirles que estaba contento, fuerte, lleno de creatividad, enamorado de su novia Ivette. A la mañana siguiente caería fulminado por un infarto pulmonar.

Mi esposa Silvia y yo queremos agradecer todas las demostraciones de cariño y comprensión que hemos recibido en estos días, sobre todo de amigos que conocieron y apreciaron a Carlos. Destaco, entre ellas, algunas que dan fe del talento y creatividad de mi hijo. Una es del escritor español Julián Ríos: "Un artista como vuestro hijo está vivo en lo que creó. Los que tuvimos el privilegio de conocer a Carlos debemos contribuir a que sus talentos brillen en su ausencia".

Otro testimonio es el de otro gran escritor y amigo, Juan Goytisolo: "Quería a Carlitos como a alguien de mi familia. En Berlín, en Marraquech, pude apreciar su inteligencia y sensibilidad admirables. Era un poeta: la obra que me mostró lo prueba sin lugar a dudas. Resultaba imposible estar con él sin sentir la necesidad de cuidarle y protegerlo del mundo".

Lo mismo dirían, seguramente, Héctor Aguilar Camín, que a veces debió servirle a Carlos de padre iniciático, y José María Pérez Gay, con quien mi hijo pasó una de sus últimas veladas discutiendo a Nietszche. "Viví cerca de Carlos en Buenos Aires, el año pasado", me escribe Juan Cruz, "y pude tener el privilegio de disfrutar de la calidad íntima de su creatividad...".

Pero acaso la última palabra le corresponda a nuestra entrañable amiga Carmen Balcells, porque ella entendió mejor que nadie la relación entre la madre y el hijo: "Pienso sobre todo en Silvia, porque ella ha tenido toda su vida una dedicación extraordinaria con ese muchacho y ha vivido en un continuo sobresalto sobre su salud. Recuerdo perfectamente una visita que hice a Carlos en Nueva York y me impresionó su fragilidad y el desvelo de Silvia, que más que una mamá, parecía una novia o una amiga entrañable ofreciendo su inquebrantable apoyo a un muchacho lleno de inquietudes y de deseos juveniles de entrar en una normalidad que nunca le fue posible...".

Los exorcismos de la muerte se vuelven a veces profecías de la vida. Carmen Balcells tiene razón. En Los años con Laura Díaz, evoqué la muerte de mi tío Carlos Fuentes en Veracruz a principios de siglo, pero quise evitar, escribiéndola, la muerte de mi hijo Carlos, transformado en el segundo Santiago de la genealogía de Laura Díaz:

"Silencio. Quietud. Soledad. Es lo que nos une, pensaba Laura con la mano ardiente de Santiago entre las suyas. No hay respeto y cariño más grande que estar juntos y callados, viviendo juntos pero viviendo el uno para el otro, sin decirlo nunca. Ser explícito podía ser una traición a ese cariño tan hondo que sólo se revelaba mediante un silencio comparable a una madeja de complicidades, adivinaciones y acciones de gracia... Todo esto vivieron Laura y Santiago mientras el hijo se moría, sabiendo los dos que se moría, pero cómplices ambos, adivinos y agradecidos el uno del otro porque lo único que decidieron desterrar, sin palabras, fue la compasión. La mirada brillante del muchacho en cuencas cada día más hondas le decía al mundo y a la madre, identificados para siempre en el espíritu del hijo, ¿quién está autorizado para compadecerse de mí? No me traicionen con la piedad. Seré un hombre hasta el fin".
 And here is the rest of it.


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